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LOS PRIMOROSOS

Superiberia

 Por: Andrés Timoteo  /  columnista

Hay cosas que por decoro y  sobrevivencia política no se deben de decir. Una de ellas es evocar al pasado para descalificar el presente, sobre todo cuando lo vivido anteriormente fue nefasto y hasta mortal. Sin embargo, hay políticos que no lo entienden y, lo que es peor, se aventuran a exhibir su nostalgia por los que se fueron, aunque estos sean los responsables de la quiebra financiera del estado, de miles de vidas cegadas y la perversión del quehacer público.

En Veracruz hay personajes en la actividad política  –y lamentablemente también en la prensa- que claman por el regreso de la fidelidad y llegan al extremo de montar en un pedestal al exgobernador Javier Duarte de Ochoa y a su impresentable antecesor. ¡Los ponen de ejemplo para intentar sostener la falacia de que el pasado era mejor!  Eso hizo el fin de semana  la zacatecana Rocío Nahle, diputada federal por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Durante una entrevista en Jalapa, la legisladora  afirmó que “(Javier) Duarte no llegó a tanto como está llegando Miguel Ángel Yunes, agregado que hoy hay ‘más autoritarismo’ que antes. Vaya con esa declaración tan aventurada  porque a falta de argumentos políticos se recurre a la comparación peligrosa y a la evocación de los malvados para ponerlos como ejemplo de acción de gobierno.

Acaso la diputada de Morena olvida los miles de desaparecidos y muertos en los doce años de fidelidad, que se dieron no porque las autoridades fueran rebasadas por la ola de violencia –como se pudiera afirmar hoy- sino porque eran directamente cómplices de las organizaciones delictivas  y porque las policías estatal y municipales, así como agentes ministeriales y jueces estaban al servicio del crimen organizado.

La ligereza verbal de Rocío Nahle es ofensiva. Dice que con Duarte se estaba mejor, entonces, ¿hay que entender que era mejor cuando los funcionarios estatales se robaban el erario estatal, amasaban fortunas y despojaban al pueblo de programas sociales que legalmente les correspondían? Y si se habla de la actividad en el congreso local, ¿para Nahle era bueno que no hubiera discusión ni rebeldía en la legislatura y que todos estuvieran ‘planchados’ por Duarte y el innombrable?

Y no se defiende a los actuales diputados locales del PAN y del PRD quienes resultaron verdaderas calamidades y convirtieron al congreso local en una zahúrda –sí, donde se solazan los cerdos-. Personajes como el analfabeta Sergio Hernández y  los otros diputados que se aventura a respaldarlo olvidando a ética, son indefendibles.  El tipo se tiene que ir si se quiere recuperar la ética política en ese recinto y mientras no lo haga, seguirán batiendo la inmundicia.

Pero las palabras de la zacatecana Rocío Nahle tampoco son inauditas. No generan extrañeza porque no es la primera ocasión en la que evoca a Duarte, extrañando su sexenio. No, tal aberración es el resultado de esa alianza maligna entre Morena y el PRI –el famoso PRIMOR- que en el 2016 le dio tantos resultados al partido del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.

Claro, Duarte ni los fidelistas se metían con Morena porque eran aliados no oficiales. No los ponían en evidencias, ni les abrían investigaciones por lucrar con ayuda pública ni con las prerrogativas en el congreso local. Al contrario, los ayudaron con operación electoral para que su candidato a la gubernatura, Cuitláhuac García, remontara en la votación de forma artificial en el 2016.

Entonces, por la boca de Nahle hablan los “PRIMOROSOS”, no la oposición ni la izquierda ni los progresistas. Es la añoranza del pasado que los benefició aunque éste fuera mortífero para los demás. Su caso es lamentable porque ella representa un partido que despierta expectativas en el electorado, aunque  no es el único, hay una retahíla de políticos que lloran su viudez de Duarte y el innombrable.

Declaraciones similares han emitido personajes como Héctor Yunes Landa –ese que decía que añoraba ser como el innombrable y que Duarte era su “jefe político- y  el peroteño José Yunes Zorrilla. Obviamente, usan a Duarte como paragón porque no les alcanzan los argumentos políticos serios para descalificar a la actual administración. Lo grave es que muestren públicamente su añoranza con el pasado frente a los ocho millones de veracruzanos damnificados por ese personaje. Eso se llama impudicia política.

CATALUÑA

En este espacio siempre se ha dicho que Europa, el viejo continente, sigue dando enseñanzas en materia democrática, para bien o para mal.  En julio del 2015, en Grecia, la cuna de la democracia, hubo un referéndum histórico en el que los griegos rechazaron las imposiciones económicas de la Unión Europea. En junio del 2016, los ingleses votaron, también en referéndum,  por el Brexit, es decir la salida de su país precisamente de la Unión Europea. Y en este año, los franceses eligieron a un presidente ajeno a los partidos políticos tradicionales,  fue al contrario, defendieron con esa elección la permanencia de Francia en la Unión Europea.

 En esos tres plebiscitos se respetó la voluntad popular, pero esa racha se rompió ayer en España, donde el gobierno de Mariano Rajoy reprimió con la fuerza policial y militar a quienes querían votar en el referéndum por la independencia de Cataluña. Casi mil heridos y escenas de represión oficial como si se tratara de la dictadura del generalísimo Francisco Franco fue el resultado de la jornada plebiscitaria. Algo que en sesenta años no se había dado en España.

 Se repite, con justa razón,  lo que advierten los intelectuales: el pasado puede repartirse sino se procesa y se eliminan sus elementos que alimentan la intolerancia y el autoritarismo. ¿Por qué impedir al pueblo que vote si en papeletas estaba un “SI” por la independencia – a la que tanto le tiene miedo el gobierno español- pero también un “NO” para evitarla?, ¿por qué detener con las armas un ejercicio democrático? ¡Cuidado! Cuando el gobierno usa la fuerza pública contra su propio pueblo es hora de poner a ulular las alarmas.

 Ayer el presidente del Gobierno Español, Rajoy hablaba de los independentistas como ‘enemigos’ y ‘amenazas’ de la patria, y ese lenguaje es el que usan los dictadores para justificar la represión y el exterminio de su propia gente. Por lo pronto, todos los gobiernos europeos han condenado el uso de la fuerza pública contra los catalanes, quienes aun así votaron –se calcula que fueron 3 millones de sufragantes- y el 87 por ciento avaló que se declare la República Independiente de Cataluña.

 Enseñanza de la historia que todavía no termina. México y sobre todo Veracruz está ‘en pañales’ en cuanto a la democracia participativa pues aquí las figuras del referéndum y el plebiscito todavía son utópicas, no solo para convocarlas y realizarlas sino para que sean vinculantes, es decir, para que generen una política pública o un cambio político. Por eso se deben de aprender de esos pueblos que ya los utilizan. La aspiración es legítima: que los mexicanos utilicen  el referéndum o el plebiscito para incidir en su propio devenir.

SE VAN…SE VAN

El tiempo no perdona. A partir de hoy lunes, solo quedan dos meses y 29 días para que los actuales presidentes municipales se vayan del cargo. ¡Albricias!, ya falta poco. Pero no porque dejen el palacio municipal quedan ajenos al escrutinio público, como tantas veces se ha repetido, sino que ahora debe aplicarse eso de la democracia participativa que no solo es votar para elegir a gobernantes sino estar pendientes de su desempeño y fiscalizarlos.

 Así, los cordobeses, fortinenses, orizabeños, zongoliqueños, chocamenses, huatusqueños y demás ciudadanos de la zona centro del estado, deberán exigir a los nuevos alcaldes que auditen a sus antecesores y en su caso, que los lleven ante la justicia para que rindan cuentas sobre el dinero manejado. No es un secreto que muchos de los que entraron a gobernar en el 2013 ahora son nuevos ricos gracias al erario municipal y otros acrecentaron las fortunas que ya tenían.

 Hay casos como el del alcalde de San Andrés Tuxtla -que aunque no se ubica en la zona centro, es inédito y ejemplar para todos-, Manuel Rosendo Pelayo, conocido por los tuxtlecos como “Chendo Mentiras” que ya tiene sendas denuncias penales por desvío de recursos millonarios a través de al menos 15  empresas ‘fantasma’, varias de ellas manejadas  presuntamente por el cordobés  Cecilio Duarte, hermano del exgobernador Duarte de Ochoa.

 También a Rosendo Pelayo ya  se le denunció  por dejar una deuda exorbitante, superior a los 100 millones de pesos y que ese pasivo no se ve reflejado en obra pública ni en programas sociales. Es decir, se robó el dinero. El denunciante es el alcalde electo, el independiente Octavio Pérez Garay. Así, el “Chendo Mentiras” es el primer alcalde que antes de terminar su periodo edilicio, ya tiene acusaciones penales por peculado.

Y si el tuxtleco Pérez Garay ya lo hizo, ¿qué esperan los otros alcaldes electos para poner las denuncias contra Tomas  Ríos Bernal (Córdoba), Juan Manuel Diez (Orizaba), Armed Cid de León (Fortín de las Flores), Ricardo Macuixtle (Zongolica), Santiago Chicuellar (Huatusco), Manuel Álvarez (Coscomatepec) o Lucio Rojas Ramírez (Chocamán) y otros pillos de siete suelas –solo mencionando algunos de  la zona centro- que están por irse con todo lo que puedan?, ¿ a poco van a esperar que se fuguen?

Envoyé depuis Paris, France.

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