EL ENOJO ACUMULADO
Quién lo diría. Hace un año ese líder charro andaba agazapado, casi a salto de mata, escondido de la turbamulta que lo quería linchar pero el pasado fin de semana se regodeó entre una multitud de acarreados que lo aclamaba. Su “ejercito político”, maestros que llegan a cargos sindicales o de gobierno –alcaldías, regidurías, sindicaturas o diputaciones- porque se distinguen entre los demás. Si, son los que más trafican influencias, los más zalameros, los más eficientes para robarse una urna a punta de pistola, los más hábiles para arrebatarle la credencial de elector a otro maestro y usarla en el relleno de ánforas, y los diestros en comprar votos para los candidatos priístas.
En la llamada Macroplaza del malecón de Veracruz, el sempiterno vividor Juan Nicolás Callejas Arroyo y su hijo, Juan Nicolás Callejas Roldán, a quien heredó la dirigencia de la Sección 32 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se arroparon como su ejército de mentores que dejaron a un lado el compromiso de educar y formar mejores generaciones de veracruzanos para transformarse en golpeadores y traficantes de votos para celebrar 18 años de la fundación de esa sección sindical. El evento fue bendecido por el gobernante, otro que hace un año se escondía del magisterio disidente.
Allí, se hizo un anuncio pírrico: un incremento salarial a los docentes que absorberán mil 100 millones de pesos. Suena espectacular pero es engañoso. No es una concesión del gobernante sino un derecho de los profesores y ese aumento se debió comenzar a pagar en el mes de mayo, es decir, lo hacen cuatro meses después. Además, es un monto casi simbólico porque se pulveriza en la distribución. No es suficiente para lo que se adeuda al magisterio que tiene pendientes desde el pago de los escalafones por la carrera magisterial hasta las cuotas por la seguridad social que han sido jineteadas por la Secretaría de Finanzas.
Por eso, el anuncio de Duarte ante los maestros reunidos en el puerto de Veracruz solo fue para dorarles la píldora, y cumplir con la retórica para justificar el acarreo de miles de profesores. El operativo para trasladar a los maestros fue el mismo de siempre aunque en esta ocasión la amenaza fue más directa. Tenían que ir cerrar filas en torno a los Callejas para mostrar que todavía tienen el control del magisterio. Aquel maestro que se negara se atendría a las consecuencias, le negaría en pago del aumento salarial y corría peligro su plaza. Engañosa también la multitud porque muchos de los que corearon porras hacia los Callejas los aborrecen y llegaron obligados.
Y como en política las casualidades no existen, también hubo un amago paralelo hacia los críticos de los Callejas y del gobierno estatal. Los maestros de movimiento disidente tuvieron su mensaje respectivo en la detención por algunas horas del vocero del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano de la CNTE, Zenyanzen Escobar García. Lo que al principio se consideró un secuestro por parte de crimen organizado fue en realidad una detención policiaca –que no tiene mucho de diferencia los unos y los otros- y horas después se le regresó afortunadamente con vida. Sin embargo, en esas horas de aprehensión -dicen los bien enterados- al líder disidente le advirtieron lo necesario para detener movilizaciones que afectaran el festejo del 18 aniversario del equipo político de la sección 32 del SNTE, es decir, que le estropearan la fiesta a los impúdicos Callejas.
¿Se endurece el aparato estatal contra la disidencia y la movilización social?. Así es, y dan manotazos. Otro indicio de eso es la iniciativa presentada por el diputado priísta y exalcalde de Paso de Ovejas, Adolfo Ramírez Arana, ahijado del innombrable, para modificar la Ley de Tránsito y criminalizar la protesta pública. En la misma se prevé usar la fuerza policiaca para dispersar manifestaciones y detener activistas si no cuentan con un permiso para ocupar la vía pública. De esta manera, todo veracruzano que quiera protestar tendrá que solicitar la autorización previa. Si no se la dan, lo que es más seguro, corre el riesgo de ir a la cárcel si lo hace.
¿Y quién otorgará ese permiso?. Obvio, el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, experto en apalear maestros, jubilados y periodistas, y cuyos policías acreditados han sido acusados a lo largo y ancho de Veracruz de desaparecer personas. Así que la cárcel será lo de menos si se viola esa ley, lo grave es que el que proteste sin permiso nunca vuelva a aparecer. Es obvio que el diputado Ramírez Arana no elaboró la propuesta porque el señor a duras penas puede escribir su nombre completo sino ésta viene de palacio de gobierno. El solo fue el burrero que lo llevó, y el pliego legal es parte del engranaje que se prepara para los días más difíciles que se vienen en Veracruz: la renovación de la gubernatura.
En los tiempos electorales la bala, los gases lacrimógenos, los perros de ataque y el tolete serán muy socorridos por los funcionarios que intentarán controlar el enojo popular. La entidad hierve en inconformidad y el duartismo necesita esquemas de control para que esta no estalle. Claro, como son torpes no se atreven a estudiar el camino de la eficiencia y el buen gobierno sino optan por la represión. Empero, no pasará la Ley Bala de Duarte de Ochoa y aun cuando la aprueben sus lacayos del congreso local será echada abajo con cualquier juicio de anticonstitucionalidad pues condicionar la libertad de expresión o de reunión es una aberración. Su futuro será el mismo que las versiones locales de ese tipo de leyes en Quintana Roo y Puebla.
Pero la lectura del contexto no debe ser marginada, el enojo civil crece y crece. Los veracruzanos se sienten insultados por los excesos de la clase gobernante. Desde el discurso procaz que el fin de semana enarboló el líder inmoral del magisterio gobiernista, Juan Nicolás Callejas – que comparó las pillerías que hacen los maestros con la violación de niños pues dijo que como ya tienen 18 años nadie los puede acusar de pederastas, o sea pueden ultrajar la ley y las personas sin que haya consecuencias- hasta los atropellos que diariamente hace el gobierno duartista contra toda la sociedad.
La criminalización de la protesta, las detenciones de dirigentes, los periodistas encarcelados -y otro asesinados-, los jubilados y estudiantes apaleados cuyas pensiones y becas son jineteadas, los empleados del sector salud bajo amenaza de ser acusados penalmente por denunciar carencias, las familias que buscan a sus desaparecidos y se encuentran como respuesta oficial la burla y la indiferencia, los miles de veracruzanos que viven aterrorizados por la violencia y escuchan que la solución del gobierno duartista es recomendarles que se compren un perro, la deuda que los obligan a pagar en los próximos 30 años, la falta de obra pública y la paralización de acciones gubernamentales a la par que una pequeña élite que despacha como servidores públicos vive como rey con el dinero público. Todo ese mal gobierno y corrupción tiene enojados a los veracruzanos y la ira popular se continua elevando.
HOJAS, VINOS Y CASTILLOS
En un tema más amable, la madrugada de pasado martes inició el otoño. El equinoccio lo marcó a las 4.29 horas en Europa donde la posición geográfica hace notar claramente el cambio de estaciones. En París desde hace varios días los arboles comenzaron a teñirse de rojo y amarillo, y algunos ya se están desvistiendo para la llegada del invierno. Recorrer los jardines emblemáticos de la Ciudad Luz como Tuileries, Luxemburgo, Montsouris, Buttes-chaumont o Des Champs-Elysées es una delicia pues las hojarascas comenzaron a cubrir el suelo. El viento sopla intenso, especialmente frio en las tardes, y genera un remolino de hojas secas que hace la delicia de los niños que juegan en esos espacios.
Los franceses celebran en estos días la Feria del Vino (Foire du vin) para dar la bienvenida a la producción de este año. Es la llegada de las botellas de vino conocido como Beaujolais, es decir, el vino joven, de la cosecha reciente. La Feria del Vino consiste en ofertar a precios accesibles las bebidas. Tanto los grandes almacenes como las tiendas medianas y pequeñas lanzan ofertas especiales a la par que las casas productoras abren sus cavas con ventas de oportunidad.
Así, cualquier amante de los caldos puede acudir a los viñedos de Burdeos, La Champaña, el Valle del Loire o del Rhon, Borgoña y Languedoc, que son las principales regiones vinícolas de Francia, a comprar directamente la botella o el barril de sus productores.
Y si, el vino es un producto de la canasta básica del francés al igual que los quesos, el café, el chocolate y por supuesto, la repostería. De esos productos se ha hecho un arte, hay altas escuelas que forman a expertos baristas, chocolatiers (chocolateros), sommeliers (catadores de vino), crémier-fromagiers (cremero-queseros) y patissiers (pasteleros).
Es una leyenda urbana que una botella de vino cueste menos que una de agua. El agua es barata en París, cualquier cafetería o restaurante está obligado por ley a ofrecer una o varias jarras a los comensales de manera gratuita y la magia es que el agua de la llave es potable, se puede consumir directamente del grifo de la casa sin el riesgo de contraer alguna infección estomacal pues los estándares de inocuidad son muy cuidados por las autoridades.
El recorrido de las zonas vinícolas es una obligación de todo aquel que quiera conocer Francia, sobre todo el Valle del Loire – a 150 kilómetros de París, una hora de viaje en tren de alta velocidad- donde las casas productoras ofrecen muestras de catado, recorridos en sus bodegas subterráneas o en las plantaciones de uva. Visitar en esta época la cuenca del río Loire es una experiencia única pues no solo se aprende de vino sino que hay la oportunidad de visitar algunos de los castillos más hermosos del mundo.
Algunos son de ensueño como Château d’Ussé que inspiró el cuento de La Bella Durmiente de Chales Perrault, el Chateau du Clos Lucé donde vivió el genio Leonardo Da Vinci y tiene en exposición cuarenta de sus inventos originales o el Château Chenonceau, construido sobre el río, cuyos imponentes arcos dejan pasar la corriente de agua bajo el edificio. Chenonceau es el más bello de los 14 castillos que se ubican a orillas del río Loire y perteneció a la condesa Diana de Poitiers, la amante del rey Enrique II. Así, en estas fechas todo el valle con sus castillos, bosques y viñedos se comenzó a teñir de amarillo y rojo, los colores del otoño.
Es un pequeño recuento de la Francia visitada y sus costumbres, y que se ofrece a manera de obsequio para los lectores de este espacio que tienen a la amabilidad de escribir preguntando por diversos temas del país galo.
