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El minutero

Superiberia

 

LLAMAS MOMENTÁNEAS

 

Las escenas son tentadoras: el palacio de gobierno de Guerrero y la alcaldía de Chilpancingo, la capital, incendiados. La turbamulta destruyendo edificios que representan al gobierno fallido de Ángel Aguirre Rivero, cuya fotografía también fue incendiada en una plaza pública a guisa de escarmiento popular. No lo tuvieron enfrente -¡lástima!- sino lo hubieran linchado. Algunos medios informativos titularon “Guerrero en llamas” y otros recurrieron al clásico muy usado: “despierta el México bronco”.

 

En todo el país, marchas, plantones y gritos en apoyo de los alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa, tres de los cuales fallecieron baleados por policías municipales de Iguala y otros 43 fueron secuestrados por los mismos agentes y permanecen en calidad de desaparecidos. También en varios puntos de la entidad veracruzana estudiantes y ciudadanos han salido a las calles a solidarizarse con los guerrerenses y exigir la aparición de los normalistas plagiados.

 

En Jalapa, maestros y estudiantes de la Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen” están en paro de actividades y hasta montaron un centro de acopio para enviar víveres a sus camaradas de Guerrero. Es lo de siempre pues y no se espera que se obtenga algo más que lo que el gobierno quiera dar. México es un país de marchas y gritos pero de poco impacto en las decisiones de gobierno. La sociedad es apática, los que se movilizan son un puñado y el resto, la mayoría, permanece impasible, como si los acontecimientos no los fueran a afectar.

 

Viven equivocados pero así se han acostumbrado, a aceptar la fatalidad. Hoy son los 43 jóvenes guerrerenses desaparecidos –y presuntamente ejecutados por el crimen organizado con apoyo de la policía municipal de Iguala y de su alcalde, José Luis Abarca, que está prófugo de la justicia- pero esa es una historia repetitiva. Ayer fueron los indígenas 45 indígenas tzoziles de Acteal, Chiapas, entre ellos niños y mujeres embarazadas, masacrados mientras rezaban en un templo en diciembre de 1997. Fue un escándalo que llegó a organizaciones internacionales y nada pasó.

 

Un par de años antes, en junio de 1995, fue 17 campesinos pertenecientes a la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCCS) en el paraje de Aguas Blancas, también en Guerrero, fueron ejecutados por policías estatales bajo las ordenes del entonces gobernador priísta Rubén Figueroa Alcocer. ¿Pasó algo?. Nada, sigue impune el caso. Lo único resaltable es que Figueroa Alcocer fue obligado a pedir licencia pero nunca pisó la cárcel.

Y los que se parecen, se juntan porque el que  sustituyó a Figueroa Alcocer para terminar el sexenio en Guerrero fue precisamente Ángel Aguirre Rivero, en ese entonces militante del tricolor.

 

¿Qué hizo Rivero en aquellos tres años de gobierno sustituto para allegar justicia a los deudos de los campesinos masacrados?. Nada, solo se dedicó a obstruir la investigación y dar impunidad a Rubén Figueroa. Ahora es nuevamente gobernador de Guerrero, y tampoco hará nada para esclarecer el ataque contra los normalistas. También en esas masacres del pasado reciente y en el mismo Guerrero está la matanza de 11 campesinos y estudiantes mixtecos en la comunidad El Charco del municipio de Ayutla de los Libres en 1998 cometida por soldados que interceptaron una movilización de protesta. Los labriegos fueron calificados de guerrilleros por los militares para justificar el ataque. Tampoco hay justicia hasta el momento.

 

Y qué decir de la represión policiaca en el municipio de San Salvador Atenco, en el 2006 que ordenó el entonces gobernador priísta del Estado de México, Enrique Peña Nieto – que hoy despacha como presidente de la República- contra ejidatarios que se oponían a la construcción de un nuevo aeropuerto pues los despojarían de sus tierras. El saldo, 350 detenidos con brutalidad. Las mujeres, violadas tumultuariamente por agentes policiacos. Hubo denuncias hasta en cortes internacionales pero nada sucedió, los responsables nunca fueron castigados. ¿qué esperanza de justicia se puede esperar del copetón Peña Nieto para el caso de los normalistas de Guerrero?. Ninguna.

 

Así se pueden enumerar muchos casos de homicidios de lesa humanidad y atropellos extremos a las garantías individuales de los mexicanos sin que haya habido justicia para los asesinados o sus deudos. México es un país de muertos silenciosos y un territorio plagado de fosas. Si, la gente marcha, grita, exige pero son los menos. Por los miles que salen a las calles hay millones que no lo hacen y que con su pasividad avalan el sistema de cosas y a los que ostentan el poder. Pero esos indiferentes llevan la penitencia en el pecado pues tienen que soportar los abusos de quienes los gobiernan o los representan.

 

No se trata solo de bloquear calles o carreteras, tomar palacios de gobierno o marchar por la vía pública sino de emprender  una reacción ciudadana en cadena para castigar a los que permiten esos atropellos. Se ha dicho hasta el cansancio, el voto es la vía para echar del poder a esos genocidas, corruptos y cómplices de la criminalidad.  Si se ejerciera el sufragio con responsabilidad y no se cediera a venderlo por un puñado de dinero, una despensa o un favor de los políticos corrompidos, hoy muchos no estuvieran llorando al ser querido que fue secuestrado o asesinado.

 

 Si hubiera un compromiso para hacer valer la voz popular en las urnas, hoy no se tuviera a Angel Aguirre Gobernando en Guerrero o no se hubiera tenido al perredista José Luis Abarca en la alcaldía de Iguala. Si los mexicanos no alquilaran su voto, no tendrían a Peña Nieto sentado en Los Pinos rematando al país, vendiendo Pemex y la CFE, ni tampoco se hubiera concretado la traición a la patria si no hubieran llevado a las curules del Senado y la Cámara de Diputados a los priístas, panistas, perredistas, panalistas y verde-ecologistas que se confabularon en las  dañinas reformas constitucionales que enviaron a todos a la época del Porfiriato.

 

Y si los veracruzanos en realidad  ejercieran un voto razonado y no lo vendieran por migajas  ahora no tuvieran que sufrir la ola de violencia, la parálisis económica, la falta de obras, la deuda multimillonaria, el robo de recursos y al mismo despachante de palacio de gobierno. Tan pleno, tan harto, han abusivo. Como diría una conocida activista del Distrito Federal: lo que pueden hacer los ciudadanos  para corregir las cosas son dos acciones, una votar responsablemente y echar del poder a los traidores por la vía pacífica o dos,  armar la guerra civil, la revolución pues, y echar a balazos a esos corruptos. Si solo se sale a las calles a gritar y ondear banderas vestidos de blanco, solo quedan en llamas momentáneas cuando los que se necesita es una enorme hoguera para quemar a todos esos facinerosos. Así de simple.

 

PAÍS GRANGENADO

 

El tema de lo sucedido con los estudiantes de Guerrero también ha resonado en el mundo. La prensa europea  califica a México como “un país gangrenado por el tráfico de drogas, la corrupción gubernamental y la violencia” tras la desaparición –y posible asesinato- de 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa en Guerrero. Los principales periódicos y noticiero radiofónicos y televisivos condenan lo sucedido en Iguala y a la vez, cuestionan la efectividad  del gobierno que encabeza el copetón Enrique Peña Nieto para garantizar el Estado de Derecho en la nación.

 

“¿México es un país de derechos?, (y si lo es), ¿cómo explicar la impotencia del gobierno (ante hechos como la desaparición de los normalistas?”, fueron las dos preguntas con las que se abrió el debate ayer por la tarde de la televisora France24, una de las más influyentes del país galo. Una temática similar han llevado a sus mesas de análisis de TV5 y Radio France International así como  otras cadenas televisivas y radiofónicas en los últimos días.

También los diarios impresos más influyentes de Francia han llevado la noticia acompañada de cuestionamientos similares hacia el papel de las autoridades de los tres niveles de gobierno frente a los grupos criminales.

 

El caso de los 43 normalistas de Iguala que todavía no son localizados pero que se presumen hayan sido ejecutados  ha desnudado la colusión del gobierno con los criminales, además del extravío de la legalidad, exponen. Le Monde, por ejemplo, señala: “Es un crimen de Estado”, al citar la declaración del historiador e intelectual Adolfo Gilly sobre “un país donde la tortura, las desapariciones y las muertes violentas se convirtieron en lo cotidiano”. El periódico agrega que México está nadando en una crisis nacional sin precedentes ante el poderío de los carteles del narcotráfico.

 

En tanto, Le Figaro, titula una de sus últimas notas sobre el caso de los normalistas de Guerrero: “Las autoridades mexicanas permanecen impasibles frente a miles de desaparecidos”. Y cuestiona dónde están los 43 estudiantes. “¿Qué pasó en Iguala el 26 de septiembre pasado?. Algunos lo temen, fueron salvajemente asesinados, quemados y metidos en bolsas antes de arrojarlos en una fosa (clandestina)”.  Por su lado, Liberation, cabecea: “México: 28 cadáveres y un crimen de Estado”, en referencia  a los cuerpos localizados en las fosas clandestinas que, se suponen, serían los de algunos de los estudiantes secuestrados.

 

En el cuerpo de su nota, Liberation resalta las palabras “Colusión” y “Tortura”. “¿Qué sucedió ese viernes 26 de septiembre?. Esta tragedia coloca a la luz pública la colusión de las autoridades y el crimen organizado”. “México con un estado fuera de control”, titula por su parte L’Express en referencia a Guerrero pero alude que no solo esa entidad sino que en otros estados del país han quedado fuera del control del gobierno federal por la influencia de las células del narcotráfico. “La represión de manifestaciones es frecuente y los poderes públicos están gangrenados por los narcotraficantes”, añade el rotativo.

 

 Dentro de la prensa europea, es el  periódico  ABC de España el que resume con más precisión la situación en México, usando una metáfora: “La noche en que salieron a pasear los demonios”. Esa noche aciaga se ha reproducido  en todo México en los últimos ocho años, incluido Veracruz.

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