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El minutero

Superiberia

 

VOTAR PARA BOTAR

 

Ayer inició formalmente el año electoral 2014-2015  que tendrá su momento cumbre en la renovación de los 500 espacios de la Cámara de Diputados. Será una elección intermedia copiosa pues 82 millones de mexicanos están convocados  a las urnas para elegir a sus representantes en el Congreso de la Unión. Además habrá elección de gobernadores en nueve estados que también renovarán alcaldías y congresos locales, y en otras ocho entidades se elegirán también ediles y parlamentarios. En total son mil 600 cargos de elección popular a renovarse. En Veracruz serán 21 distritos electorales donde se elegirán nuevos legisladores.

 Los comicios del año venidero tienen puntos de prueba históricos que provienen de  las nuevas reglas del juego, es decir de la llamada reforma electoral, que incluye el un nuevo arbitro ahora llamado Instituto Nacional Electoral (INE) –que sustituye al desprestigiado IFE-, así como la aplicación de una fiscalización puntual en los recursos ocupados por los candidatos, la regulación de los flujos privados, de las campañas en medios informativos y por puesto, la posibilidad de anulación de candidaturas si se comprueba que se excedieron en los gastos de campaña.

 Hay quienes dicen que lo anterior es  como escribirle una carta a Santa Claus porque todos saben que el personaje no existe pero esperan que les traiga el regalo con un texto escrito lanzado al aire. También por vez primera se ensayará la figura de los “candidatos independientes” para tratar de quitarles a los partidos políticos el monopolio del control de cargos de representación popular. Y entre lo negativo está  que los diputados que salgan electos de los comicios del 2015 podrán reelegirse hasta en cuatro ocasiones. O sea si se descuidan todos  se podrían quedar en San Lázaro ¡¡ hasta el 2027!!. Es como un cuento de terror y eso que todavía no llega Halloween.

 Sin embargo, la reelección no es algo nuevo en el país pues aún sin ser legal hay varios personajes que llevan décadas incrustados en las curules.  Ahí están los salinistas Manlio Fabio Beltrones que ahora es el que arrea el ganado tricolor en la Cámara de Diputados o Emilio Gamboa Patrón que hace lo mismo en el Senado. En la aldea el más representativo es el panista cordobés Juan Bueno Torio que lleva veinte años enchufado a la nómina pública, brincando de una curul a otra.

 Precisamente por todo eso es importante que los ciudadanos no se abandonen al desencanto. ¿Qué la Cámara de Diputados y la de Senadores está llena de traidores?. Sí y hay que castigarlos con el voto, echarlos de allí a ellos y a sus partidos. ¿Qué los políticos son unos corruptos?. También, y por eso es necesario que el sufragio los escarmiente al no votar por ellos ni por sus partidos. ¿Qué ya vendieron al país?. Claro, pero en el 2015 se tiene la oportunidad de elegir a legisladores que pugnen por dar marcha atrás a las acciones apátridas que aprobaron los que se van.

 

EN DEFENSA PROPIA

 

Mantener el atraco a la nación es prioritario para el gobierno del copetón Enrique Peña Nieto y para las estructuras del poder económico, y pretenden conservar la Cámara de Diputados con una mayoría a su servicio  –no importa el partido pues tienen sometidos a los principales: el PRI, el PAN y el PRD- para evitar que lleguen verdaderos representantes populares a revertir el tiradero que dejarán los felones de la actual legislatura federal. De ahí que los mexicanos tienen que salir a votar, hay un ejército de 82 millones de ciudadanos que pueden a rescatar al país de las manos de esos facinerosos.

 Se ha repetido muchas veces en este espacio y se seguirá citando porque concentra la esencia del instrumento que tiene cada uno de los ciudadanos en sus manos: el voto. Es el poema del escritor y sacerdote hispano-brasileño Pedro Casaldáliga. “Votar para botar/ para echar fuera. / Si no es para cambiar,/ votar no vale la pena”. Todos  en el 2015 tienen que votar para botar a la basura a los priístas, panistas, perredistas, verdeecologistas, neoaliancistas y demás vende-patrias. El sufragio es un arma y hay que usarla contra ellos porque es en defensa propia. 

Y claro, la elección del 2015 llegará en medio de una descomposición tremenda de la clase política, la cual hoy tiene como símbolo el caso del alcalde de Iguala, el perredista José Luis Abarca, involucrado con el narcotráfico y corresponsable de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, los que fueron detenidos por policías municipales y entregados a los delincuentes para ser asesinados. No hay confirmación de su muerte de los jóvenes pero todo indica que son los ocupantes de las fosas clandestinas descubiertas en días pasados. Grave, muy grave.

 El caso de Abarca Velázquez, cuya relación con uno de los carteles de la delincuencia estaba documentada desde hace tiempo por la Procuraduría General de la República (PGR) y no fue tocado por las autoridades –vaya, hasta se tomó  una foto con Enrique Peña Nieto, nada más para que vean el nivel de tolerancia-  refleja el grado de infiltración del narcotráfico en la vida político-electoral del país. Ese es el riesgo para el 2015, que el dinero sucio de la mafia siga fluyendo a las campañas electorales con el fin de hacer ganar a candidatos coludidos que permitan mantener el esquema de libre actuación para  los criminales. 

Ahora también se sabe que hasta el actual gobernador de Guerrero, el también perredista Ángel Aguirre Rivero recibió financiamiento de los delincuentes para su campaña. Algo que tampoco es nuevo, recuerden hay varios gobernadores y exgobernadores señalados del mismo delito.  Es urgente la intervención ciudadana para que vote y lo haga en base a una reflexión precisa. Que no permita que sean electos  los sospechosos de tener atrás nexos inconfesables sino a los  verdaderos representantes del pueblo. Y  ojo,  al hablar de delincuentes no solo se refiere al narcotráfico sino también a los que encabezan mafias políticas que se han robado el dinero de los veracruzanos y lo han sumido en la ignominia. 

Se presume como si fuera una hazaña de aplauso que la mitad del gabinete estatal renunciará en breve para buscar una diputación federal pero todos ellos son verdaderos pillos, nacieron de la delictiva fidelidad, le aprendieron al innombrable y se graduaron con honores en la transa y el hurto durante el duartismo. Votar por personajes como Eric Lagos, Jorge Carvallo, Alberto Silva Ramos, Adolfo Mota Hernández o Tarek Abdalá es enviar a villanos a sentarse en una curul. ¡¡Mucho cuidado, ellos también se organizan para delinquir!!

 

LA HECATOMBE

 

Pero regresando a un tema que tiene conmocionado al país. No solo el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero y sus funcionarios deben ser destituidos por la desaparición –y presunta masacre- los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa sino también el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong que fracasó como responsable de la seguridad interna del país. En sus narices, policías involucrados con el narcotráfico secuestraron a los normalistas y los entregaron a los sicarios para ser asesinados. Que se vayan.

 El crimen no puede quedar impune. No alcanza tampoco las palabras huecas del copetón Enrique Peña Nieto que ayer se dijo indignado por la masacre pero que tardó diez días en tocar el tema y  no hizo nada para buscarlos y rescatarlos con vida. Alega responsabilidades estatales pero es su responsabilidad actuar cuando un gobierno local está rebasado o el cómplice de los agresores del pueblo. El caso de los estudiantes normalistas horroriza a todos  y no debe quedar impune, aunque son pocas las esperanzas de que haya justicia pues México es el país de la impunidad. 

Hace algunos meses muchos en México se horrorizaban  que en Nigeria el grupo terrorista Boko Haram había secuestrado  a 200 niñas, aunque no las mataron como a los jóvenes de Guerrero. Aún así, la reacción fue mundial y desde el exterior vino el apoyo para rescatarlas. ¿Por qué no se hizo lo mismo con los normalistas de Ayotzinapa?. ¡Que vengan los Cascos Azules pues el gobierno mexicano está fallido y aún peor, sus policías son cómplices de quienes matan a los jóvenes!. El crimen organizado coludido con las autoridades siempre da el mismo resultado: la barbarie.

 Sin embargo, el caso de los 43 estudiantes de Guerrero no es la única masacre reciente en el país. No hay que olvidar los 17 jóvenes que fueron sacados del bar Heaven en la zona rosa del Distrito Federal que también fueron masacrados por el crimen organizado. También están los  35 cuerpos –en su mayoría pertenecientes a jóvenes, hombres y mujeres, algunos adolescentes- que en el 2011 que las células criminales  dejaron abandonados en el boulevard de Boca del Río con huellas de tortura extrema  o los 72 cadáveres de migrantes, todos jóvenes también, localizados en una fosa clandestina en San Fernando, Tamaulipas. En Veracruz hay  once jóvenes que siguen desaparecidos desde agosto del 2013 cuando fueron detenidos por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz a cargo de Arturo Bermúdez en Atoyac. ¿Dónde están?. Ni siquiera los buscan.

 Ese es tan solo un pequeño recuento de los casos más sonados por el número de víctimas en un solo sitio y momento pero la tragedia es cotidiana. A diario en el país -y en Veracruz- desaparecen jovencitos. A muchos se les localiza sin vida y a otros no se les vuelve a ver nunca. En la entidad, tan solo en los últimos quince días -si se hace un recuento de los reportes de prensa-  veinte personas fueron asesinadas y de ellas al menos 15 eran jóvenes de entre 15 y 30 años. Es decir, un joven veracruzano es asesinado diariamente en promedio, sin sumar los desaparecidos. Es la hecatombe silenciosa.

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