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Los valores en la familia, la escuela y la sociedad

Superiberia

por: Gilberto Nieto Aguilar / COLUMNISTA

Los padres son los modelos más importantes durante el crecimiento y la maduración de niños y adolescentes, que tienden a ser imitados de manera natural y espontánea. Son la voz de la verdad, de la seguridad, del cariño. Algunos hijos quizá no recuerden si sus padres se disculparon cuando cometieron algún error. Decir “lo siento” puede ser una frase impactante en los sentimientos de los chicos. 

Entre los miembros de una familia se establecen relaciones personales que entrañan afinidad de sentimientos, de afectos e intereses que se basan en el respeto mutuo. Sin respeto, las relaciones suelen ser un desastre y el aprendizaje de los menores bastante negativo. La familia es la comunidad que enseña los valores y el adecuado uso de la libertad para hacer, decir y relacionarse con los demás desde los primeros años.

En el hogar se aprenden modelos con los que el menor se insertará más tarde en la vida social. La familia es el lugar ideal para forjar valores, principios, actitudes, maneras de pensar y formas de resolver los problemas. Si estos aprendizajes van encaminados a lograr un modo de vida más humano, la familia estará contribuyendo a una mejor sociedad.

Lo fundamental de la familia está en los lazos afectuosos, los sentimientos de seguridad y pertenencia, las sanas relaciones entre todos, el buen ejemplo de los padres, la disponibilidad al diálogo y a la convivencia, el esfuerzo por practicar en el hogar los valores que se consideran los más adecuados para que posteriormente los niños se desenvuelvan de manera exitosa en la escuela, en la sociedad y en sus vidas de adultos.

El apoyo, el cariño, la protección y los límites en la conducta, implican la participación de todos los miembros, pues siempre se debe considerar la opinión e intereses de los demás. La familia puede enseñar con el ejemplo la alegría de vivir, el sentido de pertenencia, de justicia, honestidad, lealtad, gratitud, respeto, humildad, perdón, empatía, autoestima, optimismo, generosidad, curiosidad por conocer, responsabilidad, paciencia, comunicar ideas y emociones, conservar algunas tradiciones.

En la escuela, los valores que orientan los contenidos de la educación básica como la libertad, la igualdad, la solidaridad, la justicia, el aprecio y el respeto a la vida, a la diversidad cultural y a la dignidad de las personas, constituyen elementos permanentes de los programas de estudio. En los centros escolares los alumnos estarán en condiciones de reflexionar los valores que cada quien practica para entender aquellos que son aceptados por el consenso social y que forman parte de la comunidad en que vive. 

Existe en la actualidad una globalización de los valores a nivel mundial que les está restando importancia vital como motores de las relaciones humanas y fundamento de los actos de las personas. Los valores de décadas pasadas se están derrumbando y todavía no se han construido los nuevos que habrán de sustituirlos, o nacen con una tendencia muy individualista. Esta situación afecta de manera especial a la población joven, a aquéllos que han perdido identidad y pertenencia.

La influencia debilitadora de la televisión, las TIC y las redes sociales, el cambio de la estructura familiar, el rompimiento de las relaciones entre la escuela y la comunidad, son sólo algunos de los factores que inciden en esa aparente pérdida de valores. Conforme las sociedades se van haciendo cada vez más internacionales y multiculturales, es necesario desarrollar formas para que esta diversidad se convierta en una fuente de riqueza, en lugar de una fuente de tensión y conflicto. El respeto a los demás debe incorporarse a la actividad educativa de todo niño y adulto.

Las sociedades contemporáneas que pretenden ser democráticas, abiertas y plurales se caracterizan por su interés permanente de cimentar en la ciudadanía valores que tiendan cada día a fortalecer y a consolidar el funcionamiento democrático de sus instituciones y de la vida en sociedad. Su propósito, claro y definido, consiste en elevar los niveles de satisfacción personal y colectiva, contribuyendo así a la dignificación humana y al incremento de los estados de felicidad (Basilio Florentino Morillo, Universidad de Barcelona).

gilnieto2012@gmail.com

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