Éxito salsero de 1987, bajo la interpretación de la orquesta de Tommy Olivencia y que 20 años más revivió el grupero Valentín Elizalde, Lobo Domesticado, de la autoría de Joan Sebastian, es la canción que me han tocado desde hace días porque dicen que no he opinado mucho sobre el asunto de la reforma a las telecomunicaciones; la verdad ni lobo, ni domesticado, solamente aburrido.
Estoy decepcionado porque en otras partes del mundo sacan adelante sus mercados de telecomunicaciones pensando en nuevas aplicaciones y nuevos negocios, pero aquí, en México, volvemos a reinventarnos como cada seis años y redescubrimos el hilo negro con ligeros toques de sorpresivos experimentos, generando con ello nuevos y espontáneos “expertos” en el sector.
Desde antes de que fuera presentada la iniciativa intenté mofarme de la idea de tener un Ifetel (homónimo del teléfono de ayuda del IFE), porque me parecía una enoooorme aportación saber que en México preferimos tener un instituto; es decir, un organismo especializado en “dar un servicio”, pero no queremos tener una comisión, o sea una organización “encargada” o “comisionada” de ejecutar alguna competencia o dominio. Todo un panchote nominativo y un experimento regulatorio para dar la apariencia de un cambio radical, cuando lo único que querían era quitar algunos de los comisionados actuales y lo único que se necesitaba era fortalecer a la Cofetel.
Y si me gusta o no, sigo pensando que la integración del Ifetel puede ser un acierto si se lleva con cuidado el proceso, pero ¿ya te fijaste que sólo algunos de los actuales comisionados cumplen con los cinco años de experiencia para ser elegible al Ifetel? ¿Ya viste que los más identificados con el PAN y con el calderonato son los que no cumplirían?
CUIDADO CON SANBORNS
Nunca me ha gustado ventilar mis dramas personales, pero me siento con la obligación de advertirte que si quieres comprar algo en Sanborns, pongas más atención y preguntes por las políticas de devolución o garantía, sobre todo en el área de regalos; porque a más de un mes de haber comprado un reloj Festina muy bonito resultó chafón, pues se descompuso al día siguiente; todavía no da respuesta, porque ni lo ha reparado ni me ha dado uno nuevo (como debería ser) ni me han devuelto mi dinero. Qué mal plan.
Twitter: @hugogonzalez1
