Veinticinco días y se empezará a sentir el cambio que desea el pueblo veracruzano, después de 86 años del Partido Revolucionario Institucional de estar en el poder en el Estado de Veracruz, que fueron más que suficientes para destrozarlo totalmente en todos los renglones.
Jamás en la historia política del País había sucedido lo que están presenciando todos los veracruzanos, al grado que en estos últimos días que faltan de desgobierno que empezó hace 18 años, con el saqueo permanente y constante de las arcas estatales, cuando en el sexenio Alemanista, supuestamente, acarreaba camionadas de dinero fuera de la Entidad veracruzana, no se sabe con qué destino, dándole un negro final con un préstamo de 3 mil 500 millones de pesos, aprobado por la Legislatura Local.
En el sexenio de la ‘‘fidelidad’’ continuó el mismo panorama, agregando la espantosa inseguridad que, supuestamente, permitió a la delincuencia actuar en todo el territorio veracruzano, sembrando así la zozobra y el miedo, que hasta hoy persisten en todos los habitantes de la Entidad Federativa.
Por cierto, en ese período de Gobierno se mandó a elaborar un canto a Veracruz, que entre otras cosas dice: …“Tierra de amor y de paz…”, y los veracruzanos manifiestan que no existe ni una, ni otra cosa, por lo que la sociedad jarocha pedirá a las nuevas autoridades estatales que se modifique la letra, o, lo quiten definitivamente, porque hasta esta fecha aún se toca al inicio de las labores de radiodifusoras, en todas las escuelas, así como en actos educativos, etcétera.
Ese canto a Veracruz, representaba prácticamente una propaganda para ese desgobierno, donde imperó todo lo contrario: ni paz, ni amor, solamente espantoso endeudamiento financiero que jamás se supo en realidad dónde iba a parar ese dinero, sólo se recuerda que en ese sexenio el repudiado partido en el poder ganó en las elecciones de todos los municipios, diputaciones locales y federales, senadurías, etc., lo que hace suponer que todo fue financiado con el dinero del pueblo, así como la construcción de cientos de puentes, que nunca fueron terminados.
El inconcluso sexenio de la prosperidad, jamás hubo tal, sino que el exsecretario de Finanzas y después convertido en flamante Gobernador, ahora prófugo de la justicia, puso en práctica todo lo que le enseñó su fiel maestro, pero rebasó las expectativas, destrozando totalmente a Veracruz.
¿Cuál es el futuro de Veracruz? Todavía es incierto, sí es verdad que ya hay nuevo Gobernador Electo, reconocido por todas las autoridades electorales, y sobre todo porque el pueblo veracruzano quiso un rotundo cambio, el cual fue manifestado el 5 de junio pasado, situación que está firme, y sólo espera ansioso el primero de diciembre de 2016, para apoyar firmemente al nuevo gobernante Miguel Ángel Yunes Linares, sencillamente porque él ha prometido honestidad, transparencia y rendición de cuentas.
Es hasta ahora cuando está siendo recibido por el Ejecutivo Federal, sólo desea el pueblo veracruzano que no haya acuerdos en lo oscurito, sino que todo se dé a conocer de manera abierta y a la vista de toda la ciudadanía jarocha, pues ésta sólo desea empezar a tener confianza en sus gobernantes, porque hasta hoy ha sido traicionada por ellos, donde ha imperado la demagogia, el engaño, que ha llevado a la ruina al Estado de Veracruz.
Los que han robado el erario veracruzano, sólo tienen un camino, devolver lo que es del pueblo y pagar ante la justicia civil los actos de deshonestidad que han cometido, donde ya no hay adjetivos con los que se les pueda calificar, pues atentar contra un pueblo como el veracruzano, sencillamente no tiene nombre, porque ahí en ese dinero robado estaba la tranquilidad de millones de hogares, de familias, que están gritando… ¡No tengo dinero para comer!… ¡No tengo ropa, calzado, techo para vivir!… ¡No tengo medicinas para curar las enfermedades que padezco!… ¡No tengo trabajo!, etc.
Por eso el nuevo Gobierno no debe recibir deudas, todo ese dinero que ahora está faltando lo tuvo la Secretaría de Finanzas y Planeación en sus manos, pero jamás llegó a su destino y ahí están las consecuencias.
POR: TOMÁS GONZÁLEZ JIMÉNEZ / COLUMNISTA
