Amatlán.- Padres de familia de la escuela primaria Nicolás Bravo de la congregación Guadalupe La Patrona se manifestaron frente al Palacio Municipal para exigir un espacio adecuado para que les impartan clases a sus hijos, ya que sus aulas fueron clausuradas tras los temblores. Sin embargo, los inconformes no fueron atendidos por las autoridades.
El pasado 27 de septiembre fueron suspendidas seis aulas por el personal de Protección Civil (PC) del Estado y de Espacios Educativos, debido a que detectaron daños en la estructura, los cuales representan un peligro para los menores que acuden a la institución antes mencionada.
Cabe mencionar que para ser atendidos en la Supervisión del plantel educativo, los padres se manifestaron el pasado 26 de septiembre, ya que los profesores pretendían que las clases continuaran en las instalaciones afectadas, por lo que exigen a las autoridades la revisión del inmueble, el cual tiene más de 70 años y registra daños en su estructura.
Los temblores del pasado 19 y 23 de septiembre y sus réplicas ocasionaron importantes daños a la infraestructura educativa, mismos de los que también tomó conocimiento Protección Civil (PC) Municipal, por lo que esperaban que las autoridades municipales determinen un área segura para que los niños continúen con sus estudios del presente Ciclo Escolar, aunque hasta ahora han hecho caso omiso.
Ayer, los quejosos esperaban sostener un encuentro con el presidente municipal, Miguel Ángel Castro Rosas, pero éste no acudió al Palacio, de tal forma que nadie los atendió, por lo que algunos tuvieron que ingresar a dialogar con la Secretaria del Ayuntamiento.
Los padres de familia esperan que las autoridades competentes del Sector Educativo asuman su responsabilidad y otorguen al alumnado aulas móviles o un área adecuada para que los menores no tomen clases a la intemperie, sobre todo porque seguirá el temporal de lluvia.
Las seis aulas suspendidas permanecen acordonadas y deberán ser demolidas para su reconstrucción total.
