Por: Andrés Timoteo / columnista
No hacen falta estudios profundos de especialistas en psiquiatría para deducir que el exgobernador Javier Duarte de Ochoa está loco. Eso lo supieron desde hace tiempo los veracruzanos, porque lo padecieron seis años y hasta la fecha siguen pagando las secuelas de ese maniático. No obstante, su comportamiento en la cárcel de Guatemala ha servido para alimentar el morbo de una sociedad acostumbrada a regodearse con lo grotesco.
Y no es un defecto exclusivo de los mexicanos, o de los veracruzanos, pues lo esperpéntico es noticia que vende en todo el mundo y por supuesto que los medios de comunicación están prestos a ofrecer detalles sobre un sujeto que acopia los odios populares. Así, exhibir y escudriñar a Duarte causa el mismo efecto que cuando se ofrecen detalles de un parricida, un caníbal o un asesino en serie. Este tipo de psicópatas son literalmente monstruos explotables mediáticamente para ganar audiencias y lectores.
Por eso, hoy la moda es ser “duartólogo”. Todo el que opine del ladrón más grande de Veracruz tiene la atención segura. Lo malo del asunto es que si bien en los medios informativos nacionales usan a Duarte como un sujeto sacia-morbos, a nivel local los “duartólogos” mutaron en devotos feligreses -se convirtieron en “Duartifílicos-”. Algunos opinadores ven al exgobernante como un mesías que vendrá a poner en su lugar al panista Miguel Ángel Yunes y a restaurar la fidelidad. Vaya, que cierta parte de la prensa doméstica tenga a Duarte como su Cristo prometido, es también un asunto psiquiátrico.
Pero haciendo a un lado la explotación mediática de los dichos y gestos de Duarte de Ochoa, lo que queda expuesto es la “obscenidad política”, como bien dice el columnista Julio Hernández, de un sujeto al que le permitieron -y le siguen permitiendo- todos los excesos, que se prepara para burlar al régimen judicial y que en su cabecita ha adaptado su “aquí no pasa nada” -tan ensayado en su sexenio- para evadir señalamientos y lo quiere transpolar al ámbito jurisdiccional, con apoyo de abogados y de un régimen gubernamental corrupto, para tener impunidad. Es la historia de siempre en México.
En este contexto hay otro ingrediente más para azuzar el morbo colectivo: la esposa del preso guatemalteco, Karime Macías Tubilla, habría iniciado ya los trámites para el divorcio desde Europa, donde radica con sus hijos. Así, todos disfrutarán de otro eslabón en esta trama telenovelesca de la mujer que fue parte activa en el saqueo financiero del Estado, pero que huye con la tolerancia de las autoridades estatales y ahora se dispone a disfrutar en solitario -bueno, es un decir, porque lo hará con su familia- del dinero mal habido.
Lo anterior a pesar de que en las diligencias judiciales ha salido su nombre una y otra vez como parte activa -algunos la definen como un ‘cerebro’ de la red de corrupción en el sexenio pasado- en el robo del erario. Ella es una de las intocadas por la justicia mexicana, lo que fortalece las elucubraciones de un acuerdo para que parte de lo robado sea disfrutado por la cónyuge -por ahora, pues pronto sería exesposa- y los hijos de Duarte de Ochoa.
DRONES Y LADRONES
Tal y como se anunció, la tecnología se está usando para combatir el crimen en Veracruz. Por medio de drones, las autoridades han ubicado lugares donde se ocultan vehículos robados. La semana pasada se dio con un lote y el miércoles fue otro en Cardel, donde se localizaron 17 automotores, además de armas. Este sitio sería uno de los escondrijos en el negocio de robo de vehículos, que cometía la misma banda delictiva que asesinó al comisario de la Policía Federal, Camilo Castagné.
Así se cumple uno de los compromisos hechos por el Gobierno, en cuanto al uso de artefactos tecnológicos para abatir la inseguridad. Vaya, para que los “duartifílicos” se retuerzan en su jugo. El uso de este tipo de artefactos es inédito y bien pueden ser usados también para ubicar los sitios con fosas clandestinas, otro grave problema que hay en Veracruz y que hasta el momento ha sido resuelto artesanalmente -y en forma incipiente- por los colectivos de familiares que buscan a personas desaparecidas.
Y ayer, no sólo los drones son noticia en estos días sino también los ladrones: dos más están en la picota. Uno es Isaías Alonso Salas, exsubdirector de la Comisión de Espacios de Salud quien fue detenido mientras un Juez giró orden de captura contra el cómico cordobés Antonio Nemi, exsecretario de Salud, exdirector del DIF y asesor personalísimo de Duarte y Karime Macías. No hay que olvidar que Nemi Dib era quien le redactaba los discursos a la pareja infernal.
El exfuncionario promovió un amparo para no ser detenido, aunque es cuestión de tiempo para que sea hospedado en el penal de Pacho Viejo, pues la suspensión de la captura es provisional. El cordobés Nemi quiso curarse en salud y comenzó a delatar a sus excompañeros de gabinete -se volvió un “sapo”, dirían en Colombia- pero ni eso le sirvió para evadir la pesquisa sobre sí mismo. Burócrata viejo -no se le conoce manera honesta de vivir-, Juan Nemi llevaba casi 40 años dependiendo de la nómina pública y ahora se le acabó la suerte. Lo malo para los veracruzanos es que lo seguirán manteniendo en la cárcel.
A lo anterior se suma la detención, también esta semana, del constructor porteño César Augusto Morando Turrent, acusado de defraudar al tesoro público con la edificación deficiente del Hospital de Especialidad Materno-Infantil, conocido popularmente como Torre Pediátrica, ubicado en el Puerto de Veracruz y que lleva más de seis años en construcción sin ser acabado. Ese edificio lo han calificado muchos como uno de los monumentos emblemáticos de la corrupción fidelista.
No hay que olvidar que fue el innombrable quien lo anunció, gestionó recursos y se robó ese dinero. Después Duarte de Ochoa en todo su sexenio también dilató su construcción, a la par que solicitaba fondos federales y disponía de dinero estatal para el mismo, pero esos recursos también los hurtó como su antecesor. En total, a nombre de la Torre Pediátrica, casi 400 millones de pesos se fueron al caño de la corrupción.
También la detención de Morando Turrent -a quien algunos apodan mordazmente como el ‘suegro’ no oficial del innombrable- es una pista de la complicidad que tuvieron empresarios constructores en el saqueo de los recursos estatales en los últimos doce años. Ellos se prestaron al juego de hacer como que edificaban, de levantar inmuebles deficientes y cobrar millones y millones por obras-basura. Morando Turrent no es el único, hay muchos empresarios coludidos que deben responder ante los tribunales por enriquecerse con dinero público a cambio de obras inservibles.
De ahí que varios integrantes de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) hayan saltado a la palestra mediática para condenar la aprehensión del defraudador con la Torre Pediátrica y hasta acusan de “excesos judiciales” y “cacería de brujas” contra la iniciativa privada -entre ellos el falso chairo y candidato perdedor de Morena a la alcaldía porteña, Ricardo Exhome-, pero en realidad quieren distraer a la opinión pública de la pestilencia que hay en ese sector: constructores cómplices de la fidelidad en el saqueo de las arcas estatales y que merecen cárcel.
SIMONE VEIL
Al son de La Marseillaise (La Marsellesa) y con una corte de Estado, fue despedida en el Palacio de los Inválidos, Simone Veil, pionera de la institucionalización del derecho de las mujeres para decidir sobre su cuerpo e interrumpir el embarazo por libre albedrio. La abogada y política falleció el pasado 30 de junio, pero al mediodía del miércoles se realizaron los funerales públicos. Ella es un símbolo para los galos y los europeos, pues fue una adelantada a su tiempo y una sobreviviente del destino, que dejó un legado invaluable.
De familia judía, fue sobreviviente del campo de concentración de Auschwitz, Polonia, donde estuvo detenida con su familia de 1944 a 1945. De regreso a Francia, tras la derrota de Adolfo Hitler, Simone se tituló de abogada e inició su carrera como política. Fue ministra de Salud, Seguridad Social y Familia, además de haber sido la primera mujer presidenta del Parlamento Europeo.
Siendo titular del Ministerio de Salud impulsó y logró que se aprobaran dos leyes históricas: el acceso universal a los anticonceptivos en 1974 y un año después, en 1975, la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Ambas disposiciones cambiaron la vida de las mujeres francesas. Simone Veil es comparada -e igual de querida- con sus tocayas, la escritora Simone de Beauvoir, icono del feminismo, y la activista Simone Iff, primera presidenta del Movimiento Francés para la Planeación Familiar.
Empero, de ese trío de mujeres históricas, sólo Veil tendrá una condecoración post-mortem del más alto rango, pues reposará en el legendario Panthéon de París. Por decisión del presidente Emmanuel Macrón, Simone Veil será la quinta mujer sepultada en el mausoleo dedicado a los “grandes hombres de la Patria”, según reza el prefacio grabado en los enormes muros del edificio. Las otras cuatro, cuyos restos están sepultados en esa cripta, son la científica Sophie Berthelot, la química Marie Curie, la etnóloga Germaine Tillion y Geneviève de Gaulle-Anthonioz, sobreviviente al Holocausto y participante en la resistencia contra el régimen nazista.
Gracias a Simone Veil, desde hace 42 años el aborto es legal en Francia y las mujeres galas tienen pleno dominio sobre su cuerpo, mientras que en países como México todavía se vive en el Medioevo, satanizando y criminalizando a las féminas que pretenden controlar la natalidad. Aquí en Francia, Simone Veil es venerada como una heroína de la Patria, en México la hubieran quemado en una pira los retardatarios, ultraconservadores y la Iglesia Católica. Mínimo la hubieran atropellado con el famoso “Autobús de la libertad”.
