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¿SE TERMINARÁ LA ÉPOCA DE LA FIDELIDAD?

Superiberia

 Por: TOMÁS GONZÁLEZ JIMÉNEZ / columnista

El Estado de Veracruz ha tenido gobernadores de disímbolos caracteres y pensamientos que en una época floreció, progresó sobre todo por la forma en que varios de ellos actuaron con un deseo ferviente de beneficiar al pueblo veracruzano.

Recordamos a Marco Antonio Muñoz Trumboll, época en que se creó el Instituto de Pensiones del Estado, que se manejó con verdadero interés de beneficiar a todos los trabajadores del Estado, donde existieron préstamos por buenas cantidades para compra y construcción de casas y otros beneficios, que mereció el aplauso de quienes en aquella época salieron agraciados.

Rafael Murillo Vidal, sexenio en que se estableció la pensión móvil para el magisterio estatal, que se vino dando por muchos años, es decir, aumento que otorgaban a los profesores activos, se les otorgaba a los jubilados y pensionados, un beneficio que rebasaba al Magisterio Federal de aquella época.

Otro personaje que se recuerda es Rafael Hernández Ochoa, donde floreció la educación en esta Entidad veracruzana, que estuvo dirigida por verdaderos profesores, donde hubo una producción de apoyos para el magisterio que mucho sirvió para el mejor servicio docente; también en ese período se creó el Jardín Botánico Clavijero, donde prácticamente se inicia la labor ecologista, con textos especiales incluyéndose en los programas educativos.

Esos son algunos de los nombres de gobernadores que se les recuerda con gran reconocimiento, pues su labor se puede considerar como verdaderamente positiva, dejando huella de su paso como titulares del Poder Ejecutivo estatal.

Esos hombres siempre se paseaban sin escolta, sin guardaespaldas, se sentaban en cafés, restaurantes, sin estar preocupados en que los fueran a molestar, sencillamente se desenvolvieron como personajes realmente identificados con el pueblo, habiéndolo beneficiado en muchos aspectos, pero sobre todo en seguridad.

Muy lamentablemente surge la nueva corriente de individuos que encuentran que llegar al poder gubernamental estatal no era para beneficiar al pueblo, sino que para ellos encontraron una mina para explotarla despiadadamente, y es cuando se inicia la debacle en todos sentidos de esta entidad federativa, al grado que la saquean hasta dejarla en la miseria, entiéndase miseria donde no dejaron nada limpio, sino sucio para vergüenza del pueblo veracruzano, que siempre ha sido un pueblo lleno de hombres y mujeres que han trabajado con verdadero ahínco y decididos siempre a luchar, pese a todas las adversidades a que los ha llevado la clase política.

Quizás ya venía ocurriendo tiempo atrás, pero vino el reparto de puestos oficiales y de elección popular, sobre todo a gente inepta, sin preparación, pero sobre todo sin escrúpulos, que poco a poco les dieron oportunidad a jóvenes dentro de los cargos claves, donde había mucho dinero, así como oportunidades para realizar tráfico de influencias, y así prácticamente llegan los saqueadores con grandes alforjas para llenarlas de mucho dinero que era del pueblo.

Llegó también la época en que jóvenes nuevos dentro de la clase política, amenazaron al Ejecutivo estatal que de no darles determinada posición política iban a descubrir todo lo que sabían de él, o de lo que se habían enterado, y así muchos lograron puestos de elección popular, como presidencias municipales, para también llegar a robarse el dinero del pueblo

La educación se vino abajo, pues los puestos claves se los dieron a exdirigentes sindicales, es decir, elementos que nunca trabajaron en el banquillo, sin experiencia de ninguna clase, ‘aviadores’ que cobraban sin trabajar, ahora siguen existiendo.

Son corrientes políticas formadas por gente que en realidad no trabaja, pero sí se enriquecen de la manera más fácil.

Por eso ahora el pueblo se pregunta: ¿Seguirá viviendo el alemanismo, el fidelismo, el duartismo?

Seguramente sí, porque sembraron semillas malas, envenenadas, que seguirán haciendo perjuicios a la sociedad veracruzana.

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