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Se mejoró, pero…

Superiberia

 

En primera instancia, hay que destacar que la Selección Mexicana recuperó la personalidad y el buen nivel futbolístico que no mostró en su antecedente inmediato que fue ante su similar de Jamaica en el inicio del Hexagonal.

Jugó un buen primer tiempo, con mucho orden, ajustando cada una de sus líneas y ganando, sobre todo, en cuanto a carácter. Utilizó en la cancha a jugadores con personalidad como Carlos Salcido, el Maza Rodríguez y Javier Hernández, que fueron ganando en todo el transcurso de la primera parte.

Por supuesto que influyó la alta temperatura, porque de ahí se derivó la falla del equipo mexicano en los últimos 15 minutos de la segunda parte.

La Selección Mexicana perdió mucho tras la salida de Javier Hernández y Giovani dos Santos, jugadores que obligaron al Chepo de la Torre a hacer modificaciones que le terminaron costando mucho a la Selección Mexicana.

Esta Selección mostró otra cara, pero me queda la duda de por qué ingresó Omar Bravo cuando quizá lo que necesitaba esta Selección Mexicana era un hombre que retuviera el balón, que tuviera más el control en el medio campo y buscara a alguien que estuviera preocupando mucho más a la defensa rival.

Después de los primeros cinco minutos de la segunda parte, queda a deber el equipo mexicano. Si tomamos en cuenta la forma en cómo empezó el Hexagonal final, sí debe preocupar, aunque sigo viendo que esta Selección tiene todas las posibilidades de avanzar a la Copa del Mundo. Ni por empatar frente a Jamaica en el Azteca, ni por empatar ante Honduras en San Pedro Sula está más lejos de Brasil 2014, porque este resultado estaba, estoy seguro, en el presupuesto original de la Selección Mexicana. Lo que cambia todo es el primer resultado, por lo que ahora el Chepo tendrá que hablar con los jugadores para cambiar el chip lo antes posible y pensar ya en la selección de Estados Unidos, que se vuelve un compromiso fundamental en la cancha del Estadio Azteca.

Esta Selección tiene que volver a jugar con personalidad, claridad y determinación contra Estados Unidos por dos temas: primero, por la obligación de conseguir puntos e ir avanzando en esta eliminatoria, y segundo, porque le debe una buena presentación a la afición en el Estadio Azteca; ya son muchos los partidos que esta Selección no juega bien en casa.

El partido del próximo martes se vuelve vital para ganar en confianza, y no sólo en los jugadores, sino también dentro del cuerpo técnico que, ahora sí, a diferencia de lo que fue el inicio de este proceso, están trabajando con presión y a contracorriente.

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