in

En peligro, alumnos del kínder Makarenko

Superiberia

Córdoba.- Los 104 alumnos del Jardín de Niños “Anton Semionovich Makarenko” toman sus clases en un edificio a punto del colapso.

Hace 20 años que el techado de láminas de asbesto no recibe mantenimiento. Tras las lluvias y el sismo de la semana pasada, Protección Civil Municipal dictaminó el lugar como “zona de alto riesgo”, una lluvia fuerte podría echar abajo las láminas.

A pesar del riesgo al que están expuestos los infantes, ni la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) ni mucho menos el Gobierno Municipal han accedido a reubicar el preescolar.

Según explicaron las educadoras del plantel, año tras año se han girado oficios a distintas autoridades sin éxito alguno. Por parte del Ayuntamiento, el único apoyo que les han manifestado es el pago del 50 por ciento para la compra de un terreno que sirva para su reubicación, argumentando que debido a que el inmueble no es propio de la Secretaría, no se pueden realizar acciones de mantenimiento.

La propuesta de la compra se ha considerado imposible, se estima que un predio actualmente supera los 5 millones de pesos, cantidad que difícilmente podrían aportar los padres de familia.

Del Gobierno tampoco se tiene respuesta,  ya que el inmueble es propiedad del Instituto de Pensiones del Estado (IPE), para el cual se paga una renta por su uso. Sin embargo, ninguno de los dos han accedido a realizar un mantenimiento integral al lugar, pues mientras la SEV dice que no es su propiedad, el IPE sostiene que está en buenas condiciones. Inclusive ha condicionado su permanencia como espacio en renta a cambio de no realizar daños al mismo.

LES LLUEVE

Aunado al riesgo inminente a la salud, por la exposición constante y prolongada al material con el que están elaboradas las láminas de asbesto, por la falta de mantenimiento el plantel sufre de goteras en casi la totalidad del inmueble.

Los rayos de luz se cuelan entre las rendijas de las láminas que dejan ver los espacios de escurrimientos de la lluvia. Las paredes y techos están plagados de humedad, los pisos agrietados y con perforaciones. Tras el sismo de la semana pasada surgieron nuevas grietas y la separación del techado con las láminas en el aula de cantos.

A la hora de las clases el calor se encierra  y es  “insoportable”, dicen las educadoras. Los salones son pequeños y los niños de segundo y tercer grado deben permanecer en aulas reducidas. Agrupaciones y políticos, inclusive han visitado el plantel para prometer apoyos que no han llegado.

DEBEN DESALOJAR 

De acuerdo con el dictamen de Protección Civil, la escuela se encuentra en una condición de “alto riesgo”, se les informó que las condiciones del edificio no son las óptimas para el trabajo con los niños, ya que inclusive ante una lluvia fuerte las láminas pueden vencerse. Para aminorar el riesgo, es necesario instalar montenes como sostén temporal del techado.

Ante esta situación, madres de familia exigieron a las autoridades apoyo inmediato al considerar que la vida de sus hijos está en riesgo. Lo ideal  es que se agilice la reubicación del Jardín de Niños o en su defecto que se aplique un cambio de las láminas de asbesto como medida paliativa al problema.

CANAL OFICIAL

Con ‘plantón’ rechazan aplicación de la UMA

Frenan inversiones por la inseguridad