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GATOPARDO Cambio imposible de piel

Superiberia

 Por: ALELUYA MORENO LORENCES OROPESA   / columnista

El Frente Amplio Democrático (FAD): placebo del 18 y lapidario de oportunidades. El INE es el organismo nacional creado para simular democracia centrada en la planeación, administración y evaluación de la selección de candidatos partidistas, de las campañas electorales y su clímax el día de votaciones hasta emitir los resultados, incluyendo la solución de controversias, determinando quién resulta ganador del cargo público; algunos dirán que no simula, sino garantiza hacerlo de la mejor manera y perfeccionando la democracia.

       Para otros a veces si lo hace y otras no, “pero no hay problema, pues de los males, el menor”. No pocos ganadores de las contiendas afirman que todo ha sido como Dios manda y el Sr. Presidente Nacional lo ratifica. Unos de los perdedores se inconforman. Los más acomodaticios saben que perdiendo ganan y, ufanos, proclaman: -he subido un peldaño de la escalera, luego entonces, la democracia avanza, como si fuera posible mejorar lo que no aplica.

Reformistas, corifeos y sus mesnadas cacarean lo poco que hacen, pues de ello, para ello, viven. Lorenzo Córdova Vianello (LoCoVia) insiste en la excelencia del INE: exigiendo respeto a su trabajo, promete una próxima jornada electoral extraordinaria.

Sin duda, cada quien habla de la feria según le va en ella. ¿Cómo saber quién dice verdad y quién miente? Pregunta interesado Juan Simple, respondiéndole la señora Historia: comparando dichos, hechos y datos incuestionables.

El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres dice que México es el segundo País más peligroso del mundo. El índice de Gini del Banco Mundial informa que en México la desigualdad es del 0.47.

Cero indica la menor concentración del ingreso, 1, la mayor. La oficina de Seguridad Diplomática de los EU clasifica al País como el segundo más peligroso del mundo. En el concierto histórico de las naciones catalogamos como un País pobre, subdesarrollado, parte amarrada desde hace 110 años al Sistema Internacional Capitalista dirigido hasta la masacre de 1968 por gobernantes con formación militar emanados de un solo partido, el PRI y, envuelto en una situación desarrollista democrática aparente. La ola de represión de masas y selectiva de estudiantes, profesores y simpatizantes por solo pedir libertad, justicia y educación crítica científica se replica en 1972 con el halconazo decretado por Luis Echeverría.

Ese par de actos represivos marcan el fin del desarrollismo para el crear al Estado Nacional mexicano e inicio del acceso al Neoliberalismo, modelo de gobernanza afín a la nueva realidad internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial, que, bajo el eufemismo, oculta su verdadera naturaleza de clase: como el mundo se ha dividido en dos grandes fuerzas, se pelean su control los países capitaneados por Estados Unidos y los países socialistas nucleados por la URSS. El Estado alienta con exceso de recursos a fondo perdido la formación de una cohorte de jóvenes en todo el País para implantar el reformismo político/ideológico requerido para el control de masas. Jóvenes universitarios, intelectuales y contestatarios son cooptados en universidades, agrupaciones sociales, periódicos, apiñándolos en ese proyecto amortiguador de la lucha de clases, para alejarlos del radicalismo de extrema derecha reaccionaria e izquierda radical.

Otra cosa, pasa -y pesa- en la práctica aletargada de los pueblos, impidiendo objetivamente el logro de esos planes. En México, las lastradas relaciones patriarcales, caciquiles, burocráticas, familiares, atascan, se oponen, retrasan e impiden el ascenso del País “al Primer Mundo”, promesa de campaña de Luis Echeverría Álvarez, Portillo y de la Madrid, reactivada por Carlos Salinas de Gortari.

Variantes del sistema impuesto se presentan de formas y nombres novedosos, pero, de fondos iguales abonan a favor de la centralización y acumulación capitalista en niveles jamás vividos ni constatados al instante en todos los rincones del planeta: “…el 1% es propietario de lo que el 99% necesita (Oxfam, 2016) debilitando la democracia al quedar la economía en manos de unos cuántos y la política subordinada potenciando los fallos del mercado, en vez de corregirlos, ampliando las desigualdades: es un instrumento de ampliación del poder económico…” (Joseph Sitiglish, premio Nobel de Economía, 2001). El Edelman Trust Barometer mide de cero a 100 la confianza de los pueblos en su Gobierno, con los siguientes percentiles: de 100 a 60, hay confianza; de 59.9 a 50, más o menos y, debajo de 49, no se confía, calificando a México con el peligroso 24 por ciento.

Es cuando la retórica política perniciosa, incluyente del séquito de analistas, comentaristas, teóricos inútiles y onerosos por sus exiguos resultados ya no logra el objetivo y propósitos para los que ha sido creada: que la gente crea en el Gobierno a pesar de la desigualdad socioeconómica descrita, esperando pacientemente imposibles. Con el 70 por ciento o más de abstencionistas resultado de la gente que no vota por conciencia, más quienes por rencor, molestias o cansancio anulan su voto, incluidos los votos simulados por la vía del taco o el cambio digital de cifras, el 30 por ciento de votantes reportados, resulta caro, inestable, peligroso e insostenible.

En México, la población cansada de tanta tranza, vendimias de riqueza social, impunidad, crímenes, inseguridad ha perdido la confianza en el Gobierno y el Estado, alejándose de las urnas; pues, ¿Cómo para qué votar, … Si siempre será igual..! En medio de este ambiente, así como en todo el mundo, en México y en Córdoba, en general, no se confía en los políticos de oficio pues llegan al cargo encomendados por ese sistema: no quieren, ni pueden eximirse de su control.

Peor que la enfermedad, resultó el remedio. PRI, PAN, PRD, Morena y demás pequeñas agrupaciones partidarias no logran ni con artilugios novedosos atrapar más que a un inflado 30% del padrón electoral nominal: volvamos a creer, -ahí viene el “coco” de Andrés; si los márgenes entre los primeros lugares son estrechos, entonces la democracia avanza; los independientes son la salvación de la Patria. El PRD cambia, el PAN se refunda, ¡cómo de qué no..! Son frases sin mayor impacto en más allá de las propias cohortes que las piden, las pagan, las consumen y las desechan.

Con la simple lógica de que en la sociedad de mercado todo se transforma en mercancía, por sus magros resultados la mercancía electoral ya no vende a costos de oro y a cambio de cuentas de cristal.

Por ello, es un fracaso cantado la oferta de políticos convulsos su oferta de integrar coaliciones partidistas mediante pactos frentistas para juntar a más de lo que solos no pueden; por más partiditos que hagan coaching, no podrán sumar más allá del 30% de los votantes cautivos, pues no proponen cambios estructurales de la relación económica injusta, que puedan atraer a las urnas a los abstencionistas: la enorme concentración de la riqueza mundial, nacional, regional y local con su innegable acompañante, la enorme injusticia, miseria y explotación de la población restante, constatada al instante gracias al poder de la Biblioteca Internacional digital consultable en sitio, y a todas horas.

Si ello es así, y los políticos y sus ideólogos de oficio lo saben, ¿A qué juegan con su novedosa y anquilosada propuesta de agrupación frentista? ¿Engañar a quienes ya no creen en ellos? No. ¿Engatusar a quienes los prohijaron? No. Es un juego perverso resultado de su cortedad y vaguedad teórico vivencial que los hace regodearse en sí mismos, creyendo -porque a ello los obliga la condición objetiva de su triste realidad- que, sin ellos, no hay solución posible a la crisis de representatividad… ¡Propiciada por su propio comportamiento! De considerar a los partidos como individuos, diría un sicólogo: sus niveles sicótico frenéticos esquizofrénicos les impiden reconocerse en su realidad objetiva, y, peor, ofuscados sus niveles de comprensión proponen aberraciones –las coaliciones de extremos ideológicos opuestos, como son el PAN y el PRD- para salir de su languidez viciada, con la esperanza de sumar más votos que su competencia, pero sin posibilidades de lograr más del 30 por ciento remiso.

Sin omitir que haya quien cándidamente se sume al FAD para bloquear a AMLO en su tercer ánimo presidencial, y, quienes animosos desean cooperar en la cristalización de su promesa más interesante (si pierde se nos va a La Chingada, su rancho familiar, así llamado), insistimos: incluido el Peje, el verdadero objetivo político del FAD es minimizar, disminuir, ridiculizar y arrinconar a Mary Chuy, candidata independiente del CNI, a Presidenta de la República Mexicana, quien ha declarado en público que no aspira a ganar el cargo, sino a participar en la contienda de una manera diferente, sana, representativa y creíble promoviendo otra manera de hacer las cosas públicas.

En calidad de la patronal que hasta ahora los ha soportado, al unísono mayoritario del pueblo que los rechaza, el grupo de poder de Estado tiene argumentos para mandarlos a volar por inútiles retóricos faltos de creatividad para revertir la degradación de su improductiva representatividad. Despedidos por su ilegítima productividad, ¿Qué sigue para sustituir al concierto de la clase política desfasada? La socialdemocracia. Como todo modelo, aplica con reglas y, las de la socialdemocracia son imposibles de concretar en México.

La socialdemocracia es propia de estados nacionales desarrollados. Éstos son viables gracias a la división interna de su trabajo, renta alta, distribución de la riqueza creada e influencia internacional, permitiéndose la equidad beneficiaria (a lo finlandés, sueco, suizo, alemán) a la par de sostener un séquito de exaltados privilegios monárquicos, oligopólicos, sin detrimento de la burguesía local, la clase media y aun de su proletariado, como pasa en Inglaterra, Francia, Países Bajos y Japón. México, cuna de unas de las familias más poderosas del planeta es un País de miseria que no entra al círculo del desarrollo en ninguna de sus variantes, pues su lugar dependiente en la división internacional del trabajo ha sido rubricado con las Reformas Constitucionales de 2012: simple proveedor de fuerza de trabajo barata con legislación laboral benefactora del capital, consumidor de bienes de consumo de altísimo nivel adquisitivo para pocos, canasta básica para millones.

No hay base material objetiva para promover, financiar, instaurar y sostener la política económica socialdemócrata, pues ésta parte de una distribución menos injusta de la riqueza social y del producto nacional bruto; rompe cotos de poder local; anula directrices impositivas del Centro sobre las periferias. Exige líderes cultos, creíbles, con trabajo social demostrado en liderazgos socialmente reconocidos, al margen de maniobras típicas de caciques locales y dictadores nacionales. Ofrecen programas de desarrollo económico, político y cultural, y no solo caritas maquilladas y consortes principescos, dirigidos por directores de medios de comunicación de masas, acostumbrados a dirigir guiones de novelas televisivas.

La casta política mexicana dio vida a una extensa red filial de ramificaciones locales y nacionales formada por políticos enquistados de tres o más generaciones, acostumbrados a sucederse en los cargos públicos por simpatías consanguíneas nepotistas, directas o indirectas, compadrazgos y mecenazgos: no hay modo de convencerlos de la conveniencia para la reproducción ampliada del capital de ceder el poder a su relevo, sin importar que sea o no de su clan familiar. De no hacerlo, variables indeseables por el estatus quo aparecen en escena: de una parte, programas revolucionarios, y, de la otra, dada la inutilidad de su mascarada legaloide, el sistema se obliga a mostrar su rostro duro, la dictadura fascista, como pasa con Donald Trump, camorrista estrella de la mayoría parlamentaria intolerante, representante mayoritario del pueblo Norteamericano con el apoyo real de tan sólo un 20 por ciento.

Por lo visto, el Frente Amplio Democrático de Anaya y Barrales es propio de debilitados, que así rubrican su lapidario, pacientemente labrado por AMLO desde la antesala de enkLa Chingada: Desplazándolos por inútiles ornamentales, solito pude haber controlado al 30% del electorado, y, con ello, al pueblo, de no haber sido tan necios, piojos, marranos, frijoles con gorgojo… garbanzos de a libra.

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