Fortín.- La ex Hacienda de Santa Lucía, ubicada en la congregación de Monte Blanco, que se podría denominar el primer Palacio municipal que dio vida al Ayuntamiento de Fortín de las Flores, está en el olvido.
Durante la Revolución Mexicana las haciendas jugaron un importante papel de refugio o de opresión.
Después de cientos de años el casco de la Hacienda de La Monte Blanco continúa en pie pese a la pólvora y el paso del tiempo desde los años 1600.
Las ruinas de la ex hacienda ubicada en Santa Lucía, entre los años 1800 y 1825 fue punto estratégico de insurgentes en la lucha por la Independencia.
Iztatepec fue el nombre original de esta congregación presuntamente fundada por totonacas en 1117, tomó el nombre primeramente como la Hacienda de nuestra Señora de la Luz de la familia Cevallos.
La familia Cevallos simpatizaba con el movimiento insurgente y se edificó un fuerte atrás de la hacienda, por lo que el 30 de octubre de 1816, José Ruiz de Navarra y un ejército de 220 “Dragones” acudieron al fuerte liberal para destruirlo.
El 7 de noviembre, después de seis días de lucha, apareció una bandera blanca en el fuerte por encima de la hacienda; 256 hombres fueron hechos prisioneros y el fuerte demolido.
Antes de ser perseguidos, la familia Segura Cevallos huyó de la hacienda, pero al concluir la guerra les fueron devueltas sus tierras en 1822 como indulto por su apoyo.
La hacienda pasó de mano a los españoles Vivanco, los franceses Amor y finalmente a los irlandeses de apellido Braniff.
La última dueña Elena De Braniff, durante el reparto agrario entre 1926 y 1930, huyó a causa de sed de tierras que tenían los pobladores, repartiendo la hacienda en mil 137 hectáreas, conformando con esto el ejido de Monte Blanco.
Mauricio Lainez Vázquez
El Buen Tono
