María Elena Slame Romero descubrió desde muy pequeña que el bailar es una experiencia liberadora, porque cuando empezaba con sus primeras clases, el hecho de mover su cuerpo al ritmo de una canción determinada le hacía feliz, ya que era como tener la absoluta libertad de expresar lo que sentía, y hasta la fecha, esa sensación la sigue sintiendo, por lo que el baile se volvió una profesión para ella y además algo muy importante en su vida.
Para la orizabeña María Elena su pasión es ese sentimiento que la hace realizar lo que más le gusta al 200% y como la danza es su máximo la disfruta al mismo tiempo que comparte con sus alumnos todo lo que ha aprendido, ya que desde los 11 años se inició en el jazz.
Nuestra entrevistada ama bailar y eso la ha llevado a participar en diversos concursos a nivel regional y estatal como bailarina y coreógrafa, actualmente ha competido en encuentros de salsa en línea obteniendo el segundo y primer lugar con diferentes parejas de diversas partes de la República Mexicana.
El estar sobre un escenario para María Elena, no tiene palabras exactas para definir lo que produce en ella, y es que en lo personal representa algo como un santuario, un lugar al que hay que respetar y en donde puede expresar todo lo que quiere, pues con sus propias palabras es como su segundo hogar, un hogar en el que se siente feliz.
María Elena Slame espera que la recuerden siempre como una mujer que siempre sonreía al bailar, como una mujer alegre con defectos y virtudes, así como alguien agradecida a quienes la hicieron así, como son Dios, sus padres, alumnos y al público que la acompañó en todas sus presentaciones.
Actualmente ella se encuentra dando clases en su escuela “Danzzare Estudio” en donde lo hace muy bien y está demostrando lo que sabe hacer, que es el baile, pero sobretodo el transmitirlo a nuevas generaciones de artistas a los que les enseña la manera de cómo liberarse y expresar lo que sienten en un escenario.
Edy MÈndez
EL BUEN TONO
