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El minutero

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CABALLOS LODEROS

Muchas aguas se han revuelto con el anuncio filtrado a la prensa  de que el panista Miguel Ángel Yunes Linares está a punto de detonar un escándalo mediático, incluso de corte internacional pues se ha dicho que lo publicaría en un diario editado en Nueva York,  contra su alter-ego, el ex gobernante estatal, Fidel Herrera Beltrán -en adelante para que los lectores lo entiendan será “aquel que no debe ser nombrado” o “el innombrable”-, y que se centraría en la inmensa fortuna que acumuló durante su gobierno sexenal, incluyendo la revelación de la participación de sus herederos en muchos bienes y negocios producto de un enriquecimiento súbito y sospechoso.

De la especie, dos cosas son datos viejos pues el dominio público ya los da como certeros. Una es que el “innombrable” se habría hecho multimillonario al amparo del poder, acumulando propiedades inmobiliarias en México y el extranjero, aviones, vehículos, negocios por doquier, practicando el cobro del diez y el veinte por ciento en contratos de obras y condicionando a los  inversores que llegaban a la entidad para hacerlo socio a cambio de liberar  los permisos y facilidades, además de desvalijar el erario público y un largo etcétera.

Lo interesante que alguien sacie el  morbo popular al mostrar las pruebas sobre el enorme peculio de ese personaje que ya alcanzó “el sueño nopaltepecano” pues pasó de caminar descalzo por el lodo de la zona rural vendiendo embutidos a calzar mocasines de diseñador con un valor de más de 10 mil pesos y que ahora le sirven para pisar afelpados tapetes importados.

La otra noticia vieja es que Yunes Linares sabe todo eso y está más que dispuesto a hacerlo público. Desde hace tiempo el ex director del ISSSTE le pisa la sombra al “innombrable” y ha documentado todas sus fechorías. En diversas audiencias públicas, el panista lo ha señalado y ha pedido que se le investigue. Entonces sería poca sorpresa  que los publicara en un periódico. Sin embargo, lo interesante es que los bien enterados del asunto, afirman que no es Yunes Linares el que amaga con el escándalo sino que los anuncios salen de Palacio de Gobierno en Xalapa.

El ariete contra el ex gobernante trae la bendición de su sucesor y las filtraciones a los medios de comunicación es parte de una estrategia planeada en  reuniones realizadas en la llamada Casa Veracruz para echar a pelear a los dos enemigos de antaño -que son de mecha corta- con un doble propósito. El primero mantener a raya a los Yunes con miras al proceso electoral del 2013 y tratar de menguar la imagen del primogénito, Miguel Ángel Yunes Márquez que se alista para contender por la alcaldía de Boca del Río, uno de los municipios más influyentes de la entidad y donde el tricolor tiene una caballada famélica de candidatos.

Como se sabe, ese distrito fue ganado por Acción Nacional -y por un candidato yunista, Humberto Alonso Morelli- en los comicios federales de este año. A lo anterior se suma el mal desempeño del alcalde, Salvador Manzur Díaz, cuya popularidad ni siquiera alcanza los seis puntos porcentuales, según las encuestas más recientes, y por ende, es una plaza de alto riesgo para el Revolucionario Institucional. Si se logra reavivar el pleito entre los dos enemigos de antaño, mantendrán bien ocupado a los Yunes para desatenderse de Manzur y del mismo Duarte de Ochoa.

El segundo es, según lo juran y perjuran los conocedores del asunto, tratar de alejar al “innombrable” de los asuntos electorales del 2013. Exhibiendo su fortuna -hay quienes apuestan a que habrá la filtración en las redes sociales operada desde Palacio de Gobierno si los Yunes no se animan a hacerlo-, para vapulearlo e  impedir que regrese por sus fueros para imponer candidatos, exigir cuotas y “pedir mano” en la operatividad en municipios como Veracruz, Boca del Río, Poza Rica, Cosamaloapan, Pánuco y otros más que considera de su propiedad.

La administración duartista no puede por los medios legales hacer un deslinde formal de su antecesor porque el actual mandatario no sólo es hechura del mismo sino que también  fue partícipe de lo que se hizo y deshizo en el sexenio de la fidelidad. De ahí que la estrategia es recurrir al señuelo para golpearlo. Lo interesante será que desde el más allá le devuelvan el favor al cordobés que por recomendación de sus asesores, trata de azuzar a los caballos loderos para trenzarse en duelo.

Es más, dicen que Oliver Olea, exvocero de los ayuntamientos de Boca del Río y Tierra Blanca cuando eran gobernadores por panistas y que posteriormente se unió a la fidelidad y hoy en el duartismo lo ha desplazado en el quehacer de enviar correos electrónicos difamatorios, infiltrar redes sociales y orquestar campañas negras contra políticos y periodistas, ya está más que listo para lanzar ataques contra Duarte y los suyos.

Lo anterior porque el “innombrable” tiene sus “escuchas” que ya lo alertaron del plan. ¿Será que el padre esté contra el hijo y el hijo contra el padre? Suena a profecía bíblica. Resumiendo: en las vísperas del 2013, hay formados  tres frentes de la batalla de lodo y de los tres que lo batirán, adivinen quién es el más inexperto en eso de estas escaramuzas y  que podría acabar zambullido. Acertaron. Nada más es cuestión de esperar.

 

LOS OTROS YUNES

Otro asunto que ha ocupado los espacios periodísticos -algunos por inserción pagada- es la reunión que en días pasados el Gobernador estatal tuvo con el patriarca del otro clan yunista, José Yunes Suárez, padre del actual senador priista José Yunes Zorrilla, quien es el aspirante más fuerte rumbo a la renovación de la gubernatura en el 2016. Hay especulaciones a pedido sobre tal encuentro pero en los pasillos de Palacio de Gobierno se afirma que en realidad el cordobés fue a sondear si  “esos Yunes” no tomarán partido en el pleito que se avecina a favor de los “otros Yunes”.

Además para calcular si había de ellos un respaldo a su administración sobre la fidelidad. Lo primero suena verosímil pero lo segundo es ocioso. Los Yunes de Perote nunca fueron fidelistas y tampoco olvidan que el “innombrable” hizo que Yunes Zorrilla perdiera la senaduría en el 2006 para alejarlo de la posibilidad de buscar la gubernatura en el 2010 y así abrirle el paso al mismo Duarte de Ochoa.

Y si el encuentro tenía la intención de hablar mal del ex gobernante pues ya están fichados por el oscuro personaje ya que ahí estaban presentes dos fidelistas a morir: Salvador Manzur, alcalde boqueño y Erick Lagos, el dirigente estatal del PRI. Los dos casi se arrebataron el teléfono celular para ser los primeros en informar al “innombrable” sobre los pormenores de la comilona con los Yunes peroteños. Este par, son precisamente dos de los “escuchas” más fieles incrustados  en el Gobierno duartista.

Algo que también  hay que resaltar es que los Yunes de Perote nunca han sido solidarios con sus homólogos de apellido -ya que no son parientes consanguíneos-. Basta recordar que en el 2010 no se sumaron al proyecto de Héctor Yunes Landa que buscaba ser candidato al gobierno estatal y fue humillado por el innombrable. No movieron un dedo en su defensa pues también detectaron el gatopardismo de Yunes Landa, quien a las pocas semanas estaba arrodillado frente a la fidelidad y alabando al entonces candidato priista Duarte de Ochoa.

¿Qué tienen de influyentes estos peroteños para que Duarte de Ochoa les haya ido a consultar sobre asuntos electorales? La obvia cercanía del senador con Luis Videgaray Caso, el hombre más poderoso del equipo del copetón Enrique Peña Nieto. Ambos, José Yunes Zorrilla y Luis Videgaray fueron compañeros de estudios y juergas universitarias, y hoy en día, el legislador es el veracruzano más cercano a la burbuja del próximo ocupante de Los Pinos. Del dominio público también es que Duarte de Ochoa no tiene otra veladora que encender ante el próximo Presidente de la República luego de las desastrosas cuentas rendidas por  los comicios del pasado 1 de julio.

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