

México.- Las protestas y manifestaciones por los estudiantes de Ayotzinapa, desaparecidos el 26 de septiembre, continúan en diferentes partes del país.
Este viernes en Chilpancingo, volvieron a marchar maestros y normalistas, para exigir la aparición con vida de los jóvenes.
Paralelamente, una caravana de padres de los estudiantes recorre parte del país -de Chihuahua a Michoacán, de Chiapas a Tlaxcala, y parte de Guerrero-, para contar a la sociedad lo sucedido.
Para este domingo se tienen programadas nuevas manifestaciones, una en el Ángel de la Independencia y otra en la delegación Coyoacán.
También habrá protestas el fin de semana en Veracruz, Oaxaca y Chiapas.
Todo esto ocurre a una semana de que el titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, presentara las declaraciones de los presuntos asesinos de los estudiantes, quienes dijeron que calcinaron los cuerpos y ”fracturaron los huesos” calcinados.
“Los enterraron con todo y ropa, los quemaron con todo y ropa”, dijo Karam, con el fin “de no dejar el menor rastro”, fue “todo un intento de borrar cuanta pista había”.
Sin embargo, pese a la explicación oficial, el gobierno federal no pudo desactivar la búsqueda de los normalistas, pues así se lo exigieron los padres. Por ello, cerca de 10 mil elementos de fuerzas federales continuaron buscando a los jóvenes, hasta en cuevas:
El gobierno tampoco ha logrado desactivar la protesta social.
A lo largo de la semana, en Guerrero, fue tomado el Aeropuerto de Acapulco, y fue destrozada e incendiada la sede del PRI, al igual que el Congreso del estado.
El miércoles de esta semana, durante el partido que México ganó contra Holanda, un grupo de mexicanos gritó: “¡Justicia, Justicia!”, en el minuto 43 del juego en Amsterdam.
¿Por qué las protestas no cesan? Al parecer la respuesta está en el poema de Marcela Ibarra (“Mamá, si desaparezco, ¿a dónde voy?”).
Con información de Aristegui Noticias
