Córdoba.- La Jurisdicción Sanitaria Número 6 se mantiene en alerta preventiva ante casos de fiebre amarilla, ya que se trata de un padecimiento diseminado por el Aedes Aegypti, transmisor del dengue, chikungunya y zika.
Aunque no se han reportado casos de infectados en la región, la Dirección General de Epidemiología exhortó a extremar precauciones.
A través de un comunicado la Comisión Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (Conave), alertó a todas las Unidades de Vigilancia Epidemiológica del país y los Centros Estatales de Enlace para el Reglamento Sanitario Internacional, para evitar la proliferación de la fiebre amarilla.
El entomólogo y coordinador de vectores, Miguel Ángel Bonilla Díaz, reiteró que aunque el problema por casos detectados es mucho más notorio en zonas del Centro y Sudamérica, por tratarse del mismo vector transmisor las acciones efectuadas para prevención del dengue, chikungunya y zika, integran a su vez la prevención de los casos de fiebre.
Precisó que aún cuando es un problema de salud que se determina a través de estudios de laboratorio y revisión médica, la fiebre amarilla es una enfermedad infecciosa aguda, que es transmitida de un huésped a otro, principalmente entre los monos, pero también del mono al hombre y de una persona a otra, por la picadura de mosquitos del género Aedes y Haemagogus.
El reporte de la Conave señala que una vez infectada una persona por el virus y después de un período de incubación de tres a seis días, la enfermedad puede cursar en una o dos fases. La primera, con cuadro clínico caracterizado por fiebre, mialgias, dolor de espalda, cefalea, escalofríos, náuseas y vómito, que desaparecen en tres o cuatro días.
Sin embargo, aunque los síntomas pueden resultar ligeros, se estima que aproximadamente el 15 por ciento de los pacientes presentarán una segunda fase tóxica a las 24 horas de la remisión inicial, en donde vuelve la fiebre y se ven afectados diferentes sistemas orgánicos, donde el paciente presenta ictericia rápidamente, dolor abdominal y vómitos.
Se conoció que en casos severos puede presentar hemorragias orales, nasales, oculares o gástricas. La función renal se deteriora. La mitad de los pacientes que presentan la fase tóxica mueren en un plazo de 10 a 14 días, pues desafortunadamente no existe un medicamento específico para combatir la infección, el tratamiento indicado es sintomático, donde la vacunación es la medida preventiva más importante contra la fiebre amarilla.