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SEMANA ROJA

Superiberia

Por Andrés Timoteo  / columnista

SEMANA ROJA

Nunca se habían tenido ‘días santos’ tan dolorosos en Veracruz como en este año. La numeralia de sangre espanta a cualquiera: 70 asesinatos en siete días, incluyendo las 14 personas masacradas en una fiesta en Minatitlán, entre ellos un bebé de un año. En ese recuento rojo se tiene al menos una decena de mujeres privadas de la vida -sumando las cuatro del festejo minanteco- para hacer más 90 feminicidios de diciembre a la fecha.

En la entidad se disparó la estadística de feminicidios durante los últimos cuatro meses de acuerdo con las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Y en homicidios dolosos ya son casi 700 los casos desde esa fecha, pero la Semana Santa fue en realidad una “Semana Roja” por la sangre derramada: diez personas abatidas cada uno de esos siete días, si se calcula el promedio.

Así, la media por cada mes -desde diciembre- es de 140 asesinatos, a razón de cinco diarios. Por cierto, según algunas versiones, la matanza en Minatitlán habría sido por un ‘ajuste de cuentas’ entre cárteles del narcotráfico, pues el objetivo de los sicarios era el administrador de un bar de la zona donde se daba el narcomenudeo e incluso se dice que ya han sido identificados al menos dos presuntos responsables del ataque.

 Sin embargo, hay una versión paralela inquietante, por no decir escandalosa, sobre dicha masacre por las características de la misma. Al menos siete de las 13 víctimas que perecieron en el lugar fueron rematadas con el clásico ‘tiro de gracia’, a otros se les obligó a ver cómo los mataban y al bebé no solo le dispararon a mansalva, sino que lo remataron ya muerto con varios disparos. Algunos aseguran que, por la fecha, Viernes Santo, y por el modo en que lo hicieron, la masacre también fue un ritual.

¿Por qué rematar a un bebé ya muerto en medio de la fiesta?, y ¿por qué disparar indiscriminadamente contra todos?  No fue una ‘ejecución’ masiva común, sino que el modus operandi fue ritualístico, una ofrenda pues, dicen los conocedores de esos asuntos macabros. Algo que no es nuevo en la mafia, tan ligada a prácticas religioso- esotéricas, entre ellas el satanismo.

Y por si no bastara la oleada de muerte ligada al crimen organizado, durante la “Semana Roja” perecieron ahogadas 15 personas en diferentes puntos de la entidad para hacer un total de 85 decesos en siete días, es decir, 12 diarios, más del doble de la estadística promedio en lo que va de la actual administración estatal.  Por eso, como se dijo al inicio, nunca se habían tenido días sacros tan aciagos y con una estela de muerte y dolor en Veracruz.

EL COCHINERO Y LO PODRIDO

La masacre en Minatitlán sorprendió al gobernante en turno en su ‘sabadaba’ -la fiesta de fin de semana como la llama- pues mientras sucedía la tragedia él se encontraba en un partido de futbol en el estado Luis “Pirata” de la Fuente. Luego, obligado por las circunstancias y la avalancha de criticas en las redes sociales, tuvo que trasladarse a Xalapa -que no a Minatitlán- para convocar a sesión urgente de la Coordinación para la Construcción de la Paz.

 En ese intríngulis, tanto el gobernador como el secretario de Gobierno aprovecharon para cargar nuevamente contra el fiscal general, Jorge Winckler, responsabilizándolo del suceso, a fin de escurrirse de la responsabilidad que les toca. ¿Qué necesidad había de partidizar la tragedia? Ninguna, pero lo hicieron, en ese pleito político que traen con el titular de la Fiscalía General.

Y no es algo que sorprenda, recuerden que lo mismo hicieron recientemente con el asesinato de la hija de la diputada federal, Carmen Medel, de Morena, sucedido en Ciudad Mendoza en noviembre pasado, pero que fue retomado hace unas semanas acusando al fiscal de falsear detenciones de los responsables. Ahora, nuevamente un suceso criminal lo instrumentalizan para fines personales sin reparar en la situación de las víctimas.

 Claro, lo anterior sin excusar al fiscal Jorge Winckler de su deber de investigar lo sucedido en Minatitlán y proceder a procurar justicia. Él tampoco debe usar el caso para sacar raja política ni alimentar el enfrentamiento con el gobierno estatal. La muerte de personas no debe ser botín de grupos ni instrumento de políticos irresponsables. No es un secreto que la Subdelegación de la Fiscalía en la región sur es de las más corruptas de la entidad, y allí toda pesquisa se hace sospechosa.

 En este contexto de muerte, inició ayer domingo su cuarta gira por Veracruz el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien acudió a la Escuela Naval de Antón Lizardo para encabezar la Jura de Bandera de cadetes y también la conmemoración del 105 aniversario de la defensa de Veracruz por la invasión norteamericana de 1914.

Allí, el tabasqueño se refirió a la masacre en Minatitlán, la cual le dio vuelta al mundo, en Europa, por lo menos, todos los periódicos, noticieros y radiodifusoras dieron cuenta de la notica. El periódico Le Parisien (El Parisino), editado en la capital francesa, agregó una frase al cabezal: “Veracruz un estado gangrenado por la violencia de los cárteles de la droga”.

Efectivamente, no hay mejor descripción para lo que sucede en la entidad y el mismo López Obrador lo citó ayer al decir que lo sucedido en Minatitlán era parte del “cochinero” y “fruto podrido -el sinónimo de gangrenado- heredados de gobiernos pasados cuando se confundía la delincuencia con la autoridad. Sin embargo, falsea al decir que ahora ya no es lo mismo y que se trabaja en serenar al País.

 No por lo menos en Veracruz donde no existe ningún plan ni mucho menos trabajo ya realizado para combatir la delincuencia, ni por lo menos para pacificar las zonas que son literalmente tierra de nadie, tanto por la operación del crimen organizado como el desorganizado. Ayer, el presidente reiteró que en Veracruz ‘hay un gobernador honesto”, algo que no se discute, lo que está en predicamento es su eficacia y su interés por trabajar.

El espaldarazo de López Obrador para el gobernante local perdió fuerza ante los graves acontecimientos y ya no alcanza para tranquilizar a los veracruzanos. Hoy lunes, el tabasqueño presidirá la reunión del gabinete de seguridad en el puerto de Veracruz y ofrecerá conferencia de prensa, en la que se espera aborde con más amplitud el caso de la “ola” de violencia en la entidad y anuncie -vaya, por lo menos- alguna acción inmediata que si bien no paleará la crisis por lo menos podría dar esperanza a todos los que habitan este castigado Estado.

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