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EL MINUTERO

Superiberia

Por Andrés Timoteo / Columnista

LA SEGUNDA PRIMAVERA

Mientras Europa ya se prepara para la cuarta ola de COVID-19, en México se difunde que llegará el tercer maretazo, aunque tal advertencia más bien es un aforismo para distraer a la opinión pública, pues nunca se superó la oleada original. Lo que hay es una marejada duradera con algunas crestas y que nunca ha dejado de crecer. La referencia dura es que hoy se tienen cifras de muertos y contagiados diarios que no se registraron en la primavera pasada. 

En el vaivén marino, una ola se da por terminada cuando el agua regresa al nivel que estaba antes de la embestida, pero en la cuestión pandémica los números de infectados y fallecidos por día en México no han logrado regresar al cauce primario de marzo de 2020, algo que sí lograron los países europeos y asiáticos que han contabilizado, en esa lógica, las tres olas pandémicas: la de primavera, la del final de verano y la de invierno que se registró a principios de 2021, luego de la Navidad.

Ahora, ante la temporada vacacional por Semana Santa la mayoría de los países europeos están elevando las restricciones sanitarias para evitar que la cuarta ola sea similar a la de invierno que estuvo a punto de hacer colapsar los hospitales. Desde este fin de semana, Francia dispuso de nuevas medidas, especialmente la prohibición de viajar entre regiones -las personas tienen un límite de 10 kilómetros para desplazarse-, mantuvo el ‘toque de queda’ -lo corrió una hora, de las 18:00 a las 19:00 horas- y nuevamente cerró comercios no esenciales, salas deportivas, de conciertos y cines, así como restaurantes y bares.

Todos esperaban que el gobierno francés decretase un nuevo confinamiento de la población, pero al final se optó por medidas menos draconianas.  “Frenar, no cerrar”, dijo el primer ministro, Jean Castex para justificar la decisión. Obviamente todas las celebraciones religiosas están suspendidas y únicamente se permitirá el culto bajo estrictas reglas, como evitar las aglomeraciones y el contacto con los objetos sacros -imágenes, estatuas, el cáliz o la hostia impartida de mano a boca- así como el uso obligatorio de mascarilla.

Italia, Alemania, Suiza y España también tomaron medidas similares, especialmente la cancelación o restricción al máximo de ceremonias religiosas y el impedimento para que las personas se trasladen entre regiones y ciudades, lo que también se  llama “cierres perimetrales”, a fin de evitar los contagios comunitarios. El lector se preguntará por qué tanto miedo a la cuarta ola pandémica si ya soportaron tres previas y además está en curso la vacunación contra el Coronavirus.

La respuesta es simple: actualmente el 70 por ciento de los contagiados y fallecidos ya son por la variante británica del SARS-CoV-2, la cepa mutante que es mucho más agresiva, y porque la vacunación además de ir muy lenta aún no hay una certeza plena que sea eficiente para inmunizar contras las mutaciones de dicho virus. Algunos expertos advierten que la cuarta ola de la pandemia podría ser la tormenta perfecta por el bajo nivel de vacunación y un patógeno mutante ya expandido en todo el continente que saltaría la barrera inmunizante.

Regresando a México, ahí el panorama es peor para la “tercera ola” que se anuncia, porque ya toda la población está relajada bajo el argumento de que el gobierno puso en amarillo y verde el semáforo epidemiológico en casi todos los estados. Ya desde ahora las playas están a reventar al igual que los  centros comerciales, plazas públicas y hasta los mítines electorales. Nadie se cuida y no hay autoridad que vele por la salud pública en general. 

A lo anterior se suma el lentísimo ritmo de vacunación, apenas se han aplicado 700 mil dosis completas -las dos inyecciones con una diferencia de tres semanas-  lo que representa el 0.55 por ciento de la población. Desde el gobierno se azuza una falsa sensación de seguridad con ese mínimo porcentaje de ampolletas aplicadas cuando para lograr la inmunización gregaria se requeriría que el 70 por ciento de los mexicanos esté vacunado.

También hay que agregar algo preocupante. La semana pasada se decomisó en el aeropuerto de Campeche un lote de 5 mil 700 vacunas Sputnik que iban a ser trasladadas de contrabando a Honduras. Las autoridades informaron que esas dosis eran apócrifas, pero lo que se sabe es que fueron sustraídas  de los lotes destinados a la vacunación de esa entidad sureña. Entonces, ¿qué les están inyectando a los campechanos? 

Peor aún, desde el altiplano, específicamente desde la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), se dio la orden de liberar a los detenidos con ese cargamento de supuestas vacunas falsas de acuerdo la televisora norteamericana Univisión, lo que arroja más sospecha al caso pues parece que a los responsables los quieren alejar de los reflectores para que no hablen. ¿Qué ocultan? Así comenzó la segunda primavera vírica en México -y en el resto del mundo-.

ZANAHORIA Y PALO

Hoy, el gobernante en turno, Cuitláhuac García firmará el llamado “Acuerdo Estatal para la Democracia” al cual convocó a los líderes de todos los partidos políticos. La apuesta es que la oposición desaire ese llamado del cuitlahuismo cuyos ineficientes operadores ni siquiera han logrado aprender el clásico truco del ‘palo y la zanahoria’ o sea cautivarlos con algo y fastidiarlos con otra cosa, y que todo tenga saldo positivo para el régimen. No es así.

La operación política es desastrosa y muestra de ello es que sus funcionarios le dieron a la oposición una suerte de mártir político en la figura del exsecretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán, a quien detuvieron y le dieron prisión preventiva de ocho meses por un delito con sesgo inconstitucional. Franco no es un prohombre ni un baluarte del quehacer político, pero al atribuirle forzadamente una culpa para asestar un golpe a la oposición -concretamente al yunismo- lo ‘inflaron’ y colocaron como víctima del uso faccioso de la ley.

El perredista fue trasladado al penal de La Toma, en Amatlán de los Reyes, con un sistema de seguridad interna muy endeble. ¿Qué pasará si sufre un atentado de parte de los criminales que fueron encarcelados en el bienio anterior? Se le vendrá la noche encima al cuitlahuismo. Todo apunta que el ‘pacto por la democracia’ lo firmarán únicamente los lambiscones y los masoquistas. 

Además, el mismo es ocioso. García Jiménez dijo ayer que el llamado para suscribirlo, tanto a nivel federal como estatal, “es una muestra de voluntad para que se respete la ley”. Se equivoca. La aplicación de la ley no debe estar sujeta al voluntarismo personal sino que es una obligación por la cual juraron al asumir los cargos públicos.

Impedir que el crimen organizado interfiera en los comicios, que no haya ‘narcocandidatos’ y que no se desvíe el erario hacia las campañas electorales no depende de la voluntad de los funcionarios porque es algo que ya está plasmado en las normas vigentes y su aplicación debe ser irrestricta, equitativa, pronta y expedita. No más y no menos.

LA PEOR QUE HA HABIDO

El tiempo acomoda a todos en su lugar y en Córdoba sólo era cuestión de esperar para que la alcaldesa Leticia López Landero fuera colocada donde se debe por su desempeño público. La empresa demoscópica Arias Consultores acaba de difundir la evaluación a los presidentes municipales de las cien ciudades más importantes del país levantada en febrero pasado.

La panista López Landero ocupa el lugar 96, es decir, está a cuatro lugares de ser la peor de todos, citarían los admiradores de Sor Juana Inés de la Cruz. Bueno, en realidad la expresión de la poetisa no fue exactamente esa sino que en sus votos monásticos dijo: “Soy la peor que ha habido, yo, la peor del mundo”. La frase “Yo, la peor de todas” se popularizó por el título que la cineasta argentina María Luisa Bemberg dio al filme sobre la vida de la llamada Décima Musa.

Claro, salvo ese adjetivo literario no hay punto de comparación entre la excelsa Sor Juana Inés y la cordobesa López -risas-. Lo que sí es muy cierto es que ésta última es la peor edil que ha habido en Córdoba y  mala entre los malos como demuestra la firma Arias Consultores. Nada que no se haya sabido antes y que en esta casa editorial no se haya dicho desde hace tiempo. ¿Acaso mentimos? 

Por cierto, los maldosos difundieron que López Landero estaba en el lugar número 100 como la peor evaluada en el país y para eso alteraron el cuadro difundido por la publicación. No, todavía le faltan cuatro lugares para ser la peor entre los peores, sólo es cosa de tiempo. Más risas.

En la evaluación de los cien alcaldes, la encuestadora coloca a otros tres ediles veracruzanos. En el lugar 80, o sea entre los malos, está el morenista Víctor Carranza de Coatzacoalcos, mientras que en los lugares 18 y 29 están los panistas Humberto Alonso Morelli de Boca del Río y Fernando Yunes del puerto de Veracruz.

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