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PARÍS, DOS AÑOS

Superiberia

 Por: Andrés Timoteo  /  columnista

Ayer lunes 13 de noviembre se cumplieron dos años de los atentados terroristas en París, Francia, que dejaron 130 personas fallecidas y casi 700 heridos. Esos mismos inauguraron una nueva etapa y forma de sembrar el terrorismo a nivel mundial, pues los símbolos políticos, financieros, de transporte -aviones o trenes- , turísticos, religiosos o artísticos ya no son los objetivos, desde entonces los nuevos blancos son las personas comunes y su cotidianidad.

En  los ataques en París y Saint-Denis del 2015 se buscó golpear el “savoir-vivre” (“saber vivir”), el estilo de vida francés que es referencia mundial. Los terroristas no atacaron la Torre Eiffel, el museo de Louvre o la catedral de Notredame, los íconos de Francia, sino a los franceses mismos, a las personas que se divertían en cafés, terrazas, bares y en una sala de concierto. Se tocó, pues, la cotidianidad. Tal fue el mensaje de la masacre, y de ahí en adelante el esquema se reprodujo puntualmente en otros puntos de Francia y de países europeos.

Ya no se procedió contra personalidades de las élites políticas, económicas o religiosas sino contra los ciudadanos para llevarles el terror hasta en los lugares de mayor cotidianidad, lo mismo una iglesia que un concierto musical, una fiesta patria o un mercado navideño.El ingrediente mortífero que fue añadido son los llamados “lobos solitarios”, la mayoría de ellos ideologizados a distancia por las organizaciones terroristas, principalmente el Estado Islámico o Daech.

Son esos que actúan por iniciativa propia, pues oyeron la convocatoria de los ulemas musulmanes de matar al cristiano y al occidental con lo que haya a la mano: una pistola, un cuchillo, una piedra, un vehículo. Todo se convierte en arma y todo lugar es ideal para cometer el ataque. No obstante, los atentados del 13 de noviembre del 2015 tienen una particularidad específica porque fueron cometidos por una ‘manada’ de esos ‘lobos’ azuzada desde Siria, según las investigaciones que continúan hasta la fecha.

 La mayoría de los atacantes eran europeos, es decir, los asesinos no nacieron en el Medio Oriente sino en suelo europeo, criados como europeos y radicalizados a la distancia para atacar en el territorio que habitan. “Lobos comandados a distancia”, les llaman algunos.

De los ocho yihadistas que conformaron los tres comandos con kamikazes que atacaron en el Estadio de Francia, en Saint-Denis, al Norte de la ciudad, y en el barrio 11, sólo uno vive:  Salah Abdeslam, de nacionalidad belga y que por cuatro meses -del 13 de noviembre del 2015 al 17 de marzo del 2016- fue el hombre más buscado de Europa.

 Hoy, Abdeslam permanece en Fleury-Mérogis,  la prisión más grande de Francia, y el 18 de diciembre se sentará ante una Corte, pues iniciará su juicio en Bélgica que lo reclama por la muerte de policías durante su captura, en marzo de 2016. Sin embargo, el juicio por los ataques en París va para largo. Abdeslam mantiene un mutismo invariable, negándose a develar la trama en los mismos, es decir, revelar los autores intelectuales.

 La justicia francesa afirma que la preparación de los ataques en París fue toda una “ingeniería yihadista” al estilo de las ‘muñecas rusas’, es decir, unos ocultos tras otros, y el hilo se extiende de Francia a Bélgica, de Bélgica a Turquía y de Turquía a Siria. Además de Abdeslam, hay otras trece personas detenidas, pero el número de implicados podría ser mucho mayor.

 Lo que pasó después, han dicho las autoridades, con los atentados de los ‘lobos solitarios’ en Niza, Alemania o Inglaterra, son derivaciones de un ‘plan halcón’ de gran envergadura que tuvo lugar en París. Las pesquisas van para largo, pero lo que se rompió en el seno de la población parisina no se ha reparado ya que el  miedo inoculado el 13 de noviembre del 2015 sigue haciendo efecto en la sociedad.

 El 92 por ciento de los parisinos espera que haya otro u otros ataques mortales iguales o peores, según las últimas encuestas. Sólo el 8 por ciento, es decir, menos de una de cada diez personas, se siente segura en la llamada Ciudad Luz. Esto al contrario de las cifras de turismo que se recuperaron después de que entre noviembre y diciembre de 2015 cayeron hasta en un 40 por ciento, toda una catástrofe para la ciudad más visitada del mundo.

 En el tercer trimestre de 2017, los números de visitantes no sólo se estabilizaron sino que se incrementaron en 4 puntos porcentuales. El año pasado, 31 millones de personas visitaron París y dejaron una derrama de 19 mil millones de euros. Este 2017 se prevé que la cifra rebase los 35 millones de turistas, pues la cifra en verano fue reportada como la más alta en la última década. ¿Qué significa esta contradicción? Que el miedo por los atentados no tocó a los extranjeros sino a los que viven acá, esos que en cualquier momento esperan otra mordida de los ‘lobos’ yihadistas.

 

DEFENSORES DE OFICIO

Aunque usted no lo crea, hay quienes defienden la “inocencia” del exgobernador Javier Duarte y su esposa, Karime Macías. Todavía más, algunos hasta se atreven a pedir que a la llamada “Lady Abundancia” se le deje tranquila porque es mujer y madre. Vaya, como si el género y el acto de parir fueran como un baño de agua bendita que lava el pecado cometido. Tal es la pobreza argumentativa y la propensión manipulada por intereses, gratitudes y complicidades con lo peor del pasado, con la que se busca engañar a la opinión pública.

 Los defensores de oficio de la pareja infernal surgieron ahora que el Gobernador en funciones usa las imágenes de ambos para promover su primer informe de labores que se realizará el miércoles próximo. Claro, no sorprende tal defensa porque viene de los que se beneficiaron del duartismo y la fidelidad. Por ejemplo, el senador José Yunes, quien quiere ser candidato del PRI a la Gubernatura en el 2018, ha dicho que sobre Duarte “se hace escarnio y se administra el odio”. Vaya, como si Duarte no se hubiera escarnecido sobre los veracruzanos.

 Hay otro caso que rebasa el indecoro y es el del exsubprocurador en el Sur de Veracruz, Jorge Yunis Manzanares, quien se dijo “indignado moral y jurídicamente” por los anuncios publicitarios del primer informe gubernamental del Mandatario en funciones, en los que aparece la imagen del cordobés con antifaz.

 Yunis Manzanares no tiene ni calidad profesional ni moral para criticar nada porque lleva el sello de la fidelidad en la frente. Desde hace cinco años hay abierta una investigación en su contra, contenida en el expediente  947/2012 VER-FIEAFTVS-10, por la liberación de sicarios y  facilitar los trámites judiciales a las organizaciones criminales -en especial a Los Zetas-, pero la protección del sistema priista impidió que fuera procesado judicialmente. Aun así, en el 2014 fue destituido de la Subprocuraduría Regional de Justicia por el entonces titular de la dependencia.

 Apostándole a la desmemoria y haciendo lo que mejor le sale -ayudar a los  delincuentes-, Yunis Manzanares se convierte en defensor de oficio de Duarte de Ochoa, sumándose al coro de algunos otros -algunos desde trincheras opinativas y muy dolidos- de que el exgobernante figure en publicidad de los resultados del primer año de Administración del panista. Ya ven que para lo malo y los malvados no falta quien dé la cara.

 

VOTO TRAMPA

La activista náhuatl, María de Jesús Patricio Martínez, candidata del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a la Presidencia de la República, realizó una gira por regiones indígenas de Veracruz, y entre los lugares visitados estuvo la Sierra de Zongolica en la búsqueda de firmas que sustenten su registro ante el Instituto Nacional de Elecciones (INE). Marichuy, como le llaman, no es la primera mujer ni el primer indígena candidato a Los Pinos, pero sí la primera mujer-indígena, de ese binomio tan marginado en la sociedad mexicana.

 Al mismo tiempo es pobre y no pertenece a la clase política. Ella es médico tradicional y vive modestamente, no como la expanista Margarita Zavala o la priista Ivonne Ortega, las dos mujeres que actualmente también  buscan esa misma nominación, y que han vivido en la opulencia gracias al erario público. La postulación de la señora Marichuy no es anecdótica, pero sí tiene doble filo. Por un lado, el positivo, rompe los esquemas tradicionales del aspirante presidencial  que por lo general arrastra el sello de la corrupción y están alejados de las clases populares.

 Por el otro, su candidatura acapara las buenas intenciones, pero no deja de tener un trasfondo poco oscuro, no por la persona -ella misma- sino por la organización que la apuntala. Es la candidata del EZLN, el ejército de papel que hizo una guerrilla en 1994 que nunca fue cierta. El zapatismo, con toda su carga ideológica que tiene una valía incuestionable, fue usado para engatusar a los mexicanos, pues no hubo guerra ni cambios en favor de los pueblos indios, los cuales siguen igual de miserables que hace 25 años. Al contrario, el EZLN sirvió para dividir el voto indígena y campesino en las últimas dos elecciones presidenciales.

 En la primera, la del 2006, el mismo líder del EZLN, el Subcomandante Marcos, hoy autodenominado Comandante Galeano, salió a recorrer el País sobre una moto, intentando usar la imagen icónica de Ernesto “Che” Guevara en sus “Diarios de motocicleta” para promover la famosa “Otra campaña” que en los hechos fue la contra-campaña para menguarle votación al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador y facilitar la imposición del panista Felipe Calderón.

 Ahora, en esta nueva edición electoral, el discurso de la candidata Marichuy Patricio Martínez es certero, denuncia lo que padecen los pobres en el País. Reclama lo justo, pero ella misma ha dicho que no hace campaña para ganar la Presidencia de la República sino para  “ir más allá de 2018” en el entendido de despertar conciencias y madurar oposiciones.

 Y ahí está la trampa, si el interés del EZLN no es competir por el Gobierno mexicano entonces los votos recaudados serán inú-
tiles, y peor aún, servirán para restarle sufragios a quien sí compite por Los Pinos para generar un cambio político. La intención de la candidata Patricio Martínez es acaparar el llamado “voto romántico” de quienes le apuestan a la utopía, pero que obstruye el “voto útil” que se necesita para sacar al PRI de Los Pinos e impedir el regreso del PAN.

 Marichuy es, lo quiera o no, parte del rejuego para impedir una mayoría en las urnas que haga posible que el tabasqueño López Obrador llegue a la Presidencia de México y provoque el cambio tan anhelado. Otra vez el EZLN entra al rejuego electoral como distractor, allanador del camino para los de siempre, un instrumento del poder. ¡Alerta, no se dejen engañar!

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