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Precontingencia…

Superiberia

Nunca antes en los diez últimos años, el gobierno capitalino —de origen perredista desde 1997— debió aplicar un doble Hoy No Circula que, sólo ayer, sacó de la circulación a poco más de un millón de vehículos a causa de las graves condiciones de contaminación prevalecientes. Nunca tampoco en el mismo lapso, en la pasada y la actual administración de manera más específica, la autoridad se evidenció más incapaz para enfrentar el problema…

Y esto, no porque los hombres del gobierno no sepan que la causa principal de las altas concentraciones de ozono tienen su origen en las deplorables condiciones de cientos, miles de unidades de transporte público que, a ciencia y paciencia de la autoridad, circulan por calles y avenidas del Distrito Federal, sino por su incapacidad para meterlos al orden…

O, igual, que si de partículas suspendidas hablamos, la causa está en su resistencia a sellar de manera definitiva el emblemático Bordo Poniente u otros tiraderos, así como en la no exigencia de responsabilidad ambiental a contratistas encargados de llevar adelante la obra pública, y no sólo en condiciones climáticas adversas.

¿O no es cierto que, en más de una ocasión, Marcelo Ebrard asumió el compromiso de retirar “la última de las combis…” antes de dejar el Palacio del Ayuntamiento? ¿No es verdad que, en la inauguración de cada ruta del Metrobús, ofreció retirar el número de combis equivalente al de usuarios atendidos por aquel?

Hoy, bien entrado ya el gobierno de Miguel Ángel Mancera, las referidas unidades no sólo siguen en circulación —ahora, peor, por angostas calles paralelas a las vías primarias— sino que, incluso, mantienen sometido al gobierno que, lejos de sus mediáticas declaraciones de intención, poco o nada hace en su contra…

Ahí está, como evidencia de indolencia o complicidad con ellas, la reiterada advertencia de un estricto operativo de verificación de los poco más de 20 mil microbuses —ninguno de menos con diez años de antigüedad, por cierto— que, ni de lejos, parece aplicarse en los términos anunciados y, menos, rendir fruto. Ningún vehículo como éste suma más unidades contaminantes, de ozono en particular, al ambiente… ninguno tampoco circula con menos desprecio por la ley y la seguridad, la vida en no pocas ocasiones, de usuarios o peatones.

Emergencia sí, entonces, pero no sólo por razones naturales, sino también por falta de acción y responsabilidad de autoridades que ayer, en medio de una precontingencia, fueron incapaces de prohibir una rodada de motocicletas que paralizó el tráfico en buena parte del Centro Histórico… porque, según peregrina explicación oficial, nada dicen la ley y el Hoy No Circula respecto de estas unidades, y porque la ocupación hotelera —sector que, por cierto, lideró su secretario de Turismo Miguel Torruco— creció en dos puntos porcentuales el fin de semana…

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El imperio de la componenda