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EL MINUTERO ESPECTÁCULO

Superiberia

ESPECTÁCULO

 En el congreso local se aprobaron las modificaciones al código electoral que regirá la renovación de la gubernatura y del Poder Legislativo el próximo año. El espectáculo fue deprimente por donde se le quiera ver. Para empezar la votación de la iniciativa se dio a través de la llamada “aplanadora priista” –es decir el voto mayoritario de los diputados del tricolor y sus aliados- para sobrepasar al resto de las fuerzas políticas de oposición ahí representadas, aunque  eso es algo de lo que nadie debe asustarse pues es la práctica común.

 

 Volver a acusar que los priístas violan la ley, que apabullan a los otros partidos y desechan sus propuestas es cuento viejo. Siempre ha sido así, la noticia sería que actuaran con ecuanimidad y dejaran a sus diputados votar con libertad. El sainete de diputados panitas, perredistas, petistas y del Movimiento Ciudadano quienes tomaron simbólicamente la tribuna, izaron mantas con leyendas de protesta y hasta abandonaron la sesión legislativa tampoco es nada nuevo ni mucho menos efectivo. No lograron nada, salvo lanzar amenazas de impugnaciones a través de la justicia federal.

 

 Es la misma cantaleta y solo demuestra que en el congreso local los diputados que se dicen de oposición sufren de debilidad parlamentaria. Hay que aclarar que en el debate político-legislativo no es lo mismo ser escasos que ser débiles, es decir, podría haber un grupo reducido de parlamentarios que quizás sean rebasados por el voto masivo de los oficialistas pero i estos pocos legisladores están preparados en el cabildeo y  el debate en tribuna, son doctos en cuestiones legislativas y  jurídicas y por supuesto, tienen un tren de vida recto que no los haga simples negociadores o vende-votos, seguramente pondrían en aprietos al partido mayoritario, lo exhibirían ante la opinión pública y ésta les creería.

 

 Ese sería el ejemplo de que no importa ser pocos cuando se tiene un desempeño de calidad pero en el caso de Veracruz los  diputados de oposición no solo son  escasos  sino también débiles por su impreparación y su rectitud cuestionada. No hay una oposición real en la legislatura veracruzana, solo sacan la bandera de la democracia y la legalidad  cuando les conviene, cuando algo va en contra de sus intereses. Si se revisa el desempeño de los actuales legisladores de oposición, en casi todas las  iniciativas, enmiendas y autorizaciones, cohabitan con el tricolor. Así que lo de ayer solo fue un mero espectáculo para la anécdota y lo más seguro es que no pase de allí. Dan flojera.

 

 Pero más allá de eso, en  las adecuaciones al código electoral tal vez lo rescatable es la paridad de género en la asignación de candidatura que para el 2016 tendrá que ser del 50 por ciento, es decir, la mitad de los cargos a elección popular –en este caso los 106 de los 212 ayuntamientos- deberán ser otorgados a mujeres. El otro dato es la reducción del tiempo de campañas electorales pero fuera de eso  lo demás es pernicioso: la gubernatura de dos años, que se refrendó, el maniqueísmo para tratar de imponer a los consejeros afines en el Instituto Electoral Veracruzano (IEV) y los vericuetos para las candidaturas independiente.

 

 En este último tema se ha gastado mucha tinta  aunque la candidatura independiente – al menos para la gubernatura estatal- a los que más les conviene es a los de palacio de gobierno para tratar de debilitar a la oposición, en este caso al Partido Acción Nacional (PAN) que se perfila como puntero para disputar el primer gobierno opositor en la entidad. Y ojo, el poner como requisito acopiar las firmas del tres por ciento de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral, unas 150 mil rúbricas, para ser registrado como aspirante independiente da una pista de eso porque  el único que podría reunir esas rúbricas  sin  mayor problema es el tricolor con su maquinaria compra-voluntades.

 

 De esta forma se confirma que el modelo de candidato independiente está hecho para los de casa que lanzarían a “cachirulos” al terreno de los aspirantes ciudadanos. Ya se ha filtrado que el cordobés Gerardo Buganza Salmerón, hoy todavía secretario general de Gobierno, es el elegido para tratar de robar votos a la oposición en el 2016. No le costará trabajo pues el papel de esquirol lo ha representado desde la fidelidad cuando abandonó el cargo ficticio de “gobernador moral” de los veracruzanos para hacer negocios con la fidelidad.

 

 Terriblemente dañino – y a eso si hay que tener miedo-   es a la disposición para que un diputado local se pueda reelegir hasta en cinco ocasiones consecutivas, es decir, ahora estos zánganos podrán permanecer enchufados a la nómina estatal por 15 años. Vaya, le hubieran puesto como nombre a esta iniciativa la “Ley Juan Bueno” pues el cordobés Bueno Torio lleva casi 20 años saltando de cargo en cargo y si necesidad de una legislación a modo ha permanecido viviendo del erario.

 

 ¿Se imagina el lector tener a improductivo Hugo Fernández Bernal como representante durante quince años?. No la chiflen que es cantada, dirían en coro todos los cordobeses. Pues esa es la receta que ayer volvieron a reiterar en el congreso local para que los diputados se eternicen calentando la curul. 

 

 Por cierto, en eso de las anécdotas, llama la atención el único voto de abstención que hubo para avalar el código electoral y fue del priísta y exalcalde de Jalapa, Ricardo Ahueb, ese mismo que en diciembre del 2014 se había pronunciado contra la gubernatura de dos años y al final voto a favor de la misma luego de que desde palacio de gobierno le sobaron la mano para ablandarla y que la pudiera levantar. En ese entonces se autoconfesó frente a la prensa al decir que él como sus compañeros de partido no eran “pandilla del gobernador sino pandilla de sus propias familias”, o sea, un grupo que se junta para delinquir.

 

 Valiente aspirante a una candidatura independiente por la gubernatura de Veracruz es ese tal Ahueb que no tiene los tamaños ni siquiera para votar en contra de una ley, y recurre a la timorata abstención. Ya se dijo que el señor tiene de independiente los mismo que la tierra tiene de cuadrada.

 

A CERRAR  CHANGARROS

 

Ayer también se dio entrada en la legislatura estatal a la iniciativa para reformar la Ley de Salud y el Código Penal del estado con el fin de castigar con seis a doce años de cárcel y multas de hasta 600 veces el salario mínimo –unos 42 mil pesos- a quienes vendan o dejen consumir alcohol a menores de edad, además de exigir que todos los bares, restaurantes, antros, cantinas, comercios y demás lupanares dejen de vender licor a las 02.00 horas.

 

El argumento de tales medidas, según lo dio a conocer un día antes el mismo gobernante en turno, Javier Duarte de Ochoa es tener una juventud segura y libre de alcohol aunque en realidad es pura retórica mareadora.   Si Duarte quisiera ofrecer seguridad a los jóvenes se avocaría a combatir al crimen organizado que los secuestra, los desaparece y los asesina, Y  metería en cintura a los policías estatales al mando de Arturo Bermúdez que son señalados de  desaparecer a los muchachosque detienen.

 

No, el objetivo es meramente recaudatorio y se pretende multar a cuanto borracho se topen y a todo aquel que les expenda la bebida, sea por sanción oficial o por “mordida”. Las inspecciones a comercios y restaurantes así como redadas en bares y discotecas serán los arietes “fiscales”  para obligar a pagar sobornos que alleguen recursos frescos a la administración estatal.

 

 Lo interesante del asunto es saber si tocarán a todos por igual pues hay muchos políticos y funcionarios públicos que son propietarios de antros, centros nocturnos y bares. Ahí sí, Duarte se dio un “tiro en la pierna” –retomando sus propias palabras-  pues se llevará al baile a la exalcaldesa de Jalapa, Elizabeth Morales dueña de varios antros en la capital del estado y en donde corre el alcohol a ríos sobre todos, sean menores de edad o no, sean hombres, mujeres o demonios.

 

 Lo mismo con el exalcalde jalapeño y exprocurador, Reynaldo Escobar, propietario o socio de casi todas las cantinas jalapeñas, y en  la zona conurbada la lumbre le llegará a Fabiola Balmori, directora de Limpia Pública del ayuntamiento porteño y dueña de bares en la ciudad o a los hijos del impresentable que son socios de antros y boliches donde no solo se venden licor a menores de edad sino otras cosas peores, y por supuesto, todos esos  antros cierran hasta que amanece.  ¿A ellos también les mandarán a los inspectores-recaudadores de impuestos y “mordidas”, y les  clausurará los negocios o los mandará a la cárcel como promete en su canturreada campaña para salvar a los jóvenes del vicio?.

 

 Esa misma iniciativa prohíbe vender alcohol a menos de 300 metros de parques, plazas, palacios municipales, escuelas y demás lugares de reunión familiar, entonces el alcalde de Córdoba, Tomás Ríos tendrá que mover su changarro en los portales donde la gente, incluyendo menores de edad, se pone unas guarapetas de antología. Habrá que ver si cumple la ley mudándose de Los Portales o deja de ganar dinero con la venta de aguardiente.  Y de paso si obliga a cerrar al resto de las cantinas y antros que están a unos pasos del parque 21 de Mayo y de centros educativos. Un caso para la araña, ¿no creen?.

 

 Por cierto, retomando el asunto del anuncio de esa supuesta cruzada para salvar a los  jóvenes veracruzanos del alcoholismo que hizo el gobernante estatal el lunes pasado, hay que destacas que el invitar al alcalde de Jalapa, Américo Zúñiga para avalar la iniciativa no se sabe si fue una burla o un intento para mostrar lo que provocan las drogas y el alcohol. No hay que olvidar que el actual edil jalapeño fue integrante de la banda Los Porkys, quienes alcoholizados y drogados asesinaron a golpes al jovencito Manlio Humberto Palomeque en septiembre del 2001.  A lo mejor Duarte de Ochoa lo llamó a evento para mostrarlo hasta dónde puede llegar  un joven vicioso pero con padres influyentes: ¡a convertirse en alcalde del PRI!. Ah, porque los vicios no los ha dejado ni por equivocación el edil expandillero. En fin, el chiste se cuenta solo.

 

 Para concluir, tanto la iniciativa para multar a los borrachos y cantineros como el Reglamento de la Ley de Transito son recaudadores, elevarán el costo de las “mordidas” para reabastecer las “cajas chicas” del gobierno estatal. 

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