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Una consulta cantinflesca

Superiberia

Cualquiera que lea la pregunta que aparecerá en la boleta de la consulta ciudadana de mañana domingo, se podrá dar cuenta de que ahí jamás se habla de enjuiciar a ningún expresidente de la República y menos se dan a conocer sus nombres.
El choro mareador disfrazado de pregunta es un galimatías que ni Cantinflas hubiera podido explicar; es tan ambigua que no se entiende nada. Por esa razón la consulta no es atractiva para la ciudadanía y será un fracaso.
Para que alguien dé su opinión sobre un tema, debe tener claro de qué demonios se está hablando, pues la traducción que la 4T en pleno ha querido hacer de la pregunta —sintetizándola como “el juicio contra expresidentes”—, es completamente equivocada.
“¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”.
Ésa es la pregunta que los ciudadanos se van a encontrar en la boleta mañana domingo y que cada quien la interpretará como le venga en gana, pero en la inmensa mayoría de los casos la respuesta obvia será por el sí.
¿Pero qué pasaría si alguien interpreta que “los actores políticos del pasado” no son sólo expresidentes, sino exfuncionarios como Javier Jiménez Espriú, por ejemplo -quien era secretario de Comunicaciones y Transportes cuando se canceló el aeropuerto internacional de Texcoco-?
¿O peor aún, si corrieran a Hugo López-Gatell como encargado del combate a la pandemia de Covid-19 en México, que tantas muertes ha ocasionado por su probada ineptitud?
Sería toda una verdadera pachanga, pues el traje le podría quedar a cualquier exfuncionario y todo porque el gobierno decidió gastarse 500 millones de pesitos en un circo, al que casi nadie va a ir.
Para lo único que servirá la mentada consulta es para medir el poder de convocatoria de Morena, que le ha estado echando toda la galleta en promoverla y los votos que se junten se le podrán acreditar a la fuerza real de ese partido; para el resto de la ciudadanía no es de interés.
Para que la consulta pueda ser vinculatoria, se necesitarían al menos 37 millones de votos, cosa que ni yendo a bailar a Chalma se van a lograr y la 4T quedará exhibida como un movimiento que va perdiendo arrastre.
Porque no es lo mismo quienes opinan en las redes y apoyan todo lo que sale de Palacio Nacional, a los que en realidad van a las urnas. En 2018, el Presidente ganó con un poco más de 30 millones de votos; habrá que ver cuántos juntan en esta ocasión.
Como en Morena ya anticipan un rotundo fracaso, desde hace semanas empiezan a culpar al INE, cuya única responsabilidad es organizar las mesas y contar los votos y a los conservadores por boicotear el proceso.
Una consulta sobre si hay más seguidores chivas o águilas jalaría más votos que responder a este jeroglífico.

CENTAVITOS
Más que una sanitización, el gobernador Silvano Aureoles necesita una limpia, pues primero pierde la elección en su estado; después es ninguneado en Palacio Nacional y cuando logra que Luis Almagro, líder de la Organización de Estados Americanos, lo reciba para denunciar la narco elección en Michoacán, el uruguayo da positivo a Covid-19. Hay quienes piensan que más que sanitización, el gober recibió una satanización, por aquello de que trae al santo de espaldas.

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