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Hijo pródigo inolvidable

Superiberia

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Orizaba.- Hoy se cumplen 109 años del natalicio de uno de los hijos pródigos de esta ciudad, máximo exponente de la música infantil y cuyo legado se sigue replicando en las generaciones.

Con una sensibilidad nata, Francisco José Gabilondo Soler (hijo de Tiburcio Gabilondo Goya y de Emilia Soler Fernández), logró buen desempeño en: natación, box, toreo, geografía, matemáticas y astronomía, a la cual se dedicó en los últimos años de su vida, pero uno de sus talentos más reconocidos fue sin lugar a dudas la música, donde es conocido como “Cri Crí, el Grillito Cantor”.

El Miembro de la Academia Nacional de Historia y Geografía en México, Armando López Macip, ha hecho investigaciones sobre su vida y obra, encontrando diversas anécdotas curiosas, debido a que es uno de los músicos que desde la infancia y juventud logró rendirle homenaje en vida y posterior a su fallecimiento, además de coincidir en el gusto por las partituras.

Narró que ante una competencia reñida con exponentes de la talla de Agustín Lara, el cantautor orizabeño, en abril de 1934, hizo su aparición en la radio con su tema “El Chorrito”, que tuvo un éxito destacable entre la audiencia que, en aquel entonces no contaba con televisión y apenas se hacía presente el cine sonoro, pero era limitado para las grandes ciudades, siendo el medio radiofónico el que le abrió las puertas para incursionar en el mundo artístico.

Como dato curioso, 15 años después pudo grabar su disco, lo cual le garantizó que por años tuviera trabajo asegurado, permitiendo además que contara con personal apoyándolo, para lograr el impacto deseado mediante la realización de efectos especiales, que le daban un toque especial a sus canciones.

“Es el máximo creativo de la radio en México, él a partir del micrófono de su piano y su voz, en 1934, el 15 de octubre sale al aire con el primer tema que es El Chorrito, me decía su hijo en una plática, que antes de crear el ciclo del agua con ese tema, él empieza a recrear la imaginación”, refirió.

Amado por su familia, Francisco Gabilondo Soler, en sus obras musicales reflejó el gran amor que le tuvo a su abuela, pero también tuvo a bien enfocar su arte a los niños, utilizando diversos géneros musicales que permitían no sólo el entretenimiento de los menores, sino también de sus padres que tenían empatía con los ritmos que se tocaban en aquel tiempo: danzón, paso doble, marcha, danzonete o country.

Más de 212 canciones y cuentos

Existe una gran cantidad de canciones que lo inmortalizaron, sin lugar a dudas cada vez que se escucha “¿Quién es el que anda ahí?” En automático la respuesta hace alusión a este imponente hombre que logró conquistar el corazón de muchos con canciones como: Caminito de la Escuela, La Marcha de las Letras, El Carrusel, Los Cochinitos, La Negrita Cucurumbé, El Negrito Sandía, El Ratón Vaquero, Las Brujas, La Muñeca Fea, entre otras.

Aunque su intención al crearlas fue divertirse, algunos especialistas lo consideran como uno de los primeros en escribir canciones de protesta, con la legendaria “La Patita”, que explica que no le alcanza el dinero ni para comer y su esposo es un flojo desobligado, siendo una realidad, que se aplica en muchos hogares en nuestra vida real.

Su éxito causó envidia y veto

De acuerdo al cronista López Macip, Cri Crí llegó a tener tanto éxito que despertó la envidia de muchos, entre ellos profesionales de la música, y por increíble que parezca de la Inspección General de Jardines de Niños, dependiente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), a cargo de Rosaura Zapata Cano, que además de ser Educadora era pianista con formación académica, autora de creaciones para preescolar.

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