MASOQUISMO O SUICIDIO
Aunque la mayoría de los militantes priístas está molesta por el rumbo que ha tomado su partido en Veracruz, y especialmente por las derrotas acontecidas apenas en el mes de julio, ayer le fue extendido el periodo al isleño Erick Lagos Hernández al frente del Comité Directivo Estatal. En lugar de irse como marcan los cánones para los malos dirigentes, el señor se mantendrá al frente del Revolucionario Institucional hasta que concluyan los comicios estatales del 2013, según se dijo.
Lo sucedido en el consejo estatal del tricolor, efectuado en Boca del Río, ¿es masoquismo o suicidio político? Podrían ser las dos cosas. La lectura se presta para ambas, ya que la permanencia de este líder “oficial” –entrecomillada la palabra porque en realidad su liderazgo es muy mediocre, según sus propios correligionarios- lleva ya un anticipo desmoralizador para quienes esperaban que, tras los resultados desastrosos de las pasadas elecciones, se recapacitara y se hiciera una limpia en el partido para colocar a un verdadero estratega.
Pero aún con el desasosiego de los mismos priístas, la reelección –como se podría llamar- de Lagos Hernández tiene más de fondo: significa que Palacio de Gobierno nunca rompió con el ex gobernante, aquel que no debe ser nombrado, y prefirió mantener su pacto con él que hacerlo con la Federación. El partido sigue en manos del innombrable, y la ratificación de Lagos Hernández así lo confirma.
Es del conocimiento público que Erick Lagos Hernández es un devoto fidelista, y que obedece más al ex mandatario que a su actual jefe. Es uno de los que hacen labores de “ojos” y “oídos” del innombrable en los intestinos de la prosperidad. Su pacto no es con el duartismo, sino con la fidelidad, y por ende es fácil deducir a quién le profesa lealtad. Como ejemplo de esa devoción, está la anécdota relatada por un integrante de la Armada de México que vio sorprendido a Lagos Hernández pasar “corriente” al que se fue sobre una reunión privada entre el actual gobernante y mandos de la Tercera Zona Naval.
Ocurrió en el 2011, cuando se hacían los acuerdos para el operativo “Veracruz Seguro”, apenas acabada la reunión, y cuando todavía no abandonaban las instalaciones militares, el entonces subsecretario de Gobierno se despegó de la comitiva principal, y durante veinte minutos le informó puntualmente, vía teléfono celular, todo lo sucedido al ex mandatario. Estando en una sede castrense, por supuesto que la llamada fue rastreada y registrada.
A Lagos Hernández no se le escapó ningún detalle del encuentro con los jefes miliares, y todo fue transmitido al innombrable, como si éste todavía tuviera “el pinche poder en la mano”, pese a que el encuentro era sumamente privado. Pero no fue la única ocasión, todos saben también que en la Subsecretaría de Gobierno, antes de realizar alguna maniobra, consultaba al que se fue, y antes de hablar a la oficina del actual mandatario para informarle de algún suceso de la política interna del estado, lo hacía con su antecesor. Incluso hubo escenas de celos entre Lagos y el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza, porque ambos competían por informar de primera mano al innombrable, antes que al ahora despachante de Palacio de Gobierno. Ese es Lagos Hernández, y el que se fue – que en realidad nunca se ha ido- será el verdadero operador – y también “desoperador”- electoral en el 2013.
EL ALTIPLANO OBSERVA
Pero la permisibilidad local para que el innombrable conserve el control partidista no pasa desapercibida en el altiplano. De ahí que pese a que canturrearon la presencia del dirigente nacional del tricolor, Pedro Joaquín Coldwell para avalar la ratificación de Lagos Hernández, éste nunca aceptó venir, y envió a uno “de casa”, al ex senador Enrique Jackson que, para variar, también cobra como asesor de lujo de actual Gobierno estatal y lo fue también durante el sexenio de la fidelidad. La presencia de Jackson en el consejo priísta no es coincidencia, sino consecuencia, y tiene la misma fuerza que una botella con agua mineral destapada desde hace una semana.
Además de todo lo anterior, el consejo político estatal del tricolor no tuvo nada nuevo. Es más, ni siquiera hubo necesidad de innovar discursos. Basta comparar lo dicho por Lagos Hernández: “Si algo ha caracterizado a esta dirigencia es el diálogo, y en esta búsqueda vamos a seleccionar a los mejores, a quienes conozcan la geografía y las necesidades de sus municipios; establezco mi firme compromiso con cada uno de los 4 mil 808 seccionales, con cada uno de los 212 Comités Municipales, así como los sectores y organizaciones”. Son las mismas palabras que emitió a principios de este año, en los días previos a la selección de los candidatos a las diputaciones federales, muchos de los cuales fueron un rotundo fracaso.
Y claro, la permanencia de Lagos Hernández es motivo de festejo no para los priístas, sino para la oposición, pues significa que al menos en la selección de candidatos, y las labores operativas del CDE, tendrán los mismos yerros y pifias que abren la posibilidad a una segunda derrota el PRI y un triunfo para los de la cancha de enfrente. Pero como se decía líneas arriba, todo esto no pasa desapercibido en el altiplano, a donde se ha trasladado en un par de ocasiones un grupo de notables priístas, algunos de viejo cuño y otros del ala pensante en Veracruz, para presentar su inconformidad en el priísmo nacional, y ante la burbuja que rodea al presidente electo Enrique Peña Nieto.
Al líder nacional Pedro Joaquin Coldwell y a los peñanietistas les hicieron llegar el expediente de Lagos Hernández y de otros más, entre ellos el del toluqueño Jorge Carvallo -también al mando del innombrable- en el que se documentan las maniobras para la venta de postulaciones, las omisiones adrede en el trabajo electoral y sus nexos con el innombrable. Los priístas inconformes han advertido que hay un riesgo elevadísimo de una segunda derrota para el priísmo en el 2013. Y por supuesto, lo anterior echa por tierra el discursos triunfalista que se emitió ayer en Boca del Río sobre que “el PRI está más unido que nunca”.
LOS “SEMBRADOS”
Siguiendo en el tema electoral, y como maniobras desde Palacio de Gobierno, y desde el mismo tricolor, se impulsa a panistas para que logren el abanderamiento del partido azul a las alcaldías de Veracruz, Boca del Río y Córdoba, que son tres de los municipios donde se auguran derrotas para el 2013. Desde la estructura estatal se les dota de recursos como son materiales de construcción, útiles y enseres escolares, despensas y demás chácharas, así como la atención a sus gestiones en obra pública y en su momento, se les entregarán -según es la promesa- dinero suficiente para comprar delegados a las convenciones del blanquiazul.
La intención es “fortalecer” sus precandidaturas y lograr que se conviertan en candidatos del PAN, obviamente a modo para facilitar el triunfo de los priístas. La intención es “sembrar” abanderados débiles en Acción Nacional para que hagan campaña sin hacerla, y le abrán la cancha a los del tricolor. Es una negociación ya pactada, y las señales de la misma son bastante obvias. Por Córdoba, el priísmo impulsa al diputado local Juan Carlos Castro, por el puerto de Veracruz se financia a los también legisladores Oscar Lara y Danilo Alvízar, y por Boca del Río es el regidor Gaspar Monteagudo.
También en Xalapa se maniobra para impulsar candidatos azules que contrarresten las aspiraciones del todavía delegado estatal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Abel Cuevas Melo, ligado al grupo de Miguel Ángel Yunes Linares. Y todavía más, también se intenta “sembrar” al candidato en las izquierdas -léase en los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (MC), por eso se impulsa a la ex regidora y empresaria panificadora, Dulce María Dauzón, quien es esposa del diputado local, Armando Méndez de la Luz.
Luego de ganar la diputación federal en este año, la izquierda tiene un alto potencial de repetir el triunfo en el 2013 y por eso el PRI necesita un abanderado débil y a modo, y qué mejor que la esposa del siempre negociador Méndez de la Luz, la cual ya tiene permiso para ventanearse en la prensa oficial que le da espacios destacados. La señora Dauzón es la candidata ideal… pero del tricolor.
