Miguel Ángel c. Mauss
el buen tono
Amatlán.- En pésimo estado se encuentra la carretera estatal que va de Amatlán hacia La Patrona, y el alcalde, Arturo Figueroa Vargas, simplemente hace oídos sordos ante el reclamo ciudadano.
La carretera es un peligro para automovilistas y motociclistas, sobre todo en temporada de zafra, porque a la par está la caña regada por las unidades transportadoras y los enormes baches existentes.
Transitar por esta zona es un martirio para conductores y también ciudadanos, quienes deben de soportar el deterioro de la cinta asfáltica ante la inutilidad del Gobierno municipal para exigir sea reparada.
“Hace como cuatro años según iniciaron su reparación, no estuvieron ni un mes y se fueron, la carretera cada día está empeorando, hay partes donde se está hundiendo el pavimento por falta de mantenimiento”, manifestó un automovilista inconforme.
Cientos de kilos de caña yacen regadas por toda la carretera, siendo un factor importante en los accidentes, pues puede ser pisada por las llantas y hacer se resbale la unidad fácilmente.
No obstante, los conductores deben de reparar por su cuenta los desperfectos en sus unidades, pues, aunque no caen en baches, el pésimo estado provoca fallas en las suspensiones.
