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El minutero

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TRANSEXENAL

Sin mayores aspavientos, hay un veracruzano que sigue en el altiplano incrustado en el gobierno del Distrito Federal donde ya logró traspasar el sexenio. Se trata del tuxtleco Elías Miguel Moreno Brizuela, un médico cardiólogo que se inició en la política como una opción ciudadana y de ahí le agarró gusto a la nómina pública. Su ingreso a la actividad pública se dio en 1997 cuando contendió como abanderado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) a la diputación federal por el distrito de San Andrés, pero fue víctima de fraude electoral.

De ahí encabezó las marchas ciudadanas de protesta a la Ciudad de México, exigiendo la anulación de los comicios, lo que finalmente se concretó – en una de esas decisiones históricas del tribunal electoral- y al repetirse las elecciones se convirtió en legislador federal. Ya en San Lázaro a Moreno Brizuela se le recuerda con las reiteradas denuncias sobre el desvío de recursos y uso electoral del entonces Ramo 033 que fue diseñado para financiar programas de combate a la pobreza.

Los reporteros que cubrían la fuente del aeropuerto Heriberto Jara en la ciudad de Veracruz lo bautizaron socarronamente como “El diputado 033” porque no hablaba de otro tema. En el año 2000, gracias a la influencia de su antigua protectora, la ex gobernadora de Zacatecas y ex dirigente nacional PRD, Amalia García Medina, se convierte en senador por la vía plurinominal.

Poco antes, el tuxtleco fungió como Oficial Mayor del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del sol azteca, cuando la dirigente era García Medina, a cuyo grupo no dudo en abandonar cuando ya no le deparaba un destino promisorio. Moreno Brizuela es un hombre pragmático y convenenciero, así lo ha demostrado, y tras dejar al grupo amalista brincó al barco del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador y posteriormente al de Marcelo Ebrard, quien lo nombró como secretario de Protección Civil en el Gobierno del Distrito Federal.

Dicha cartera no es menor pues Moreno Brizuela estuvo cerca de los reflectores mediáticos durante seis años. Se le ubicaba como un personaje cercano a Ebrard y en el año 2010 incluso se le llegó a considerar como un aspirante viable de las izquierdas para contender por la gubernatura veracruzana pero no llegó a la candidatura por dos razones: una, se alejó de Veracruz y nunca tuvo un grupo político que lo respaldara, y dos, se le atravesó el ex mandatario y fundador de Convergencia – hoy Partido Movimiento Ciudadano-, Dante Delgado Rannauro.

Lo mejor que le pudo pasar a Moreno Brizuela es quedarse en el gobierno del Distrito Federal pues ahora con el cambio de sexenio fue nombrado por Miguel Ángel Mancera, el sucesor de Marcelo Ebrard, como el Jefe de la Oficina de Gobierno, es decir, un funcionario cercano al gobernante capitalino que le coordinará a los demás secretarios y a los asesores. Pese a ello, en la capital se menciona que Moreno Brizuela será uno de los que dejaría la administración defeña para adherirse al equipo de Ebrard si es que éste logra la dirigencia nacional del PRD, desde la cual se promocionaría para una candidatura presidencial en el 2018.

Por lo pronto, el veracruzano se mantiene en un cargo importante en la capital del país y podrá seguir teniendo incrustados en la nómina a personajes tan desocupados y desprestigiados como el también tuxtleco, Agustín Mantilla Trolle, ex diputado local y ex dirigente estatal del PRD, uno de sus más cercanos amigos, el que queda del cuarteto que se presumía como un grupo político en la entidad. Esos cuatro se habían jurado amistad por siempre pero les sucedió lo que dice el refrán: se pelearon las comadres y destaparon los tamales –otros dirían que fue pleito por un botín mal reparitido-.

Los otros dos miembros del ahora inexistente grupo brizuelista son originarios de la zona Centro del estado. Uno es el ex alcalde de Ciudad Mendoza, ex diputado local y ex líder estatal de ese mismo partido, Enrique Romero Aquino y el otro es el ex regidor de Zongolica y ex secretario estatal del PRD, Juan Carlos Mexhua Campos. Claro, el carecer de seguidores compactos en la aldea es lo que menos le preocupa al tuxtleco, al que la vida le ha sonreído y ha navegado con Dios y con el diablo.

No hay que olvidar que en el sexenio de la fidelidad colocó a su hermana, Luz Alicia Moreno Brizuela, en la nómina veracruzana como titular de la Secretaría Técnica del Consejo Estatal de Población y llevaba una relación extraordinaria con el innombrable, al grado que pese a decirse “hombre de izquierda” nunca quiso denunciar las tropelías que cometió y eran cosa pública. A la vez, el grupo de perredistas – los cuatro mencionados- con los que se acompañaba, siempre fue cómplice de los gobiernos priistas de Veracruz. En resumen, para Moreno Brizuela y los brizuelistas, el color es lo de menos.

 

DESLIGADOS

 

El nuevo presidente de la República, el copetón Enrique Peña Nieto ha dicho que los efectivos del Ejército y la Armada de México, permanecerán en las calles hasta que no esté lista la nueva estrategia del combate al crimen organizado. El anuncio no es menor, especialmente para estados como Veracruz que están azotados por la inseguridad y la violencia. El contexto de inseguridad en Veracruz ni se dejó atrás ni se ha superado como falsamente pretenden hacer creer los funcionarios estatales.

La presencia de los marinos en varios puntos del estado pero sobre todo en la conurbación Veracruz-Boca del Río vino a ser una bocanada de aire fresco en medio del tufo de la complicidad y la corrupción en los esquemas locales de Seguridad Pública. Por eso, el mantener a los uniformados en actividades policíacas no es lo ideal – pues no es su función- pero ha sido la única opción para resguardar a la población porque las corporaciones policiacas a cargo del gobierno estatal no son garantía de probidad.

De tal suerte que todo lo que se decida en esta estrategia afectará directamente a los veracruzanos. También no hay que olvidar que en la penúltima gira proselitista que Peña Nieto realizó por la entidad, y en la que tocó varios municipios del norte veracruzano, públicamente se comprometió a mantener a los marinos en las calles de la conurbación. Ahora habrá que esperar que cumpla y no deje a los porteños y boqueños a merced de las policías estatales y municipales.

Por cierto, los dos secretarios del ramo que nombró el mexiquense, son originarios del Distrito Federal –entiéndase: vecinos del Estado de México- y no de la provincia. El único que tiene relación indirecta con Veracruz es el titular de Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz, porque hace cuarenta años estudió en la Heroica Escuela Naval Militar, ubicada en Antón Lizardo, Alvarado.

Su antecesor, Francisco Saynez Mendoza, de quien fue secretario particular, era originario de este puerto y los bien informados sostienen que fue uno de los impulsores para que la Armada de México entrara de lleno a las actividades de vigilancia policíaca ante la podredumbre en las corporaciones intermunicipales y de validad. De ahí que de Soberón Sanz se espera que su añoranza por los años estudiantiles en Veracruz sirva para que la institución armada mantenga la protección en este territorio.

En tanto, el titular de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda está más alejado de Veracruz no sólo por su lugar de origen sino porque en su trayectoria, nunca tuvo encomiendas en este territorio. Fue comandante regional en Chiapas, Guerrero, Jalisco, Baja California, Michoacán y el Distrito Federal, pero no tuvo injerencia en Veracruz. Aún así, muchos tienen encendidas las veladoras para que los soldados de tierra mantengan el resguardo en municipios veracruzanos.

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