Córdoba.- La reparación del pavimento en la salida de la ciudad hacia la autopista, frente a las instalaciones de Kentucky, no tiene nada que ver con una afectación por el deterioro natural de la cinta de rodamiento.
Se trata sin duda del contubernio evidenciado entre los alcaldes actual y saliente de Córdoba, Tomás Ríos Bernal y Francisco Portilla, quienes coludidos con las constructoras, permiten trabajos mal hechos.
Y es que una calle pavimentada con concreto hidráulico tiene una duración promedio de 15 a 20 años, sin embargo esta obra no tiene ni cuatro años y ya ameritó trabajos de rehabilitación, donde se vuelven a destinar recursos públicos.
Es sabido que las constructoras deben tener una garantía de vicios ocultos con duración de un año en las obras realizadas, lo cual no aplica en estos casos, sin embargo, el Alcalde en turno debería vetarlas al menos durante cinco años para que dejen de hacer obras en la ciudad, obras de mala calidad; sin embargo es claro que no lo hará, por los compromisos que tienen con ellas desde la gestión de Portilla y ahora de Tomás Ríos, ambos ampliamente conocidos por la población como los ediles más tranzas en la historia reciente de la ciudad.
de la redacción
el buen tono
