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Encajuelados En pleno Centro

Superiberia

Ciudad Mendoza.- Dos cuerpos sin vida fueron hallados la mañana de ayer, dentro de la cajuela de un taxi que estaba abandonado sobre el bulevar de la avenida Miguel Hidalgo, en pleno Centro de la ciudad. Uno de ellos —el chofer de la unidad— era el sobrino del director de Protección Civil de este municipio, Pablo Ramos Huerta. 

Al lugar se movilizaron efectivos de la Policía Federal, Estatal y agentes de la Policía Ministerial de la Fiscalía Investigadora, quienes acordonaron la escena para que peritos forenses pudieran realizar las diligencias correspondientes, aunque el automóvil fue trasladado a otro lugar para sacar los restos. 

El hallazgo se suscitó a las 11:50 horas, después de que los cuerpos policiales de la zona fueron alertados sobre la presencia del taxi marcado con el número 2009 de Orizaba —con placas de circulación 22-18-XDC del Transporte Público—, el cual llevaba varias horas abandonado en la avenida principal, entre las calles Francisco Ferrer Guardia y 1º de Mayo. 

De inmediato arribaron elementos federales y de la SSP, quienes revisaron el carro y confirmaron que en el interior de la cajuela se encontraban los cuerpos ya sin vida de dos hombres, que iban envueltos en bolsas negras de plástico. Al menos uno de ellos mostraba claras señales de violencia.

Por lo anterior, se dio parte a las autoridades ministeriales para que dieran fe del macabro hallazgo. La titular de dicha dependencia, junto con personal del área de Servicios Periciales de la Fiscalía Regional, realizaron la recolección de indicios y trabajos de campo pertinentes. 

Cabe señalar que al lugar acudió el director de Protección Civil municipal, Pablo Ramos Huerta, quien pidió ver los cuerpos que estaban dentro de la cajuela del taxi. De esta menera se confirmó que uno de ellos era su sobrino Antonio Velázquez Huerta, de 28 años de edad, quien manejaba dicho taxi y había desaparecido desde la mañana. 

Horas más tarde, trascendió que el otro finado podría tratarse de un hombre identificado como Luis Ángel Rosas de Dios, oriundo de Balastrera y cuya edad fue reservada.

Finalmente, el taxi fue llevado a otro lugar para sacar los cuerpos y trasladarlos al Semefo de una funeraria de Orizaba, donde se espera que puedan ser identificados oficialmente y reclamados por algún familiar. Hasta el momento no se tiene pista alguna sobre la causa de este crimen. 

CAUSA PÁNICO

el HALLAZGO

La presencia de la Policía Federal, alertó a los vecinos de la colonia Centro de que algo andaba mal. Madres de familia se asomaban por las ventanas y algunos locatarios del lugar prefirieron cerrar sus negocios ante la posibilidad de que se suscitara alguna situación de peligro que pudiera presentarse; poco después, se enteraron de que un taxi con dos cuerpos adentro había sido abandonado a las puertas de sus casas. 

Muchos peatones y curiosos que se acercaban a ver lo que sucedía no lo podían creer. “Ésto no pasaba antes en la ciudad”, decían algunos que veían cómo su seguridad se vio trastocada, desde hace ya un tiempo con la ‘ola’ de violencia que se ha registrado en la región. 

A pesar de la cinta amarilla que colocaron las autoridades, algunos vecinos se aventuraron y la cruzaron para ver de cerca lo que ocurría, importándoles poco la numerosa presencia de efectivos estatales y federales que resguardaban el acceso al lugar. 

Con el pasar de los minutos, la gente se arremolinaba más y más para ver las labores de los peritos forenses. Otros decidieron no salir de sus casas y espiar por una pequeña rendija. También hubo quienes, al darse cuenta de que no había detonaciones, decidieron abrir nuevamente sus negocios y continuar con su rutina. “Pues sí, ésto ya es cosa de todos los días”, decían comerciantes. 

La era de la comunicación digital nos alcanzó: todos en el lugar reportaban a sus familiares lo sucedido mediante redes sociales y mensajes de texto. Otros, incluso, grabaron con su teléfono celular lo que ocurría, para no perder detalle de todos los movimientos que la Policía realizaba con meticuloso cuidado. 

Finalmente, a fin de evitar permanecer bajo la mirada vigilante de los vecinos, las autoridades ministeriales decidieron trasladar el taxi a un corralón de grúas.

Una a una, las patrullas se fueron retirando del lugar ante la mirada atónita y de preocupación de los presentes, quienes paradójicamente dijeron estar acostumbrados a este tipo de escenas. 

Finalmente, los peritos sacaron los cuerpos del vehículo, lejos de la mirada expectante de los curiosos.

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