Orizaba.- A fin de visitar (algunos cada año) a sus difuntos en la festividad del Día de Muertos, más de 30 mil personas de Orizaba, la región y otros puntos del estado de Veracruz e incluso de la República Mexicana, visitaron el panteón municipal “Juan de la Luz Enríquez”.
Desde temprano, personas solas y familias enteras arribaron con flores a las tumbas de sus seres queridos, algunos visitantes lavaron las sepulturas, otros pidieron esa labor a los panteoneros, enseguida colocaron las flores de la temporada, en su mayoría cempasúchitl, moco de pavo y nube.
Posteriormente elevaron oraciones, otros prefirieron solicitar la música de solistas, tríos y hasta coros que prestaron sus servicios, quienes entonaron las canciones preferidas de los difuntos, no podían faltar “Amor eterno”, “Mi querido viejo”, entre otras que escucharon con lágrimas los familiares.
Aprovechando la típica tradición saborearon una variedad de antojitos típicos de la Ciudad de las Aguas Alegres y otras de la temporada, para luego visitar las tumbas de los personajes ilustres de Orizaba y admirar las ofrendas y altares colocados por diversas instituciones educativas.
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
Familiares pidieron por el eterno descanso de sus seres queridos durante la misa oficiada en el panteón, el sacerdote invitó a los feligreses a orar por las personas que han sido llamadas a la presencia del Señor, y aún están en su proceso de purificación.
La celebración fue a un costado de la Piedra del Gigante, donde hubo sillas para que los asistentes participaran en la misa.
DÍA DEL PANTEONERO
“Trabajando como siempre y más en esta fecha”, es como celebraron el Día del Panteonero los trabajadores del cementerio “Juan de la Luz Enríquez”, este 2 de noviembre.
La celebración no ameritó una convivencia, todo fue trabajo, desde un día previo hasta ayer que acrecentó, pero no como se quisiera, mencionaron algunos panteoneros.
Al terminar la jornada, los 45 miembros del Sindicato de constructores al servicio del cementerio y alrededor de 100 más, de Atzacan y La Perla, compartieron un refresco y pasarlo desapercibido.
La colecta que obtuvieron de la urna colocada en la parte lateral del cementerio, fue destinada como cada año para la Iglesia, a fin de contribuir con su mejoramiento.
“En gratitud a Dios por los beneficios que nos ha otorgado todo el año”, señaló la mayoría de los integrantes del Sindicato de constructores y los trabajadores que llegaron a apoyar en su día.
