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RISA DE RUFIANES

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Por: Andrés Timoteo  /  columnista

RISA DE RUFIANES

No hubo sorpresa: 9 años de cárcel, a los cuales se le restará uno y medio que ya lleva en prisión y posiblemente cumplirá sólo otros tres, y una multa de poco menos de 59 mil pesos -le quitan un pelo al gato, dirían los viejos en el pueblo-, fue la sentencia para el exgobernador Javier Duarte, quien se declaró culpable de operaciones con recursos ilícitos y asociación delictuosa. ¿Una burla? Por supuesto, pero esperada por todos.  

En realidad, nunca se atendió por justicia, pues ya se había anticipado: Duarte tiene amigos influyentes, entre los que se van y los que llegan. Y lo obvio llegó también, pues hoy es tiempo de risotadas, se escuchan en las familias Duarte, Macías, Tubilla y Herrera Beltrán y demás. Las carcajadas resuenan, por supuesto, en Veracruz, donde los cómplices y beneficiarios del duartismo están de plácemes por tal sentencia.

Risas, asimismo, en una parte de la prensa, la nostálgica del ayer, en esos que afirman sin ruborizarse que Veracruz estaba mejor con Duarte de Ochoa. ¡Vaya! Hasta se puede leer la felicidad boyante en varias líneas opinativas. Se ríen a borbotones y tienen motivo, es la impunidad ganada a base de tratos obscenos con los que se van y con los que llegan, se repite. Y no se ha acabado, ahora viene otro capítulo en la parte veracruzana.

El próximo Gobierno estatal se alista para desistirse de las acusaciones penales contra el exgobernador, principalmente la de desaparición forzada de personas. El propio mandatario electo, Cuitláhuac García, ha definido a Duarte como víctima de los “excesos judiciales”, lo que es un anticipo del tratamiento que le dará al caso. Ayer dijo que con la sentencia de Duarte en el fuero federal se cierra “un show mediático”, es decir, ya da por concluida la persecución judicial.

Ayer, el Gobernador en funciones, dijo que, pese a esas palabras tersas hacia Duarte, espera que una vez que tenga en sus manos la información judicial del saqueo y los ilícitos, el próximo Mandatario “se ponga del lado del pueblo” y continúe los tres procesos judiciales que localmente están abiertos contra el exgobernador.  Dos de ellos tienen que ver con asuntos financieros, configurados en peculado, abuso de autoridad, incumplimiento de un deber legal y tráfico de influencias.

Por ellos ya hay órdenes de aprehensión giradas, y un tercero, por desaparición forzada de personas. Éste último dossier requiere una autorización internacional, la de la justicia de Guatemala, de donde fue extraditado Duarte. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) deber solicitar al Gobierno guatemalteco autorizar una excepción al principio de especialidad en el tratado de extradición para que se integre este nuevo ilícito -de lesa humanidad-al expediente que permitió repatriar al exGobernador.

La petición estaría hecha desde finales de mayo y Yunes Linares volvió a llamar a la SRE y a la PGR para acelerar el proceso diplomático que haga posible juzgar a Duarte por el nuevo delito. Por esos tres expedientes judiciales que hay abiertos en el fuero estatal, una vez que el exgobernador  cumpla la sentencia por los delitos federales y salga de prisión -por allá del 2022 si piden la liberación anticipada-, deberá ser detenido y trasladado a Veracruz.

Para esa fecha, Cui-tláhuac García estará cursando su cuarto año de Gobierno y se requerirá de su voluntad política para hacerlo, aunque nadie debe emocionarse ni disparar sus expectativas porque todo indica que el nuevo mandatario cumplirá los pactos de impunidad con los dos exgobernadores.

No obstante, hay una posibilidad para que Duarte no quede libre a corto plazo y ésta tiene como protagonista al fiscal general, Jorge Winckler, quien legalmente estará como tal hasta diciembre del 2025, un tiempo suficiente para hacer que se le borre la sonrisa a los rufianes que quieren ver libre al cordobés.

Todo dependerá de que Winckler logre sortear el vendaval que se le viene encima de parte de Cuitláhuac García y los legisladores de Morena que harán todo lo posible para que renuncie o sea destituido de la Fiscalía General, pues eso forma parte de la estrategia para garantizar impunidad a Duarte de Ochoa y a otros fidelistas. De la resistencia de Winckler dependerá que el tipo salga libre a gozar de lo robado.

IGUAL QUE AYER

Hablando del próximo Gobierno, ya se designó los futuros secretarios de Desarrollo Agropecuario y Desarrollo Social que serán Eduardo Cadena Cerón y Guillermo Fernández Sánchez, respectivamente. El primero es un ingeniero agrónomo de origen poblano, dueño de “Viveros Cadena”, una empresa del rubro agroforestal, responsable del programa agropecuario en la pasada campaña proselitista de Cuitláhuac García. O sea, un operador electoral.

Lo mismo con Fernández Sánchez, quien es delegado nacional de Morena y ha sido representante distrital de ese partido. O sea, otro operador electoral. Y hay más, en el acto donde fue nombrado Fernández, el mismo García Jiménez le pidió públicamente incluir en el organigrama de la Sedesol a Arnulfo Vásquez Hernández y a Rolando Ramírez Sánchez, quienes también han sido delegados de Morena en sus distritos. O sea, más mapaches electorales.

Ahí se cumple lo pronosticado. Sedesol estatal será, de nueva cuenta, manejado con objetivos partidistas. ¿Quién extraña el ayer? ¿Se acuerdan cuando los exdirigentes estatales Ranulfo Márquez y Alberto Silva fueron titulares de Desarrollo Social? ¿A poco hay un cambio con los futuros secretarios cuitlahuistas? Tal vez la diferencia es que antes se apuntalaba al PRI con los recursos y programas de combate a la pobreza, los que ahora serán para fortalecer a Morena.

Y algo para hacer saltar de miedo a todos es que el próximo subsecretario de Planeación de la Sedarpa será Víctor Chagra, designado directamente por García Jiménez. ¿No es Chagra Guerrero el “excuñado” extramarital del innombrable y cómplice de la corrupción en los últimos dos sexenios? ¿Acaso no es de los Chagra de Coatzacoalcos que han sido ligados a Hernán Martínez Zavala, “El Comandante H”, detenido en mayo del 2017 y quien era jefe de plaza para un cártel del narcotráfico?

Todo parece indicar que los pactos con el pasado que trae el Gobernador electo no sólo tienen que ver con la reivindicación de los políticos corruptos, sino que también incluye la restauración de acuerdos oscuros con la mafia que podría volver a infiltrar el organigrama oficial. Igual que ayer, pues.

DIOS LOS HACE…

Por cierto, algo que no debe pasar desapercibido es la visita que hizo al estado el exasambleísta de la Ciudad de México, René Juvenal Bejarano Martínez, conocido popularmente con el mote de “El Señor de las Ligas”, que se ganó tras el videoescándalo por haber recibido sobornos millonarios de parte del empresario argentino Carlos Ahumada en el 2004, lo que le valió su desafuero y encarcelamiento.

El experredista y ahora morenista está de gira por el País para integrar la organización “Movimiento Nacional de la Esperanza”, filial de Morena. ¿Adivinen quién acudió a verlo y a fotografiarse a su lado? El fortinense Alfredo Tress Jiménez, exregenteador del extinto partido fidelista Alianza Veracruzana (AVE).

Al parecer Tress Jiménez se integrará a ese movimiento esperanzador -para él porque extraña estar fuera del presupuesto- y en un descuido hasta lo nombran presidente del mismo en el Estado. También a este encuentro con el “Señor de las Ligas” se presentó el alcalde de Alvarado, Bogar Ruiz, quien ha brincado del PAN al PRI y ahora al PVEM.

Ruiz Rosas es, por decirlo de alguna manera, la extensión del innombrable entre los alcaldes en funciones, por lo que no es de extrañar su adhesión a Bejarano y su Movimiento Nacional de la Esperanza. Ahora sí, aludiendo nuevamente a los viejos del pueblo, con ese trio allegado -René Bejarano, Alfredo Tress y Bogar Ruiz- se puede afirmar sin equivocación que “Dios los hace y ellos se juntan”.

AYOTZINAPA

Por fin el presidente electo Andrés Manuel López Obrador hizo algo encomiable, aunque por el momento también eso sea parte del catálogo de promesas y de la labia fácil del tabasqueño. Ante familiares de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, Guerrero, desaparecidos desde hace exactamente cuatro años, con los que se reunió el miércoles pasado, López Obrador afirmó que permitirá una investigación judicial precisa y sin sesgos.

Anunció que el primero de diciembre emitirá un decreto presidencial para crear una Comisión de la Verdad -la cual ya debió haberse constituido porque hay un fallo judicial, pero que el Gobierno Federal lo combatió con una apelación- y prometió que ninguna instancia de su Administración obstaculizará las investigaciones.

Además, dijo que se admitirá la asistencia internacional en la investigación para que se garantice la independencia de las pesquisas y que los resultados sean los más próximos a la verdad de lo que sucedió. El tema de los normalistas siempre ha sido quemante para las autoridades porque las versiones no contadas -o más bien bloqueadas- apuntan a la ‘narcopolítica’ que impera en el País y que embarra a muchos, incluyendo a algunos que estarán en el poder en los próximos años.

El caso de los 43 normalistas de Guerrero es uno de los íconos de la tragedia nacional, Es el caso más mediático, pero no el único. En todo el territorio nacional se tejen historias de horror como la de Ayotzinapa. En Veracruz hay muchos, uno de ellos los cinco jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca, quienes habrían tenido la misma suerte que los de Ayotzinapa. México está convertido en una estepa infestada de lobos que devora a los jóvenes.

Las bestias están en todas partes, lo sabemos, pero a veces no las vemos, diría el cineasta Alejandro González Iñarritu. En pocas palabras, es la narcopolítica que ha transformado al País en tierra de lobos. Y el compromiso de López Obrador invariablemente lo conducirá hasta allí -en el caso de cumplirlo-, a los políticos coludidos con los cárteles del narcotráfico. A ver si el futuro presidente no se echa para atrás cuando vea que tiene que castigarlos en lugar de amnistiarlos.

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