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SÍ MERECEN LA CÁRCEL

Superiberia

 Por: Andrés Timoteo  / columnista

Según la Real Academia de la Lengua Española, expoliar es “quitarle algo a alguien con inequidad o violencia”, es decir, injustamente o por la fuerza. Y eso fue lo que hizo la cordobesa Astrid Elías Mansur junto con su expatrona, Karime Macías de Duarte, en el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), una institución que fue creada para el altruismo, para la ayuda social. 

Como directora del DIF, Elías Mansur no fue una benévola con los sectores vulnerables de la sociedad, especialmente los pobres, sino una devoradora de dinero público. Expolió el presupuesto que debió servir para el apoyo a los más necesitados. Ahora, cuando la lumbre se le acerca porque la justicia ya está tras Karime Macías, refugiada en Inglaterra, Astrid Elías promovió un amparo judicial, el número 521/2018 ante el Juzgado 17 de Distrito para no ser detenida.

Claro, lo hicieron sus abogados, porque ella está ilocalizable, huida desde octubre del 2017, aunque la suspensión de cualquier orden de arresto es temporal y si los delitos que se le imputan requieren prisión oficiosa, el amparo no surte efecto y se le detendrá con la Fuerza Pública. De esta manera, otra cordobesa excolaboradora de Duarte podría terminar en la cárcel.

Hay que recordar que hay otro cordobés, Antonio Nemi Dib en el reclusorio de Pacho Viejo, en Coatepec, y el empresario cafetalero, José Álvarez Rocha,  estuvo preso 14 horas.


En el caso de Astrid Elías Mansur, cercan, junto con su hermana y su madre, a Karime Macías; el fin de semana, el periódico digital Animal Político difundió un reportaje titulado “Fábrica de empresas fantasma’ durante la gestión de Macías en el DIF, así como en otras áreas de la Administración de Duarte de Ochoa. En ese reportaje se menciona la compañía-fachada Abastecedora Romcru SA de CV, que  ya se había citado  en este espacio y de la cual fue impulsora y cómplice Elías Mansur.

Dicha empresa tuvo la ciudad de Córdoba como sede de origen, el 24 de marzo del 2012, pero después dos de los socios identificados como Raúl Antonio Chirino Escobar y Francisco Fernández Sánchez, trasladaron el domicilio fiscal al Puerto de Veracruz, mismo que al ser inspeccionado con el Sistema de Administración Tributaria (SAT) resultó corresponder a un salón de belleza de nombre “ Estética Unisex D´Flor”,  cuya propietaria y empleadas  desconocían la firma ni mucho menos haber recibido millones de pesos.

Otros dos personajes ligados Abastecedora Romcru son Francisco Fernández Sánchez y Humberto Bárcenas Luna, y esa compañía fantasma facturó al gobierno estatal cerca de 500 millones de pesos – 456 millones 798 mil pesos para ser exactos- y fue la que acaparó el mayor monto de la red de sociedades hechizas creadas para robarse el erario.  

El reportaje de Animal Político ( https://lc.cx/msDT) señala al contador Víctor Manuel López Gachuz, expropietario del restaurante El Azafrán, en Boca del Río -local que ya cerró, pero que era uno de los comederos favoritos de los funcionarios duartistas- como el cerebro de esa “fábrica de empresas fantasma” de las que se sirvió Karime Macías, Javier Duarte y obvio, Astrid Elías, para expoliar el dinero de los veracruzanos.

Y no es cualquier dinero, hay que aclararlo porque, como ya se dijo al inicio de este texto, el presupuesto del DIF tenía como destino la ayuda a los más necesitados, económica y físicamente: los pobres, los enfermos, los huérfanos, las madres solteras, los discapacitados y los ancianos. Estos señores son tan inmorales que se robaron el dinero de los más vulnerables.

¿Merece ir a prisión la cordobesa Astrid Elías Mansur? ¿merece ser detenida y extraditada Karime Macías? ¿debe continuar Javier Duarte tras las rejas? ¿se debe encarcelar a todos los cómplices de este latrocinio? Por supuesto, sólo los insensibles y los amorales -e inmorales- no estarían de acuerdo en que se les eche el guante a estos pillos y se les refunda en una celda. Entonces, el mantra a recitar es: Sí merecen la cárcel… sí merecen la cárcel.

EJEMPLO DESDE ESPAÑA

La ‘democracia española” no es vieja, apenas tiene 40 años. En términos históricos y políticos inició cuando entró en vigor la constitución en 1978, con la cual se cerró la etapa post-dictatorial de Francisco Franco, fallecido tres años antes, en 1975, pero quien se mantuvo 35 años en el poder. Desde entonces España, ha tenido seis presidentes de Gobierno, un modelo de convivencia política con la monarquía todavía existente, pero meramente representativa.

Desde el  sábado anterior  los españoles  tienen su séptimo presidente, Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), luego de que el viernes el Congreso votó una Moción de Censura que echó del poder al derechista Mariano Rajoy, del Partido Popular (PP), desprestigiado por la sentencia judicial del llamado Caso Gurtel, una red de corrupción que involucra a líderes y gobernantes del PP, la cual incluyó doble contabilidad, sobornos, lujos a cargo del erario y defraudación fiscal.

La pesquisa iniciada en el 2009 duró nueve años y en la semana se emitió la sentencia que llevó a la cárcel a varias cabecillas del PP. Rajoy no fue condenado judicialmente, pero su declaración ante la Audiencia Nacional quedó bajo predicamento por haber mentido. Esto fue aprovechado por la oposición que, increíblemente, se unió para sumar 180 votos en la asamblea parlamentaria para destituirlo.

Como siempre se ha expuesto, en otros países suceden eventos históricos que deben ser vistos y leídos en México porque son muestras de que es posible lograr lo que se consideraría utópico. En España está sucediendo un hecho virtuoso, pues un presidente en funciones, involucrado en casos de corrupción, fue destituido por el parlamento. Y también porque las fuerzas partidistas lograron el consenso para votar juntos, echando al corructo de la casa gubernamental, el Palacio de La Moncloa, le llaman.

Los diputados vascos, los catalanes, los canarios, los socialistas y los antisistema de Podemos dejaron sus diferencias para votar juntos esa moción de censura, sacando a Rajoy y al derechista Partido Popular del Gobierno. Fue una alianza de investidura, pero hay la promesa de una alianza de Gobierno, que permitiría el dialogo y negociación para superar la división política, sobre todo por el caso de independentismo en Cataluña. En España fue posible remontar el disenso por una causa patriótica. Los diputados hicieron lo que no se pudo en las urnas electorales: echar a los corruptos del poder. Sin duda, y se insiste, es un ejemplo para México y otras naciones, pues los asambleístas ibéricos se erigieron como verdaderos representantes de la Nación, defendiendo los intereses del pueblo y evitando, por decoro al menos, que siguiera gobernando un mega—corrupto.

Si en México hubiera la citada Moción de Censura, el método para que los Congresistas evalúen y en su caso reprueben al gobernante en funciones, hace tiempo que Enrique Peña Nieto hubiera sido expulsado de Los Pinos. Claro, también en la hipótesis de que en el País hubiera legisladores responsables y con altura política, no como los actuales, que son la vergüenza nacional.

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