EL NO-GOBIERNO
Los acontecimientos del lunes pasado son un caso histórico en la entidad. Bien pueden ser tomados como tema de tesis para aquellos que se están formando en la teoría política y requieren de ejemplos. Nunca antes había pasado algo así, aun cuando antes se han tenido gobiernos calamitosos, y nunca se habían concatenado los sucesos en un solo día. Es el dibujo de la realidad de Veracruz: una autoridad que está fallida y peor aún, ausente.
Buena parte del estado quedó paralizada por bloqueos de carreteras. En la región centro, efectivos de la policía estatal atajaron los camiones que trasladaban a campesinos de la sierra de Zongolica que se dirigían a la capital del estado. Luego de bloquear la carretera Fortín de las Flores-Huatusco a la altura de Tomatlán, los enojados labriegos se dirigieron a la caseta de peaje de Fortín para continuar la interrupción del flujo vehicular como protesta al ver coartado su derecho constitucional a la manifestación.
En el norte, un contingente de campesinos totonacas fue atacado a balazos por policías estatales aunque afortunadamente no hubo heridos ni personas fallecidas. Empero, la agresión de los agentes bermudianos desató la ira de los manifestantes que también bloquearon la carretera. Ni los campesinos de Soledad Atzompa ni los afiliados a la Unión de Comuneros y Ejidatarios del Norte (UCEN) pretendían dar un golpe de Estado ni cometer actos de terrorismo o sabotaje, solo querían manifestar su rechazo a promesas incumplidas, sobre todo en obra pública. Entonces, ¿por qué balearlos o coartarles la libertad de circulación?.
Aun cuando los contingentes de labriegos no llegaron a Jalapa, ahí otro grupo de campesinos proveniente de los municipios de Xico, Teocelo y Tlacolulan se plantaron frente a palacio de gobierno para denunciar que pese a los daños provocados por las lluvias de las últimas semanas no han recibido la ayuda oficial y señalaron directamente a la secretaria de Protección Civil, Noemí Guzmán, de abandonar el cargo para dedicarse a su precampaña electoral pues quiere ser candidata del PRI a la diputación federal por el distrito de Coatepec.
Cerca de la capital del estado, pobladores de Plan del Río bloquearon la carretera federal Veracruz-Jalapa también en protesta por el incumplimiento para colocar reductores de velocidad y señalización a la que se había comprometido la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública (SIOP). En el puerto de Veracruz, habitantes de diversas colonias también salieron a las calles para exigir la dotación de agua potable. A todo esto se suman más de ocho días de manifestaciones públicas y paros laborales de los trabajadores del sector salud en todas las jurisdicciones.
Como se dijo en un texto pasado, es el enojo acumulado que comienza a estallar. ¿Qué sucede?. ¿No se hace uso de la negociación política para evitar estos eventos que generan caos o simplemente ya esta negociación no es suficiente?. En realidad ni lo uno ni lo otro, más bien no existe la negociación política ni mucho menos los acuerdos derivados de ella. El gobierno duartista se conforma con hacer promesas y firmar compromisos que valen lo mismo que un cacahuate porque no se cumplen. Así, los veracruzanos se cansan de esperar y se hartan de que les vean la cara de tontos.
No hay negociación pero tampoco hay gobierno. Los teóricos de la política lo llaman “gobierno fallido”, “gobierno colapsado” y “no-gobierno”. El filósofo alemán Max Weber señalaba que “Estado (o gobierno) fallido” es cuando se pierde el monopolio de la violencia y el estadounidense Noam Chomsky agrega que no solo se pierde el monopolio de la violencia sino los objetivos de Estado. Un gobierno fallido es la inoperancia absoluta de autoridad y la ausencia absoluta del estado de Derecho.
A nivel local se le podría agregar que también la ausencia de un gobernante porque así han transcurrido las últimas horas en Veracruz, el gobernante en turno está ausente, se fue sin avisar a Europa mientras la entidad estaba paralizada por las protestas. Su periplo a España lo hizo de manera sigilosa pues días antes se dispersó el rumor de su viaje al extranjero pero él mismo y sus allegados lo negaron. Obviamente, mintieron y el gobernante viajó a escondidas. Vaya, no se hubiera sabido si el mismo no lo hubiera dicho por teléfono al alcalde de Soledad Atzompa, Bonifacio Aguilar, al que trató de convencerlo para levantar el bloqueo carretero.
El edil le hizo caso, al contrario puso en altavoz su teléfono celular y todos escucharon la confesión de Duarte de Ochoa sobre su viaje a Europa y por eso se ganó la rechifla de los campesinos. He ahí la ausencia física del cordobés quien ni siquiera puede gobernar a larga distancia como hacen muchos otros. Más aún, el caso es tan patético que no le funcionó la vieja táctica de su antecesor, el innombrable, quien resolvía asuntos de este tipo con llamadas telefónicas de celular. Claro, Duarte de Ochoa no puede amenazar a los alcaldes con castigarlos presupuestalmente pues ya lo hace, les recorta las participaciones federales y las jinetea.
Tampoco puede doblegarlos con el amago de mandarles a los mafiosos para hacerles cosas malas como era la costumbre de su antecesor porque al parecer no tiene la misma influencia en esas esferas, de tal suerte que la llamada trasatlántica solo lo hizo quedar en ridículo. Y lo chusco es que se dice que la comunicación telefónica con el edil serrano fue porque Duarte estuviera preocupado por el bloqueo carretero sino en realidad porque andaba en la francachela, la saturación de vinos ibéricos lo puso alegre y decidió marcarle al alcalde de Soledad Atzompa para prometerle un acuerdo “padrísimo” con tal de que liberara el camino. ¿Tanto así?.
LOS NO-PRESENTES
Pero regresando al tema de los teóricos de la política y del monopolio de la violencia, en Veracruz no es que el gobierno haya dejado de ser violento –basta ver como se comportan los policías bermudianos que disparan contra campesinos y apalean maestros, pensionados y reporteros-, no, más bien la violencia la comparten con aquellos que deberían perseguir. Prueba de eso es que también en las últimas horas el crimen hizo de las suyas por todos lados. Llos casos sonados son tres jovencitos asesinados, dos en Alvarado y uno más en Jalapa, la capital del estado. En Córdoba un grupo armado asaltó una gasolinera y en el sur, se identificó un cuerpo de los que extrajeron de una fosa clandestina y se comprobó que era uno de cinco jóvenes que días atrás detuvieron policías estatales.
Entonces, los policías acreditados de Bermúdez Zurita no pueden estar en todas partes. O están baleando campesinos y atajando manifestaciones o se dedican a perseguir a los criminales, ese es el dilema. Bueno, no es mucha disyuntiva para el defeño Bermúdez Zurita pues todos saben por cual opción se decidió, la de perseguir a ciudadanos y desentenderse de los otros. Y más oscuro ese asunto de los cinco jóvenes desaparecidos y el mensaje para los ciudadanos es desconfiar y cuidarse de los policías acreditados, los blindados, los de proximidad, los de la fuerza civil y todo lo que huela a Bermúdez Zurita.
También otro punto a considerar es que todos los funcionarios estatales que acudieron a Fortín de las Flores para “negociar” con los campesinos que bloqueaban la carretera son los mismos que no hicieron nada para evitar que se llegara a esa medida de presión. Lo anterior debido a que las principales oficinas de palacio de gobierno están acéfalas, no porque no haya titular sino porque éstos se encuentran realizando precampaña electoral y abandonaron sus encargos administrativos.
Además de la secretaria de Protección Civil, Noemí Guzmán que anda en proselitismo en el distrito de Coatepec, el secretario de Gobierno, Erick Lagos lo hace en Acayucan, el de Desarrollo Social, Jorge Carvallo en San Andrés Tuxtla, el de Educación, Adolfo Mota en Jalapa Rural, y hasta el vocero, Alberto Silva lo hace en Tuxpan. Ah, y el titular de la SIOP, Gerardo Buganza está ausente no por estar en precampaña sino porque anda comiendo rebanadas de aire mientras que el de Salud, Juan Nemi, está más ocupado en volar en helicópteros que en atender las carencias en hospitales y clínicas rurales.
Todos ellos son los “no-presentes” en el ejercicio gubernamental. Todos ellos son servidores públicos fallidos. Todos ellos no les sirven a los contribuyentes que pagan su sueldo. Todos ellos no deberían estar en el esquema gubernamental porque se convirtieron en parásitos que únicamente sangran el erario.
Por cierto, hablando de los que están en actividades electores y descuidaron el cargo público, el fortinense Marco Antonio Aguilar Yunes acaba de activar la fundación denominada “Marco de Ayuda” con la que pretende evadir la ley para hacer proselitismo adelantado con miras a obtener la candidatura del tricolor a la diputación federal por el distrito de Córdoba, donde ya andaba en precampaña desde hace meses pero ahora la intensificará.
“Marco de Ayuda” es una táctica vieja que se puso de moda en el fidelato. Se crean organismos fantasmas de altruismo para promocionar a un político. Así lo hizo el propio Javier Duarte con Juventud Dinámica (JD, que lleva las siglas de su nombre y su apellido) y con Casa Duarte pero ahora el compadre Aguilar Yunes ya de plano le colocó su primer nombre completo a la organización proselitista que se dedicará a regalar chácharas en los próximos meses.
La decisión de Aguilar Yunes para entrar de lleno a una precampaña es porque desde el PRI nacional valorarán la asignación de candidaturas en base a las encuestas de popularidad que levanten de los aspirantes, y entonces pretende incrementar su presencia entre el electorado que será encuestado en los meses venideros. Por otro lado, corre la versión de que la candidata invitada del duartismo, Cristina Porres Miranda, hija del magnate fidelista Othón Porres Bueno, declinó irse a la aventura electoral pues en las mediciones demoscópicas el distrito de Córdoba es una plaza perdida para el tricolor. De ser cierta la especie, se confirmará que los adinerados hacen honor a su fama al no dar paso sin guarache, es decir, no arriesgan sus recursos en algo que no van a exprimir después.
