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Gobernar a base de percepciones

Superiberia

 

Los mexicanos le hemos hecho creer a nuestros gobernantes que todo lo que ellos dicen, así sea la mentira más grande del mundo, nos la creemos y la aceptamos como verdad absoluta.  Si a eso le añadimos que hay poca capacidad crítica en la población, y que la mayoría se deja llevar por lo que otros dicen, o por la impresión que se llevan de alguien en un momento dado, nos damos cuenta de que en México se gobierna más en base a percepciones que en base a realidades. No sólo eso, se vive en base a percepciones.

De nada sirve que un prestador de servicios sea el mejor en su área, si los posibles clientes no lo perciben como el mejor.  Podrás ser el mejor radiólogo, el mejor dentista, el mejor contador, el mejor abogado, pero si la gente no te percibe como tal, no tendrás éxito.  En México no hay costumbre de evaluar en función de resultados, sino en función de percepciones.  ¨Me cae bien¨, ¨Yo creo que… ¨,  ¨tengo la impresión de…¨.  Esos son los juicios de valor que emitimos, en lugar de considerar cuestiones como los resultados obtenidos, los diagnósticos bien realizados, los años sin problemas con su cuenta, etc.  

Precisamente por esa falta de evaluación del pueblo de México, no existen datos cuantitativos reales sobre la eficiencia o efectividad de los servidores públicos, y ellos, – siempre pensando en la próxima elección-, se preocupan más por aparentar eficiencia que por ser eficientes.  Así se generan llamados como el del presidente de la República que le pide a los mexicanos hablar bien de México, o el reciente del gobernador de Veracruz, pidiendo a los medios resaltar lo buen y no lo malo del estado.   En ambos casos, se busca cambiar la percepción respecto del país o del estado, sin considerar si lo que se busca que sea percibido es la realidad o no.

Por ejemplo, hablemos del turismo en el estado de Guerrero.  Hoy todavía hay publicaciones de la secretaría de turismo presumiendo un incremento en los ingresos por turismo a nivel nacional, y la promoción de las playas, Acapulco incluido sigue viento en popa.   No importa si la realidad nos muestra un Acapulco casi vacío. No importa si los turistas cancelan sus viajes y sus vuelos a un país sumido en la peor barbarie de la historia contemporánea en América. (No podemos decir a nivel mundial, porque los musulmanes nos siguen ganando).  

Así, en la zona centro del estado tenemos a uno de los mejores procuradores de justicia, hábil en su trabajo y en sus relaciones públicas, buscando una percepción de mayor certeza jurídica en la procuración de justicia, cuando la población sigue percibiendo falta de recursos para investigar y entregar resultados favorables en cuanto a los delitos cometidos en la región.  Y curioso, platicando al respecto con un agente del ministerio público, cuando le dije que la eficiencia es espantosa, porque tienen una calificación de 0.5 en una escala de diez, o una calificación de cinco en una escala de cien, me contesta que no hay dinero del presupuesto, que el congreso y el gobernador no le asignan recursos a la procuraduría. Afirma que no entiende la razón por la cual yo insisto en que deben investigarse los delitos, si nunca se han investigado, y defiende al procurador al afirmar que está haciendo su mejor esfuerzo, pero que comenzó tarde, pues la reforma a la Procuraduría debió comenzar con el sexenio, y el tiempo que queda no alcanza para resolver los problemas de corrupción e impunidad que campean por toda la procuraduría de justicia del estado.  Pero lo que importa es que la gente se sienta segura, aunque no lo esté.

A nivel policía preventiva es lo mismo.  Las patrullas circulan y circulan.  Hasta es posible medir el tiempo que tarda una patrulla en pasar después de otra, y así considerar cuántos delitos se pueden cometer, desde un cristalazo, asalto a transeúnte, secuestro o cualquier otro que deba realizarse por el bien de los malosos.    Y aquí viene otro ejemplo local de que la realidad se impone a cualquier intento de mejorar la percepción.   Hace unos días con bombo y platillo se anunció que 30 policías preventivos vigilarían la zona de San José en Córdoba, Ver., algo así como la zona de restaurantes y antros de la ciudad.   Los vecinos emocionados ante la seguridad que tendrían confiaron en su percepción, sin embargo, la mugrosa realidad trae otras noticias, siguen los cristalazos, los asaltos, los robos a negocios, y la percepción de seguridad se perdió, con un adicional, ahora los vecinos están más molestos con las autoridades que les ofrecieron seguridad y no les cumplieron.

Me llama mucho la atención que hay pocos policías en Córdoba (sigo con ese ejemplo). Hay robos en zonas comerciales y de esparcimiento, incluso en cinepolis y sam´s se roban autos, y algunos robos menores en plaza cristal.  Uno se pregunta, si la policía no es capaz de brindar seguridad, si tiene pocos elementos, ¿porque los dueños de Wall Mart, Sam´s, Vip´s, Cinepolis, toks, e incluso de los restaurantes y antros de San José o hasta los vecinos, porqué no contratan en conjunto seguridad privada?    La respuesta es sencilla, todo mundo quiere que el gobierno cumpla con su función, y si el gobierno no cumple, nadie quiere poner un peso de su bolsillo para proteger a sus clientes.

Y aquí llegamos al siguiente paso.  Si la gente no deja de ir a cinepolis, si las sras. Siguen comprando en sam´s y en wall mart, pues a ellos no les va a importar que asalten a sus clientes en su estacionamiento.  Sólo cuando el propio ciudadano reaccione, entonces a sus prestadores de servicios les va a importar el daño económico y encontrarán la solución aquí planteada.  

Mientras tanto, sigamos disfrutando de la percepción de seguridad que genera ver circular en camionetas artilladas a miembros de la marina, en pick ups a los del mando único, y vivir el placer de presentar una denuncia que jamás será investigada, en los ministerios públicos.   Sentir la tranquilidad de dejar un auto en la calle, con la percepción de que no le va a pasar nada, y no sospechar que al regresar encontraremos en lugar de llantas unos hermosos ladrillos, como ya ha pasado en el estacionamiento de toks y office depot.  

Mientras tanto, que Peña y su equipo esperen que sus trabajos para cambiar la percepción no se vean dañados por lo que está pasando en todo el país a raíz de los sucesos de Iguala.

 

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