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Vive con su nieto en la pobreza y el olvido

Superiberia

Córdoba.- En medio del lodo, tablas con visibles muestras de humedad y ropa mojada a montones vive Bertha Cansino de 80 años de edad y su nieto fortino de apenas 12 años.

A pesar de las necesidades económicas que mantiene, sobreviven con menos de 300  pesos bimestrales para gastos de la escuela y algunos apoyos que reciben por parte de vecinos y sociedad en general.

Bertha es una de las personas tiene su casa a las afueras de la casa de retiro de Emaus. En lugar de una vida con atenciones médicas, cuidados y comodidades, doña Bertha vive desde hace más de 12 años a la orilla de la vía del ferrocarril, en una casita que poco le cubre del frío, ya que las rendijas entre las maderas y el techo de lamina hacen de su hogar un sitio poco cálido.

Los 300 pesos que recibe como parte de la beca del DIF municipal para los estudios de su nieto, son intocables, pues este dinero debe alcanzar para las inscripciones y compra de uniformes, ya que Fortino pronto ingresará a la secundaria.

Hace dos semanas Bertha se enfermó, explica, “de algo en las piernas”. Con el apoyo de sus vecinos  y algunas almas caritativas, logró comprar sus medicamentos. 

Sin embargo, hoy no es el dinero ni la comida lo que le quita el sueño, sino, una de sus preocupaciones más grandes es: ¿Cómo va a pagar su recibo de agua?

Desde hace más de un mes Hidrosistema de Córdoba le suspendió el suministro del líquido por un atraso en el pago del servicio. “Mil y tantos pesos “ es lo que adeuda a la Paramunicipal, expone, mientras mira e horizonte, como buscando encontrar una respuesta.

“Mi nieto tiene que estar acarreando agua porque se tiene que asear para ir al colegio. Él va hasta al otro lado con una señora que me regala el agua…. Me la cortaron porque quedé a deber, yo la necesito porque no he podido ni limpiar, aunque ya estoy grande yo hago las cosas, pero así no puedo, tenemos que cuidar el agua”, comenta.

Con sólo un pequeño suéter deshilachado  para cubrirse del frió y unas sandalias que poco le protegen de la humedad del piso, Bertha anhela contar con el apoyo para que, además de volver a tener agua, pueda construir una pequeña barda en la base para su casa. De esta forma el agua que se escurre con la lluvia, ya no podrá ingresar y al fin podrá limpiar sus cosas.

 

Yessica MartÌnez a.

El Buen Tono 

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