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Las buenas noticias, en ocasiones, se leen como malas

Superiberia

Cuando Enrique Peña Nieto asumió la Presidencia de México, nos llenó de esperanza ver que en los tres primeros meses de su gobierno logró la firma del pacto por México, alcanzando modificaciones constitucionales en el sistema educativo, de telecomunicaciones y la ley de amparo.

A poco más de diez meses de gestión las cosas han cambiado, se complica de sobre manera la situación económica, social y política por la que atraviesa el país, y más grave aún el entorno financiero internacional que nos ubica ante un peligro latente.

El presidente Enrique Peña Nieto llega con una aprobación de gestión, con el 5.6%, en una escala de 1 a 10. Previo a la entrega de sus primeros informes de gobierno, la mejor aprobación la obtuvo Salinas de Gortari con el 7.0%, seguido de Felipe Calderón con el 6.6%, Vicente Fox con el 6.2%, y Ernesto Zedillo quien sólo lograba 4.4%.

La calificadora Standard & Poor’s estimó que la economía mexicana registrará este año un crecimiento de sólo el 1.5%, sujeto a algún riesgo adicional a la baja por las recientes tormentas. Al tercer trimestre del año las cifras de la economía nacional según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cayeron un 0.44% respecto del año anterior, el consumo de los mexicanos a disminuido un 7.25% en promedio, las cifras que señala el Banco de México mantienen una disminución del 13% de las remesas que envían los mexicanos en el extranjero a sus familias, la tasa de desempleo creció del 5.07 al 5.13%, el empleo formal (con prestaciones y seguridad social) disminuyeron del 59.9 al 51.1%. El único indicador que aumentó fue el del sector turístico en un 2.1% y una balanza comercial que supero el 1.7%. De no haber sido por estos últimos dos indicadores el Producto Interno Bruto (PIB) habría tenido una caída mucho más pronunciada.

 

La iniciativa de reforma hacendaria, que envió al Congreso de la Unión el presidente Enrique Peña Nieto sugiere, entre otras medidas, elevar la tasa del Impuesto Sobre la Renta (ISR) del 30% al 32%, gravar con un 10% las ganancias en la Bolsa, homologar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en todo el país, cobrar un impuesto adicional a las bebidas endulzadas, así como el retiro de algunos “privilegios” como deducciones y exenciones; ello para alcanzar la meta de crecimiento necesaria para soportar el gasto corriente, establecido en el 3.5% anual.

 

Con estas condiciones económicas podemos observar que nos espera un cierre de año difícil y un 2014 nada alentador. Lo que pretende el ejecutivo federal es que el grupo contribuyentes cautivos, es decir los que siempre pagan, sigan siendo los mismos, aumentando la base tributaria para dar a nuestro país los recursos necesarios para su gasto corriente; la reforma al sector energético en el corto plazo eliminará el 35% que aportan a las arcas nacionales las empresas paraestatales como PEMEX y CFE, en el sentido de la propuesta de regímenes asociados con particulares, estas paraestatales suman recursos económicos importante al presupuesto de ingresos de la Federación.

Debemos recordar cómo el Presidente días después de su toma de protesta delineó los cinco ejes de su Gobierno en materia de seguridad; el primero, la planeación para reducir homicidios, secuestros y extorsiones; el segundo, la prevención, aspecto en el cual trabaja una comisión intersecretarial con un presupuesto establecido de 118 mil millones de pesos; el tercero, la protección de los derechos humanos a través de las nuevas leyes de víctimas y de amparo; el cuarto, la coordinación entre los tres niveles de gobierno y la reorganización de los recursos del Estado para “lo más importante”, que es “generar confianza”; y el quinto y último, la agenda de reformas constitucionales para la administración de justicia. Como se puede observar a estas alturas estos cinco ejes prioritarios están detenidos.

Por todo lo anterior nos preguntamos, ¿cómo nos afecta todo esto a los ciudadanos comunes? La respuesta es muy simple: el que haya poco crecimiento económico implica que seguirá existiendo poco dinero circulante en el país; que el empleo no crezca; las condiciones de seguridad difícilmente disminuirán; toda vez que la situación económica no logra dar empleo y cada día existen más pobres, los créditos seguirán estando solo en manos de las grandes y medianas empresas y nunca al alcance de los pequeños y micro empresarios que es donde se generan los empleos, estas son las grandes promesas de campaña y los grandes pendientes al pueblo, abatir la pobreza, más empleos y mejor remunerados, la seguridad debe estar a nuestro servicio.

Por lo tanto estamos frente a un nuevo gobierno de promesa y más promesas, si a esto le aunamos los fenómenos naturales que azotan al país, las graves crisis sociales que comienzan a ser parte de nuestra realidad diaria, la crisis económica que presenta nuestro principal socio comercial que es Estados Unidos, quién hace tres años cayó en crisis y algunos analistas financieros dijeron que para la economía Mexicana eso sería como un catarrito, lo cierto es que esta ocasión si no se toman las previsiones necesarias, puede convertirse en una neumonía de fatales consecuencias para nuestra economía.

Así pues la situación política, de seguridad y económica no pinta tan bien como deseáramos, por ello es que hay que redoblar esfuerzos y tratar, desde cualquiera de las trincheras que nos ubiquemos por modesta que parezca, transformar nuestro México en un país mejor. ¿Usted qué Opina?

alfredotress@hotmail.com

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