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El minutero

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JUSTICIA

 

En medio de las malas noticias que diariamente se tienen en Veracruz salta una buena nueva: la periodista y presa política, Marijose Gamboa fue beneficiada con la protección de la justicia federal, lo que ayudará a echar abajo el tinglado que el gobierno estatal ha montado para mantenerla en prisión. El Juzgado Octavo de Distrito resolvió el amparo contenido en el expediente 448/2014 que desestima los señalamientos de que conducía en estado de ebriedad y con temeridad el pasado 12 de julio cuando se suscitó un accidente vial en Boca del Río que le costó la vida a una persona.

 

Al juez Anuar González Hemadi no le temblaron las corvas ante las presiones para retorcer la ley. Su dictamen es el primer paso para revertir el castigo del gobernante en turno contra una mujer honesta y crítica. Pronto se evidenciará todos los entresijos hechos por el procurador Luis Ángel Bravo Contreras, que ocupó el aparato judicial para embestir a la colega en lugar de usarlo para perseguir a los verdaderos criminales que mantienen asolada la entidad. El asunto se les revertirá, no habrá que esperar mucho tiempo. Enhorabuena para Marijose Gamboa y para el gremio entero.

 

BLINDAJES CHAFAS

 

Así como se caen tinglados ilegales para golpear a los periodistas también se evidencia la ineficacia para castigar a los malhechores y ofrecer seguridad a la ciudadanía. La zona centro y Córdoba en especial son ejemplos del fracaso –muchos dicen que intencionado- de los operativos policiacos del gobierno estatal. Ayer en pleno día y en calles céntricas de la ciudad, un grupo armado ejecutó a Antonio Pérez Luna, sobrino del exregidor y actual dirigente estatal del Partido Cardenista, Antonio Luna Andrade, aliado del gobierno estatal, lo que significa que los influyentes no escapan de la ola delictiva.

 

En Córdoba, los maleantes siguen haciendo de las suyas sin importar que haya “mando único”, “blindajes”, “policías de proximidad” y demás alharaca de los funcionarios estatales. El joven de 25 años fue asesinado cerca del mercado La Garza, un lugar concurrido por los cordobeses y claro, los sicarios se dieron a la fuga con toda comodidad, como si no existieran los policías bermudianos que anunciaron para reforzar la vigilancia en la ciudad de los Treinta Caballeros.

 

También en las últimas horas tres hombres fueron secuestrados en municipios cercanos, un empresario y dos líderes cañeros. Uno es Rigoberto Vázquez hijo del exdirigente de la Unión Local de Productores de Caña de Azúcar de la CNPR,  exalcalde de Paso del Macho y exdiputado, Rigoberto Vázquez Alvarado. El segundo plagiado es Jesús Rodríguez Martínez, líder de la misma organización, CNPR, pero en el ingenio La Providencia del municipio de Cuichapa.

 

En tanto, el empresario Amarildo Votte Ramos, hermano del exalcalde de Ixtaczoquitlán, Nelson Votte, fue plagiado el martes pasado y hasta donde se sabe, sus captores piden más de 10 millones de pesos para liberarlo. Los comunes denominadores de esos tres casos delictivos son que sucedieron aún con los blindajes policiacos y que las víctimas están ligadas al poder estatal, especialmente al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Entonces la moraleja es  irrefutable: ni los priístas se salvan, ya no hay respeto entre los pillos, pues.

 

¿OTRO  CHIVO EXPIATORIO?

 

“¿Quién mató a Luis Sainz?”, se titula la nota que El Buen Tono publicó en su edición de ayer y en la que se describe el entorno donde vivía el presunto asesino del maestro Luis Sainz Sánchez, fallecido el pasado 3 de septiembre en el fraccionamiento San José cuando su negocio fue asaltado por un delincuente solitario que le disparó cuando opuso resistencia. La información recabada por los reporteros Miguel Ángel Contreras Mauss y Luis E. Domínguez, es una muestra de lo que los teóricos llaman periodismo de investigación.

 

Este periodismo no necesariamente se limita a los libros, las cifras, los archivos ni a las fuentes privilegiadas sino también a la descripción de un hecho, de un personaje o de un ambiente para tratar de entender un hecho periodístico. Esos elementos incluso pueden cambiar la interpretación del mismo.  Es lo que hicieron ambos reporteros, fueron buscar a la familia, amigos y vecinos de Celestino Mata Martínez, al que la procuraduría estatal señala como el victimario del maestro Sainz, y les dieron voz para contar su versión de los hechos.

 

La nota retrata Las Margaritas, un lugar paupérrimo en la periferia cordobesa donde los habitantes no necesariamente son delincuentes sino es gente pobre que lucha por sobrevivir y cuando se presenta un caso como el de Celestino Mata, es la más desfavorecida pues no tiene acceso a proceso judicial justo y ni siquiera a la defensa mediática pues los periódicos les cierran las páginas. Valientemente, los reporteros y El Buen Tono rompieron esa regla que conviene a los poderosos acusadores y prestaron sus páginas para escuchar a esos “sin-voz”.  

 

Y lo que les dijeron pone a tambalear la versión y la credibilidad del procurador Luis Ángel Bravo Contreras y del gobernante mismo, Javier Duarte de Ochoa que dieron por esclarecido el homicidio del profesor Luis Sainz con la detención de Celestino Mata. Su encarcelamiento está lleno de imprecisiones y dudas. Fue aprehendido días antes de cuando fue informada la opinión pública, se hizo sin  orden judicial y con lujo de violencia –los policías irrumpieron en la humilde vivienda a punta de pistola y golpe de culata- y se presume que Celestino  fue sometido a tortura para auto-inculparse–como muchos otros casos en los que Bravo Contreras ha recurrido a los “chivos expiatorios”-.

 

El joven nunca fue presentado públicamente pues se dice que estaba severamente golpeado ni tampoco la fiscalía aceptan incluir en el expediente judicial los testimonios a su favor. La novia del joven afirma que el día del homicidio ambos estaban  juntos y hay testigos de eso. Los vecinos describen a Celestino como una persona tranquila e incapaz de cometer un crimen. Todos coinciden con que la detención de Mata Martínez es un montaje para tener un culpable y sacudirse la exigencia de resolver el crimen del maestro Luis Sainz. Lo revelado es grave, muy grave porque se estaría frente a otro falso culpable como sucedió en  el caso de la periodista Regina Martínez, o del niño secuestrado en Boca del Río en el que se culpó a la niñera de haberlo plagiado.

 

Sin duda, la nota de Contreras Maus y E. Domínguez –una felicitación para ellos y para los editores que le dieron la importancia debida a esa información- debe tener repercusión pues hay datos que contradicen al procurador sobre la resolución del crimen. Ahora debe venir la postura de la familia del maestro Luis Sainz, cuya hermana de nombre Elvira, también excatedrática del Centro de Idiomas de la UV, marchó por las calles de la ciudad exigiendo justicia. Al parecer la engañaron como engañaron a los acomedidos líderes empresariales que se reunieron con Bravo Contreras y casi lo agarran a besos cuando les dijo que ya había localizado al asesino de maestro.

 

Debe haber una reacción del obispo Eduardo Patiño, uno de los pocos religiosos que ha levantado la voz ante lo que sucede en la zona centro. También deben reaccionar las organizaciones civiles y los ciudadanos cordobeses porque todos habrían sido engañados. El verdadero asesino del maestro Sainz podría andar libre, riéndose de todos. En resumen, la nota periodística confirma una vez más que la procuraduría veracruzana no es otra cosa que una empresa teatral dedicada a montar  escenarios, a preparar actores y escribir los  guiones  para las funciones de una justicia ilusoria.

 

EL CHUCHINERO

 

El tiempo acomoda a cada quien en su lugar y eso le está pasando al grupo que se apoderó del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Ellos son los famosos “Chuchos” encabezados por Jesús Ortega y Jesús Zambrano que  pusieron al partido al servicio de Acción Nacional en el sexenio pasado –se lo alquilaron a Felipe Calderón – y ahora al Revolucionario Institucional –pues cohabitan con el copetón Enrique Peña Nieto-.  Ellos tienen al PRD hecho un “chuchinero” (cochinero), como lo definió Alejandro Encinas desde el 2008.

 

Ese  “chuchinero” no solo en el tema político sino ahora en el tema de seguridad pública. Los Chuchos están en la palestra porque fueron los que protegieron al alcalde de Iguala, Guerrero, José Luis Abarca Velázquez, ligado a un cartel del narcotráfico y corresponsable en el secuestro –y posible ejecución- de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa.  Ese es el sello con el que inicia gestiones el nuevo dirigente nacional del PRD, Carlos Navarrete, con los pies metidos en el lodo. Hace un par de días, Navarrete fue a ofrecer una disculpa pública a los guerrerenses porque el Sol Azteca postuló a Abarca Velázquez aun con sus nexos con el narcotráfico.

 

Horas después le estalló la bomba en las manos pues se hizo público que la dirigencia perredista tuvo en sus manos un informe sobre los nexos del edil –desde que era candidato a la alcaldía y después, ya en funciones municipales- con el crimen organizado y pese a ello, lo arroparon y sostuvieron. Peor aún, se acaba de difundir una fotografía del propio Navarrete posando alegremente con el narco-alcalde. Los Chuchos incluso pretendían que la  esposa del edil guerrerense, María de los Ángeles Pineda fuera su sucesora en la alcaldía de Iguala. Su  voracidad los pierde porque con tal de hacer negocio con cargos públicos se enredan hasta con el diablo.

 

Lo anterior no es algo nuevo, también en Veracruz Los Chuchos se han liado con pillos de siete suelas. El PRD local fue alquilado al innombrable quien puso a uno de sus empleados, Sergio Rodríguez Cortes, como dirigente estatal. El exlíder nacional del PRD, Jesús Zambrano  tuvo en sus manos el expediente de Rodríguez Cortes y la posibilidad de echarlo del partido pero no lo hizo. Acuerdos inconfesables con la fidelidad y el duartismo lo han sostenido pese a que es apóstol de la delictiva fidelidad.

 

Tampoco hay que olvidar la protección de Los Chuchos al exdiputado local Celestino Rivera Hernández, pedófilo que abusaba sexualmente de niños. La fidelidad lo protegió y también la dirigencia perredista. Sus compañeros de bancada en aquella legislatura eran Manuel Bernal Rivera, Margarita Guillaumín y Freddy Ayala que pactaron con el innombrable no encarcelar a Celestino pese a que era un violador de niños. En fin, el PRD se degradó tanto que terminó siendo refugio de delincuentes y ahora en Veracruz  no hay que perder de vista los nuevos dirigentes y a los advenedizos pintados de azul -entre ellos el cordobés José Luis Martínez Ballesteros.- ellos también son personas de dudosa reputación que darán noticia más temprano que tarde.

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