Tomatlán.- Con la pasión característica del pueblo de Tomatlán, ayer se presenció una vez más el Vía Crusis en vivo, sobre las calles de esta localidad, mismo en el que a medida que se desarrolló, le fueron transmitidos a cada espectador el objetivo de sensibilizar y reflexionar sobre este pasaje bíblico.
Una vez más, el pueblo de Tomatlán atrajo la visita de cientos de turistas y propios de la comunidad, para presenciar el Calvario de Jesucristo sobre las calles adoquinadas de este municipio; representación que realizan cada año en vivo y en la que participan más de 60 actores.
Este año las representaciones de Viernes Santo dieron inicio alrededor de las 14:00 horas con la salida de Jesús interpretado por Omar Reyes De la Llave, amarrado con sogas y jalado por guardias caracterizados de romanos, atrás de ellos prisioneros, la Virgen María y Magdalena, así como los demás actores de Herodes, Pilatos, Salomé y Barrabás, entre otros.
Así dio inicio la representación del Calvario de Jesús, en una plaza central de Tomatlán repleta de habitantes de este municipio, así como de turistas que cada año llegan a este lugar, y algunos que por primera vez lo hacen para presenciar las actuaciones de los involucrados con estas escenas.
Dentro de las primeras representaciones en este Vía Crusis que llamaron la atención, fueron las interpretadas con Herodes y los bailes de vientre por su esposa e su hija Salomé; posteriormente lo vívido que se percibió el primer maltrato por soldados romanos hacia Jesús, al lanzarle una patada y escupirlo.
La traición de Judas prosiguió y a lo lejos se lograron escuchar gritos de desesperación y arrepentimiento por haber entregado a su maestro por unas cuantas monedas; mismas que fueron a dar a los sacerdotes que se lo habían entregado a cambio de la sangre de su maestro.
Jesús fue llevado hasta Herodes y allí, el gobernador de Roma, indicó que fuera castigado con azotes, pues no se ensuciaría las manos de sangre por el que decía ser el “Rey de los Judíos”, incluso trato de negociar la libertad de Jesucristo por la de un delincuente y asesino, pero el pueblo decidió liberar a Barrabás.
Con el cuerpo reclinado hacia un madero, Jesús recibió los azotes a la mirada de la virgen María, lo que le llenó el rostro de lágrimas que no pararon de brotar hasta diez minutos después de que dejaran de golpearlo los guardias.
Ya con sangre entre sus ropas, nuevamente fue llevado Jesucristo hasta Herodes, donde al no haber opción alguna, fue entregado a los judíos para que hicieran de Jesús lo que ellos consideraran, por lo que prácticamente lo condenó a ser crucificado. Después de eso, le fue colocada la corona de espinas y fue llevado a cargar su cruz, comenzado así el recorrido hacia el punto más alto de Tomatlán; no sin antes recorrer las calles de la localidad para dar paso a las tres caídas de Jesús y su encuentro con María, así como la energía con la que el guardia que custodiaba al Nazareno, pateara un jarro con agua y le cortara el tobillo y la pantorrilla.
Después de tres horas de haber iniciado las representaciones, finalmente ascendieron los 60 actores a la zona del panteón municipal, donde ya aguardaban las estructuras que sostendrían las tres cruces, que compartirían Jesús, Dimas y Gestas; escenario que también sirvió para el acto donde Judas se cuelga de un árbol ante la desesperación por haber entregado a su maestro.
Allí cientos de personas presenciaron el proceso en el cual “clavan” a Jesús del madero mientras los guardias lo rodean; después de ello fue levantado en la cruz ante su madre, María.
“María he ahí a tu hijo, hijo he ahí a tu madre” pronunció en lo alto, mientras el llanto ahora no sólo de actores, sino de niños y adultos, comenzó a salir ante esa escena en la que de manera colectiva y contagiados de la pasión con la que se hacía, también lloraron cuando finalmente Jesús se entregó a su padre, después de la frase “Padre, en tus manos encomiendo mi alma”.
Después de más de cuatro horas, los habitantes de Tomatlán cumplieron una vez más con esta tradición de llevar a cabo el Vía Crusis en vivo, donde el esfuerzo de los más de 60 actores se percibió al transmitir el cometido de sensibilizar a los espectadores, de los cuales incluso cada estación era narrada y se daba un mensaje de reflexión durante el desarrollo de ésta.
Mauricio Láinez Vázquez
El Buen Tono
