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¿Necesitamos una nueva Constitución?

Superiberia

>>El presidente Peña Nieto promulgará las reformas a la ley de amparo que se cocinaron en una comisión que encabezó Juan Silva.

 

Ferdinand Lassalle, en su gran texto ¿Qué es una Constitución? explica de forma extraordinaria a qué deben de obedecer una constitución y sus artículos. Resumiendo, una constitución sería la suma de las aspiraciones de nación de los factores reales del poder, entendiendo éstos como la clase política, los militares, las iglesias, los partidos políticos, los líderes sindicales y sociales, los empresarios y todos aquellos grupos que tienen influencia en la toma de decisiones.

Nuestra constitución ha sufrido una gran cantidad de modificaciones desde su creación en 1917. Estas modificaciones, que en ocasiones han atendido a la situación específica de la historia, han convertido a nuestra Carta Magna en un Frankenstein jurídico que difícilmente refleja las aspiraciones de un pueblo que esté en condiciones de tomar su lugar en el concierto de las naciones con modernidad y competitividad. Se siguen conservando en su texto referencias que apuntan a la época de su creación y que nada tienen que ver con la realidad del país.

El presidente Peña Nieto promulgará las reformas a la ley de amparo que se cocinaron en una comisión que encabezó en su momento el hoy presidente de la Suprema Corte, Juan Silva. Reforma esperada largamente que inició su elaboración en el periodo de Vicente Fox.

El juicio de amparo, creación jurídica absolutamente nacional, es un recurso fundamental de los ciudadanos frente a los excesos que pueden cometer los gobernantes y esta reforma lo hace más útil al ciudadano y a la protección de sus garantías individuales. Entre las novedades que presenta la reforma, está la posibilidad de recurrir al juicio de amparo para la protección de derechos contenidos en tratados internacionales y no sólo en las garantías que manda la constitución. También está la posibilidad de que en algunas resoluciones el amparo tenga efectos generales para proteger a todos los ciudadanos y no sólo al peticionario de garantías en el juicio de origen. Asimismo y como buen oficio para grupos ambientalistas, la reforma considera la posibilidad del amparo en la protección de derechos colectivos como la defensa del medio ambiente. De la misma forma, también se podrá hacer uso del juicio de garantías en el caso de que la autoridad incumpla con una obligación que le corresponde, como por ejemplo la investigación de algún crimen.

Como se desprende de lo anterior, la reforma que será promulgada el día de hoy tiene una gran importancia y trascendencia en la protección de los derechos ciudadanos y quizá sería una ocasión ideal para poner sobre la mesa la posibilidad de elaborar una nueva constitución, una nueva Carta Magna que contenga un acuerdo distinto de los factores reales del poder en México; una ley fundamental que se convierta en la herramienta jurídica de un país urgido de entrar en el siglo XXI con más fuerza y unidad; un nuevo pacto social que reconozca el rostro de un país joven en donde el acuerdo de toda la sociedad ayude a resolver los problemas de pobreza y rezago social.

Precisamente pensando en este nuevo acuerdo es que lo que sucede en algunas entidades se vuelve muy peligroso. Entiendo que hay momentos para la política, el diálogo y la conciliación. A veces los mandatarios estatales tienen que pactar en función de la gobernabilidad en sus entidades. Pero hay cosas que no se pueden pactar y una de ellas es la obediencia a la ley y la observancia de la Constitución. Hasta qué punto se va a seguir tolerando el chantaje de los maestros en entidades como Guerrero y Oaxaca y la existencia de policías comunitarias que se están enfrentando en algunas comunidades a las autoridades establecidas. Es el caso de los comunitarios de Ayutla de los Libres y Tecoanapa, que capturaron al director de la Policía Municipal de Juan R. Escudero, vinculándolo con el crimen organizado. La situación debe de ser analizada y resultar con cuidado en la aplicación estricta de la ley sin olvidarse de la política.

 

En el estribo.- Los políticos de nuestro país deben de ser más cuidadosos de no trivializar su imagen. El exceso de apariciones en bodas, banquetes, primeras comuniones, bautizos, fiestas infantiles y misas de inicio de pontificado les puede resultar contraproducente.

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