Córdoba.- La administración municipal cumple sus primeros cien días al frente de la ciudad, sin embargo, no existen razones para celebrar este periodo de gestión cuando menos gris. Hasta el momento, el Gobierno no ha promovido acciones para impulsar el desarrollo del municipio, todo lo contrario, se ha enfrascado en una guerra contra vendedores ambulantes a quienes no solo no da empleo, sino que tampoco permite que vendan para mantener sus hogares.
Durante los primeros 100 días de Gobierno, el alcalde Tomás Ríos Bernal aumentó su sueldo y el de sus funcionarios sin ningún parámetro para medir la efectividad del trabajo y valorar económicamente el mismo; Ríos metió a trabajar a sus familiares y amigos en una clara política de nepotismo instaurada desde el inicio de su gestión. En los últimos días, ha aprobado la construcción de “dos bombas de tiempo” mediante dos gasolinerías vecinas a la aeropista.
Diversos sectores de la sociedad han mostrado a través de manifestaciones públicas su profundo descontento con esta administración. Ante ello, el Ayuntamiento ha mantenido una postura soberbia e ignorante, la de un “barco a la deriva” con un capitán desorientado.
La población pidió un cambio, y el único cambio que han visto son los colores que han hecho a algunos edificios públicos. Cambió también la vida de sus funcionarios, enriquecidos por ese lucrativo trabajo de oficinas gubernamentales conocido como “no hacer nada”.
