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El Minutero

Superiberia

 

Por Andrés Timoteo

NI  CAMBIO NI MORBO

Sin pena ni gloria sino con demagogia y diatriba, ayer se realizó en Boca del Río el Consejo Político Estatal del PRI. Se tomó protesta a los 650 integrantes de dicho consejo, pero no hubo nota sobresaliente. Vaya, ni siquiera se satisfizo el  morbo de ver al ex panista y fidelista Gerardo Buganza Salmerón levantar la mano para unirse formalmente al partido que le dio chamba y lo salvó del olvido político. El que sí alzó la mano para comprometerse con el tricolor fue Enrique Ampudia Melo, subsecretario de Gobierno y ex personero de Miguel Ángel Yunes Linares, aunque nunca militó formalmente en Acción Nacional, sólo les hizo el trabajo sucio a los panistas durante un tiempo.

Lo que se oyó por parte de la secretaría general del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) fue palabrería ramplona: anuncios de un cambio con el regreso del tricolor a Los Pinos. Un cambio para atrás, pues. Según dieron a entender, todas las esperanzas se fincan a partir del 1 de diciembre, pero cuando los políticos, y sobre todo los priistas afirman que algo será positivo entonces hay que buscar refugio porque significa todo lo contrario. En fin, fue una encerrona desperdiciada porque bien pudieron aprovechar para hacer una limpia en el priismo veracruzano y sacudirse a todos aquellos responsables de la derrota de Peña Nieto el pasado primero de julio.

El PRI en Veracruz no goza de buena salud ni tienen perspectivas halagüeñas para el 2013, eso es una realidad y los sondeos así lo anticipan. De ahí que la enfermedad requiere un tratamiento drástico y urgente, el cual invariablemente  debe incluir la reestructuración de la dirigencia estatal y de los comités municipales que no funcionaron en las pasadas elecciones. El reporte, tras el análisis de los expertos, es que muchos dirigentes trabajaron en contra del priismo y del peñanietismo. No hay que olvidar que el líder Erick Lagos Hernández sirve a los intereses del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien era uno de los más interesados en que Peña Nieto perdiera la elección presidencial.

 

DIRTY HARRY

Algunos articulistas lo bautizaron como Harry “El Sucio”, en alusión a la clásica película norteamericana “Dirty Harry” protagonizada en 1971 por Clint Eastwood; sin embargo, el apodo no tiene nada que ver con la aplicación de la ley ni con un policía eficaz como el film, sino la referencia es por lo “dirty”, es decir, sucio. Y así le llaman en los pasillos de Palacio de Gobierno y en los merenderos políticos al nuevo secretario estatal de Turismo, Harry Grappa.

Para los cánones del servicio público es un enigma su nombramiento como secretario de despacho, pues ni siquiera cumple con la obligación de tener  el nivel académico de licenciatura para ocuparlo – ¿dónde está el abogado Sergio Vaca cuando se le necesita?, pues una controversia legal echaría abajo tal designación-. Los bien enterados dicen que apenas si terminó el bachillerato y otros afirman que sólo llegó a la educación secundaria.

De ahí que su cargo nació de la opacidad, lo que es igual a percudido o sucio. Pero el tener estudios básicos truncos no es la catástrofe ni la ignominia, aunque en un Gobierno respetuoso de la ley no se debería permitir advenedizos, lo grave es que se le ha tolerado -desde que era subsecretario del ramo- ser funcionario estatal y al mismo tiempo vendedor de servicios al Gobierno del estado. 

Es una verdad pública en la conurbación Veracruz-Boca del Río que este señor es propietario de la empresa Centro de Reservaciones Internacionales S. A. de C.V. –y de otras más por medio de supuestos prestanombres- la cual recibe contratos millonarios del gobierno estatal desde el sexenio de la fidelidad. La empresa formal ha hecho jugosos negocios en el centro de convenciones WTC Veracruz, pues alquila desde una silla hasta equipo de sonido, arreglos florales y banquetes.

Y no solo eso, en las campañas electorales ha proporcionado al Gobierno estatal y a su partido, el Revolucionario Institucional, vehículos, sonido, animadores, artistas y hasta edecanes – “para lo que se ofrezca”, dicen los mal pensados que mucho saben de eso-. Su negocio, agregan, es más que sucio, siempre lo ha sido. De ahí que no puede ocupar una secretaría de despacho porque es “juez y parte”, comprador y vendedor, contratantes y contratista, acreedor y deudor. Doble función y doble moral.

En las entrevistas dadas en los últimos días, el funcionario ha dicho que no le interesa aclarar el tema, respuesta que para muchos es muestra de soberbia y prepotencia. Pero no lo es, ni soberbia ni prepotencia, sino miedo y una reacción defensiva, pues el señor sabe que está atropellando la ley y no le conviene hablar del tema. Una denuncia judicial, que incluso llegue hasta la controversia constitucional, lo obligará a demostrar legalmente que sus empresas ya no tienen –ni tendrán- contratos con el Gobierno estatal y también  a exhibir públicamente su título universitario para poder ocupar la titularidad de la Secretaría de Turismo.

De no hacerlo, si hay una orden judicial de por medio, el camino sería la destitución. Hasta el momento no hay ningún valiente, ni entre los que se dicen de la oposición, que interponga la querella correspondiente contra Dirty Harry. De nueva cuenta, ¿dónde anda Vaca, el abogado de las causas justas, cuando se le necesita?. Urge que aplique aquel torniquete que funcionó cuando el entonces gobernador Miguel Alemán tuvo que destituir al procurador Pericles Namorado Urrutia por ser ilegal su nombramiento, y eso que el denunciado se decía un erudito en leyes.

Y hablando de Grappa, el fin de semana  estuvo en Córdoba para prometer varios “espejitos” a los empresarios del ramo que inocentemente se los compraron. Según el funcionario, elevarán hasta un diez por ciento la afluencia turística en la Zona Centro y habló de 15 millones de pesos que se inyectarán al primer cuadro de la ciudad, cuando las colonias populares se encuentran en un estado de calamidad, algunas sin servicios básicos.

También asegura que el próximo año se alcanzará una afluencia de 8 millones de turistas, es decir, llegarán más visitantes que los siete millones de habitantes en la entidad. Vaya, al señor no le salen las cuentas. Ya ven como es importante ir a la escuela y aprender a sumar y a restar?, aunque sea para engañar al prójimo, y no quedar en ridículo. Los libros ni las aulas muerden.

Por cierto, con la llegada de Harry Grappa a la Secretaría de Turismo, después de una grilla prolongada contra la ahora ex titular, Leticia Perlasca, se comprueba que sigue castigado políticamente al cordobés Antonio Mansur Beltrán, quien fue destituido de la Subsecretaría de Finanzas por hacer negocios con el presupuesto. La versión inicial era que sería el nuevo secretario de Turismo, pero no fue así. ¿Lo rescatarán para el 2013 ó lo dejarán en la banca?

No se sabe, pero su castigo ha abierto la duda de que hubo algo más que esos negocios escondidos –aunque es sabido que en política no se castiga el pecado, sino el escándalo- para caer de la gracia de Palacio de Gobierno donde era uno de los más allegados y consentidos, pues hasta le ponían avión particular con cargo al erario le ponían para ir de compras a Nueva York con los Duarte Macías, y ahora está en una especie de desgracia institucional. En el pueblo se preguntarían: ¿qué se habrá comido?.

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