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SEPTIMANA HORRIBILIS

Superiberia

 Por: Andrés Timoteo  /  columnista

De  vez en cuando la naturaleza nos recuerda la fragilidad humana, lo pequeño que es el hombre frente a las fuerzas primigenias, y la semana pasada fue una esas ocasiones  -una Septimana horribilis (una semana horrible), como decían en el antiguo latín- . México fue sometido a una prueba de esas pruebas meteóricas que lo mojaron y sacudieron –y no se habla en doble sentido-. En el Golfo de México tres huracanes amenazaron al territorio, y “Katia”, uno de ellos, impactó la costa Norte de Veracruz con categoría 1 en la escala Saffir-Simpson, la noche del jueves.

Hasta anoche se tenía el reporte de dos personas muertas en Xalapa, concretamente en un asentamiento irregular que registró un deslave y sepultó algunas viviendas. Como siempre ocurre, los desastres naturales sacan a relucir la corrupción de las autoridades, en este caso las priistas –para variar-, pues organizaciones ligadas a ese partido son las impulsoras de las invasiones poblaciones en  de terrenos de alto riesgo.

El remanso que se tiene es que otro Huracán, “José”, que estaba en el Caribe y con riesgo de ingresar al Golfo de México, modificó su ruta y se dirige hacia aguas adentro del Océano Atlántico, lo que también mengua el riesgo de afectaciones a territorio nacional. A su vez, el ciclón “Irma”, que ayer domingo golpeó La Florida en Estados Unidos, ha dejado una estela de daños a su paso y como ya se dijo, sus aspas nubosas son tan grandes que aunque no llegó directamente a México si habrá secuelas en lluvias, combinadas con los remanentes de “Katia”. 

Sin embargo, hasta ahora el saldo de los tres ciclones casi simultáneos ha sido menor para México, y Veracruz, dado el pronóstico funesto que se tenía. Pero al País no sólo le llueve, sino también fue zarandeado el jueves pasado por un sismo de 8.2 grados en la escala de Richter que provocó la muerte de 90 personas, de acuerdo al conteo más reciente. Aunque lamentable, el balance mortal es menor frente a la intensidad histórica del temblor. 

La sacudida de tal magnitud que se recuerda más reciente la del temblor que destruyó gran parte de la Ciudad de México en 1985, que tuvo  una intensidad de 8.1 grados en la escala de Richter mientras que el sismo del viernes alcanzó los  8.2 grados, es decir, una décima más fuerte que aquel terremoto del 19 de septiembre de 1985 que dejó entre 12 mil y 20 mil personas fallecidas –no se sabe la cifra exacta y los mismos organismos oficiales discrepan en datos hasta la fecha-.

Vaya, y fue en el mismo mes, a  once días de que se cumplan 32 años de esa sacudida trágica, pese a que  su saldo mortal no es comparable con el de 1985 ni equiparable a su magnitud. Es claro que debe haber consecuencias de ese fenómeno, no sólo naturales, sino también sociales y políticas, como sucedió tras el sismo de 1985 que impulsó la cultura de la protección civil. De la parte de los huracanes, cada vez más monstruosos que amenazan al continente, son muestra  de que el cambio climático es real y sus consecuencias desastrosas.

Tras  la Septimana Horribilis que tuvo el País, se debe captar que la naturaleza castiga, pero,  a la vez, enseña, y la lección inmediata de lo ocurrido es el recordatorio sobre la pequeñez del ser humano, el cual  es un  parpadeo en el tiempo geológico y  minúscula partícula en el cosmos.

FURIA CRECIENTE

Otro fenómeno intenso, que aun cuando no es meteorológico, sí impacta a todo el País y deja damnificados en la clase política, es el  ‘mal humor’ social que ya se está convirtiendo en furia colectiva y que tiene destinatario preciso: el presidente Enrique Peña Nieto. El jueves de la semana pasada, hubo manifestaciones intensas

-barricadas, bloqueos viales, detención de autobuses y marchas a grito de pulmón- en Oaxaca para repudiar la visita del mexiquense, similares a las que también hace algunas semanas se dieron en Chiapas.

La gente está enojada y repudia al Mandatario porque es, él mismo, el símbolo  de un Gobierno de corrupción, violencia, engaños, ineficiencia, cinismo y burla. Y lo que enfurece más es eso último, la burla cínica hacia los agraviados. Por ejemplo, el mismo Peña Nieto repudió que en las protestas se lanzara un cohete de pirotecnia que alcanzó el vidrio de un helicóptero oficial. Dijo, sin empacho, que “siempre es condenable que se recurra a la violencia”. Vaya incongruencia del Mandatario, porque se queja de que lo reciban con repudio violento, pero él mismo ha ordenado o avalado que se apalee o asesine al pueblo.

Hace un año, el 19 de  junio de 2016, policías federales atacaron a balazos a maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Nochixtlán, ahí mismo, en Oaxaca, matando a seis de ellos e hiriendo a otros 180. Los mismos maestros de la CNTE le devolvieron el favor ayer con cohetones que dieron en al menos en un blanco. Y no sólo es Oaxaca, sino que la llama de la  furia popular va creciendo en todo el País contra el peñismo y el PRI. En el 2018 será candela pura.

ANAYAZO

Y hablando de la carrera presidencial para el año venidero, guste o no, el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, puso en jaque al sistema priista porque durante siete días mantuvo acéfala  la Cámara de Diputados, pues la bancada panista en acuerdo con sus ahora socios frentistas, el PRD y el Movimiento Ciudadano, impidieron que se instalara la mesa directiva, y tras esa crisis parlamentaria, se fortaleció su figura.

Hay que recordar que San Lázaro estuvo sin directiva en el momento que el presidente Enrique Peña Nieto envió por escrito su Quinto Informe de Gobierno, el día primero de septiembre, y sólo fue hasta la noche del jueves en que el priista Jorge Ramírez Marín logró convertirse en presidente de esa cámara luego de que el tricolor cedió a eliminar el llamado “pase automático” para que el actual procurador Raúl Cervantes se convierta en Fiscal General de la Nación y permanezca nueve años.

Únicamente así se procedió a destrabar la votación en dicha asamblea.  Así, Anaya y sus aliados –los perredistas y los de Dante Delgado-  mostraron una fuerza real operativa.

Es decir, el dirigente panista  influyó directamente  en acciones de Gobierno, en este caso legislativas. Y el enojo de los dinosaurios priistas fue tanto que el mismo líder de la fracción priista, César Camacho Quiroz, acusó que lo hecho por los panistas en San Lázaro “fue peor que el plantón de Reforma”.

Lo anterior en referencia, por supuesto, a la protesta que durante muchos meses mantuvieron los seguidores del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador sobre la avenida Reforma en el 2006 por el fraude cometido en las elecciones presidenciales.  La expresión de Camacho es que esto en San Lázaro les resultó más agraviante que las acusaciones por robarse la Presidencia.

Vaya cinismo y vaya grado de dolor. Entonces, para los que ven a Anaya debilitado e incluso ya excluido de la carrera presidencial del 2018, se equivocan. El tipo tiene bajo control a su Partido y además cuenta con otro recurso en la guantera: la expulsión de los cinco senadores panistas que se aliaron con el tricolor para integrar la mesa directiva en la cámara alta, entre ellos Ernesto Cordero, quien fue ungido en la presidencia del Senado con el rechazo del panismo.

Con la expulsión de ellos no sólo terminará con sus carreras políticas en el seno albiazul, sino que debilitará la fuerza del calderonismo al interior del PAN, lo que sería un golpe a las intenciones de Margarita Zavala -la esposa del genocida Felipe Calderón- para buscar la nominación en el 2018. En resumen, el llamado “Chico Maravilla” no está en la lona, aún.

¿Y a Veracruz cómo le influye el asunto? Fortalecido Anaya y sus aspiraciones presidenciales, también saldrán fortalecidos las corrientes panistas que lo apoyan rumbo al 2018 y entre los aliados está el gobernante estatal, Miguel Ángel Yunes Linares. Se debilitan, por supuesto, los seguidores del calderonismo que a nivel Estatal ya de por sí están mermados, entre los que se cuentan –por ejemplo- el secretario de Infraestructura, Julen Rementería; el alcalde de Córdoba, Tomás Ríos; el diputado federal, Francisco Gutiérrez de Velasco, entre otros.

También el que ha salido afectado en la palestra nacional es el exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, aliado de Zavala.  Además, Moreno Valle está prácticamente descartado de las opciones presidenciales, sobre todo por lo que ha salido a la luz en los días recientes de sus nexos con “huachicoleros” y el sistema de espionaje político que también sirvió para asesinar a opositores y detractores.

Entonces, a nivel local el saldo negativo es para sus apoyadores y uno de los principales es el exdiputado federal por Huatusco, Víctor Serralde Martínez –o como se llame en realidad-. De “damnificados” políticos también está en esa corriente el cordobés Ríos Bernal y sus achichincles; la diputada local, Teresita Zuccolotto y la alcaldesa electa de Ixhuatlán del Café, Viridiana Bretón, las ultimas seguidoras que le quedan a Moreno Valle.

LA SUCIEDAD AZUL

“La cabra tira al monte”, dicen en el pueblo, y eso pasó con los panistas que hace menos de un año se instalaron en el Congreso Local, pues se volvieron igual de sucios y tramposos que los priistas, a los que tanto criticaron. El viernes pasado se debió entregar la presidencia de la Junta de Coordinación Política (Jupoco) –que es el verdadero cargo de Gobierno en esa soberanía- a la fracción parlamentaria de Morena, pero no lo hicieron. Recurrieron a un truco pestilente.

Con tal de mantener esa cartera –que maneja  los dineros legislativos- los panistas recibieron en su bancada a los diputados priistas Basilio Picazo y a Regina Vázquez Saut, que sólo aportan indecencia política.  Los dos provienen de caciquismos terribles que ha aportado desolación y muerte en el Norte y Sur del Estado. El primero fue alcalde de Coyutla y siempre ha estado acusado de ser el autor intelectual del asesinato del exsíndico del lugar, Miguel Alfonso Vázquez.

Por su lado, Regina Vázquez, conocida como “La Paloma del Sur”, es hija del fallecido pistolero Cirilo Vázquez Lagunes, apodado “El Cacique del Sur”, que durante décadas sembró el terror en el Sur veracruzano al llenar toda la región de muertos y desaparecidos. Ella misma, Regina y su hermana Fabiola, retuvieron durante 15 años el Ayuntamiento de Acayucan y las diputaciones locales y federales, las cuales se las turnaron consecutivamente.

Ahora este par es panista y eso ayudó a la fracción albiazul para alcanzar una mayoría de 21 diputados que, en una treta legaloide, sirve para impedir que se cumpla el acuerdo inicial de ceder la Junta de Coordinación Política a Morena. ¿Quién extraña a los priistas en ese cargo si estos –los panistas- son igual de desaseados?

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