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EL MINUTERO

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LA FIESTA Y EL INCENDIO

El zócalo lleno y el país incendiado. Así se puede resumir lo sucedido el miércoles en México. Una escena casi poética: Nerón tocando la lira y entonando estribillos de su autoría mientras Roma se consume por las llamas. Eso fue la concentración masiva en el zócalo de la Ciudad de México para festejar los tres años del inicio del gobierno lopezobradorista. El ‘Amlo-Fest’ lo llamaron.

Pero el destino es veleidoso y la realidad terca. Mientras en el zócalo capitalino sus seguidores vitoreaban el discurso del caudillo que describía un país en jauja, el resto del territorio nacional ardía por la violencia desatada y el imperio del crimen organizado. En ese mismo momento, un grupo de sicarios rescataba con violencia a un líder de los ‘huachicoleros’ en Tula, Hidalgo provocando un escenario de guerra, peliculesco.

Eso fue solo la coincidencia del momento pues el acumulado en el tema de seguridad es dramático. Entidades como Michoacán, Guerrero y Zacatecas -los tres ya gobernados por Morena, el partido de Estado – están en llamas por la violencia criminal, Cancún, el paraíso caribeño y destino turístico internacional con balaceras a pleno día, y así a lo largo y ancho de la nación. El asunto no es banal porque el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió que en dos años se pacificaría el país y ya han pasado tres sin que eso se logre.

Ya no se diga en los temas de pobreza, desempleo, desarrollo económico, salud, feminicidios, derechos humanos, educación y otros que en lugar de estar a la vanguardia están peor que cuando gobernaba el priismo y el panismo. No es que se añore esos regímenes corruptos sino que lo prometido por este nuevo gobierno terminó en quimera, por no decir engaño puro. Y aún con el país ardiendo, el Nerón tropical tocó la lira en un zócalo a reventar. Ah y el resultado pandémico de esa turbamulta se verá en quince días, para Las Posadas.

VERGÜENZA DE DIPUTADOS

A nivel estatal, el azar fue igualmente veleidoso. Mientras el secretario de Seguridad, Hugo Gutiérrez Maldonado comparecía en el congreso local como parte de la glosa del tercer informe del gobierno, en Calcahualco la muchedumbre enojada por el incumplimiento de compromisos gubernamentales quemaba patrullas y parte de palacio municipal. Algo parecido sucedió hace días en Omealca por los abusos de los agentes policíacos.

En Coatzacoalcos detuvieron a policías cuando traficaban con migrantes, en Catemaco otros agentes ‘levantaron’ a un joven que está desaparecido, en Tres Valles uniformados disolvieron una manifestación ciudadana y apalearon a los manifestantes, once de ellos fueron detenidos y en Tlacotalpan también policías tundieron a un discapacitado,.

Todo eso acontecía con la policía estatal a la par que Gutiérrez Maldonado entretenía a los legisladores con una retahíla de datos superfluos: que 22 ‘jefes de plaza’ detenidos, que el secuestro y otros delitos de ‘alto impacto’ cayeron a una tercera parte y que se tienen 2 mil 900 nuevos policías súper capacitados, Entonces, ¿por qué Veracruz sigue ardiendo? La terca realidad desmiente toda esa alharaca.

Por cierto, el famoso delito de “ultrajes a la autoridad” fue el comodín en dicha comparecencia parlamentaria para distraer la atención y rellenar titulares de prensa cuando Gutiérrez Maldonado ni es legislador ni es jurisconsulto. Los obsequiosos diputados le siguieron el juego distractor y no hubo quien cuestionara al neoleonés sobre las acciones extremadamente graves perpetradas por sus policías como las ejecuciones extrajudiciales

Dos casos al hilo fueron inexistentes en la comparecencia cuando debieron ser temas obligados: el asesinato de los niños Jonathan y Eduardo en La Patrona, Amatlán de los Reyes y de la niña María Magdalena en Atzalan. Ningún legislador habló por ellos, son una vergüenza política y social esos falsos representantes populares. Por cierto, justo el miércoles se venció el plazo de tres años dado por el gobernante Cuitláhuac García para tener pacificado el estado.

¿Por qué no lo está? Les tomó el pelo a quienes le creyeron.

OTRO PRIMO TOLERADO

García Jiménez presume ser la “muñequita” que vigila y elimina a los corruptos, según él mismo lo dijo aludiendo la serie coreana “El juego del calamar”. Pues será una muñeca de ornato porque los corruptos pasan frente a sus narices y no hace nada, ni los ve ni los elimina. El botón muestra más reciente es el caso del delegado de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) en Orizaba, Ángel Huerta Anzures, a quien pillaron vendiendo plazas de maestros hasta en 120 mil pesos y sin entregarlas siquiera, o sea timando a la gente con la dependencia.

El tipo es familiar político del titular de la SEV, Zenyazen Escobar pues está casado con Mayra Majluf López, prima de Liliana López Coronado, su esposa. Esta vez lo exhibieron en conversaciones vía WhatsApp, pero desde que lo nombraron en esa oficina ha cometido todo tipo de desmanes. A su esposa la tiene en la nómina, a su hermano José Manuel Huerta lo nombró enlace de la dependencia y hay otra decena de parientes que cobran en la misma delegación, algunos sin trabajar.

Acorralado por el escándalo reciente, el secretario Escobar -quien por ciento ayer compareció en el congreso local con porra acarreada y puros datos alegres- en lugar de cesar inmediatamente a su pariente corrupto salió a pedir que las personas estafadas que presenten una denuncia penal. ¿Quién se animará a ir a denunciarlo al influyente familiar si ahí mismo lo pueden detener y acusarlo de “ultraje a la autoridad”? Ni locos.

Pero regresando al papel del gobernante García Jiménez que se autodefine como la “muñequita justiciera”, ¿por qué no fulmina a Huerta Anzures con su mirada ardiente? No lo hace porque no tiene la cara limpia ya que él mismo mantiene a su primo Eleazar Guerrero en la Subsecretaría de Finanzas haciendo negocios mucho más elevados que los del pariente del consentido Escobar. Entre primos te veas.

AMIGO DE SUS AMIGOS

Es su ‘cuaderno de doble raya’, lo presentaba como un inversionista próspero en el ramo azucarero, decían que era un genuino representante de la “cuarta transformación”, le consiguió la candidatura de Morena a la alcaldía de Lerdo de Tejada, hizo campaña junto a él en dicho municipio donde resultó ganador el pasado 6 de junio y ahora está detenido por pertenecer al crimen organizado.

Es Jorge Fabián Cárdenas Sosa, amigo y compadre del diputado morenista, Javier Gómez Cazarín, presidente de la Junta de Coordinación Política. ¿Qué no operó la delincuencia en los comicios pasados para ayudar al partido marrón? Nuevamente la terca realidad desmiente la soflama y confirma que el popular “Carón” es muy amigo de sus amigos. ¿Sorprende la noticia ? Para nada.

LARGA PANDEMIA

Neumonías y sarcomas fueron los primeros síntomas visibles y altamente impactantes para los que en la década de los ochenta se enteraron de una nueva enfermedad incurable: el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). En la prensa se exhibían fotografías de los enfermos terminales en condiciones lamentables. Entonces, el terror se apoderó del mundo. En 1981, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la declaró pandemia. Venía de África, dijeron, y se transmitía por vía sexual.

Por eso se le catalogó que era un castigo divino por el libertinaje sexual. El prejuicio azotó a la comunidad homosexual pues de ahí fueron las primeras víctimas aunque después fueron prostitutas, migrantes, amas de casas, y luego todos, ricos y pobres, jóvenes y viejos, hombres y mujeres. Nadie quedó inmune. ¿Víctimas? Millones. El SIDA sigue sin cura, sin vacuna y sin medicamento que lo neutralice.

Eso sí, la ciencia logró tratamientos que garantizan a los infectados una calidad de vida y exorciza el riesgo de una muerte inmediata. En estos cuarenta años, la humanidad ha aprendido a vivir con esta pandemia, a sobrellevarla. Sigue incurable, cierto, pero también es tratable. Y una de las claves para enfrentarla con relativo éxito fue la educación colectiva que incluyó el cambio de hábitos como el cuidar la actividad sexual y practicarla de forma segura. El uso del preservativo -conocido popularmente como condón – fue el equivalente para esa pandemia a lo que ahora es la mascarilla para la Covid-19.

Hubo, por supuesto, negacionistas y anti-condón que recurrieron a alegatos tan pueriles como los que ahora se usan contra el cubrebocas. Decían, por ejemplo, que el coito no les ‘sabía igual’ y que el uso del condón era un arma de los poderosos para disminuir la población mundial. La educación también permitió diferenciar entre un portador del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y un enfermo de SIDA pues una persona que es seropositiva no necesariamente desarrolla la enfermedad.

Los ‘sidosos’ -como se les denominó – fueron estigmatizados y segregados, al grado de que compartir una cuchara, un plato o un vaso con ellos, o utilizar el mismo inodoro que algún infectado era un tabú. Eso se ha diluido con el tiempo. El SIDA rompió igualmente viejos moldes familiares y de docencia pues los padres y los maestros tuvieron que abordar el tema con sus hijos y los estudiantes, educarlos para una vida sexual sin peligro.

En estas cuatro décadas, el VIH/SIDA se volvió tan omnipresente que prácticamente no hay persona que no tenga un pariente, un vecino o un conocido afectado por el mismo. Es la pandemia mortífera previa a la Covid-19, trasmitida también por un virus indomable y mutante.

El miércoles primero de diciembre fue el Día Mundial de Lucha contra el Sida, fecha para recordar que la humanidad es altamente vulnerable a los microbios y que de vez en vez llegan pestes que la ponen en riesgo de extinción. El pánico que se vivió con el SIDA en los albores de los 80s ahora se repite con el Coronavirus y, así como pasó antes, ahora todos tendremos que aprender a convivir con el nuevo patógeno.

*Envoyé depuis Paris, France.

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