Miguel C. Mauss el buen tono
Orizaba.- Aunque Orizaba cautiva a los visitantes por sus atractivos, detrás de su encanto existe una preocupante realidad: la persistencia de la inseguridad, especialmente en el sector comercial.
En lo que va de este año, de acuerdo con datos del Semáforo Delictivo, hay un incremento alarmante del 84% en el robo de negocios, principalmente de forma violenta.
Los comerciantes se enfrentan a una serie de desafíos, desde robos a mano armada, hasta saqueos y actos de vandalismo, delitos que han generado un clima de incertidumbre y han impactado de manera directa en la economía local. Especialistas señalan que hay varias razones que contribuyen a esta situación, una de ellas es la ubicación geográfica de Orizaba, que la convierte en un punto de tránsito estratégico para actividades delictivas. Además, la falta de recursos y la escasa presencia policial, han dificultado la prevención y persecución de los delitos.
La falta de iluminación adecuada en zonas comerciales y la ausencia de sistemas de vigilancia eficientes, han favorecido la acción de los delincuentes.
Esto crea un entorno propicio para que los robos prevengan con mayor impunidad y menor probabilidad de ser detectados o detenidos.
El impacto de esta inseguridad se ha hecho evidente en los comerciantes locales, los cuales han experimentado pérdidas económicas significativas debido al robo de mercancías, daños a la propiedad y la necesidad de invertir en medidas de seguridad adicionales.
Además, la sensación de inseguridad afecta la confianza de los visitantes y turistas, lo que a su vez perjudica la imagen y la actividad económica de la ciudad.
Hasta el pasado mes de mayo, se habían abierto 35 carpetas de investigación por este delito ante la Fiscalía, mientras que en el mismo lapso del año pasado, fueron únicamente 19.
