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Monitorea Profepa animales

Superiberia

ORIZABA.- Más de 300 ejemplares tiene la reserva animal del Paseo del río Orizaba, están inventariados, monitoreados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa),  y tienen un microchip, además, se lleva una bitácora con la información de cada uno, su conducta y su salud, señalaron responsables.

 

En un recorrido por la zona de los dromedarios, mapaches y tigres, la encargada de la Unidad de Manejo Ambiental, Mayra de la Vega, dijo que el compromiso del Ayuntamiento de Orizaba es no sólo conservar la buena imagen de los animales, sino propiciar para ellos un buen estado físico, emocional y de alimentación.

 

Tanto se ha cumplido el cometido que en las supervisiones constantes de la Profepa no ha hecho observaciones ni clausura de ningún espacio, no ha habido multas ni retiro de los ejemplares.

 

Nutriólogos, vigilantes, mantenimiento, limpieza y el veterinario, hacen un equipo de al menos 11 personas que realizan jornadas los 365 días del año, desde las 7:00 horas.

 

Los tratamientos a los animales van desde la desparasitación hasta la nutrición y vacunas; tener animales silvestres ha implicado crear un entorno de salud no únicamente de exhibición, explica Mayra de la Vega.

 

De las especies más delicadas y cuyo trato es muy estresante son las aves. Los tigres y jaguares son carnívoros, consumen más de dos kilos de comida diariamente, por lo que bajo cuidados y supervisiones de los médicos veterinarios del rastro municipal, se les administran raciones alimenticias de los desechos del mismo, “siempre y cuando haya reses o cerdos que por alguna razón fallecen, que no están enfermos, pero tampoco aptos para el consumo humano”, explicó.

 

El personal del rastro debe decir mediante un informe preciso que el producto destinado a la Unidad de Manejo Ambiental, ya no puede ser expendido al público, pero que está en buen estado y la puede consumir un tigre, por ejemplo.

 

El tratamiento a los felinos cuando se lastiman por jugar, enfrentarse o marcar territorio es delicado. Si se presenta una herida mayor, los médicos veterinarios y cuidadores valoran hasta qué punto es necesario aislar al animal, pero esto ha sucedido “a veces se opta por decidir que es mejor no cuidarlo… la naturaleza es sabia, sus heridas cicatrizan y sanan solas, mientras que si los aislamos, el animal se estresa mucho y puede ocurrir que él mismo se lastime al estar en una jaula solo”, señaló la funcionaria.

 

“Lanzarse contra la reja y reñir entre ellos es común, tienen pérdida de garras y hasta la nariz se lastiman, por ello es posible que a veces vean una lesión, pero sería muy tonto o absurdo que si son animales de exhibición y estuvieran maltratados los sigamos promoviendo, ahí hay una contradicción”, advirtió.

 

Los tres tigres de bengala (hembras, hermanas) provienen de un decomiso porque eran objeto de maltrato. Las autoridades municipales se reservan los datos, toda vez que existe un proceso legal contra el anterior dueño. Su comportamiento es muy retraído, normalmente se esconden en la cueva de cemento, van superando su comportamiento. Son seis meses de estar aquí y no se tiene previsto ni se ha contemplado como posibilidad que se reproduzcan porque no es fácil colocar una cría en otra UMA, como tampoco sería posible al ser parientes las tres, estos son animales protegidos, pero por fortuna no en peligro de extinción.

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