Córdoba.- La desesperación de la familia Arróniz por seguir viviendo a costa de los recursos públicos, supera en mucho su interés por mantener esa estatua de su patriarca en el parque 21 De Mayo.
Diariamente, y a nivel de campaña en contra, en su decadente periódico publican hostigamientos y amagos con la finalidad de llamar la atención de la nueva Administración Municipal, pues pretenden recuperar los beneficios económicos de los que han gozado a lo largo de varias décadas.
Lo cierto es que la época dorada para las cinco familias que integran el clan Arróniz, ha llegado a su fin. Con el derrumbe del reinado del PRI por tanta corrupción y abusos, se vino abajo también su periódico coludido y lacayo. Atrás quedan los días en que recibían 3 millones de pesos mensuales del erario público para sus caprichos y ocurrencias, y que era el generoso pago de los gobiernos corruptos a sus publicaciones falsas y sus halagos obsequiosos.
Durante el Gobierno de Fidel Herrera, Clementina Huerta recibió casi como regalo a sus publicaciones la administración del Museo Arqueológico de Córdoba, así como el fallido Nuevo Museo de Córdoba, mismo que a siete años no se ha logrado concretar.
Lo que queda del Museo es utilizado para la recaudación de recursos obtenidos por el cobro a los visitantes, donde los fondos se manejan a través del propio Patronato. Pese a esta situación, ninguna autoridad local ni estatal ha tratado de frenar el enriquecimiento ilícito de la familia, ya que además, fue durante el Gobierno fallido de Tomás Ríos cuando se entregó la administración del estacionamiento del Museo y el Centro de Exposiciones La Capilla, además de pagos discrecionales que recibieron de su parte para la Fundación de Marisol Arróniz. Sólo en su último año de Gobierno, Ríos entregó más de 500 mil pesos a dicha Fundación. Los resultados fueron visibles, pues jamás publicaron, entre sus páginas, críticas para su Gobierno, a pesar de que ha sido calificado como uno de los “peores” por los propios cordobeses. En la Administración de Javier Duarte de Ochoa, cuando éste despilfarró los recursos del Estado, entregó más de 140 millones de pesos como pago por tapar las irregularidades de sus primeros cuatro años de Administración. Sin mencionar los contratos millonarios y pagos bajo el agua que recibieron a nivel Municipal, durante las administraciones de Juan Lavín y Francisco Portilla, quienes fueron los principales impulsores de la colocación de la estatua y la placa en el parque 21 de Mayo.
Se venden
al mejor postor
Con el cambio de Gobierno, los negocios familiares se mantuvieron: actualmente el Estado les sigue pagando por publicar mentiras como apoyo a la candidatura de Miguel Ángel Yunes Márquez, con quien inclusive se publicó en primera plana la fotografía de Marisol Arróniz a un costado del hijo de Yunes. Con el agua al cuello, los Arróniz subordinan la verdad a su voracidad económica y siguiendo una línea editorial amoral vetan y censuran todas las publicaciones que exigen una mejor y más eficiente seguridad en el Estado, tal como fue la promesa de campaña del actual gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. Complacientes, dan sólo cabida a publicidades pagadas y notas lights (ligeras) para no tener problemas y seguir golosamente llenando sus bolsillos, sin importarles que engañan a los lectores con sus mentiras.
