Córdoba.- Si bien se ha logrado que los ciudadanos impongan su voz a la necedad del Gobierno, el Alcalde de Córdoba renuente a aplicar la ley sin distingos le está buscando acomodo a un Juan Paúl González que, aunque ya tuvo una o varias oportunidad de demostrar que merece un cargo, ha dado cuenta de su poca calidad humana, su falta de capacidad y un sinfín de desaciertos en el departamento de Comercio mejor conocido como la banda de los inspectores garrote.
Este acomodo es una estupidez, es una necedad. Cada seis meses nuevas generaciones de cordobeses profesionales, preparados y decididos, están dispuestos a ser contemplados. Gente que tiene una familia que pagó por una educación muchas de esas familias cordobesas, con esfuerzo y sacrificio, que pagó porque sus hijos tuvieran una oportunidad y, Tomás le da otra a un tipo que ya demostró no poder mantener contacto humano. ¿Por qué? ¿Qué favor hay que pagar?
El Ayuntamiento no es negocio familiar, es de todos los cordobeses. Allá afuera hay docenas, cientos de personas, de egresados que necesitan esos ingresos y dispuestos a demostrar lo que valen. ¿Por qué darle trabajo sólo a esposos de amigos? (Sí, Angélica Sahagún, tú).
Eso es corrupción. Si buscamos una definición de qué es ser corrupto, esto encaja perfectamente. Ese director de Comercio sólo ocasionó conflictos al aplicar la ley con distingos y de manera prepotente con acciones ilegales, como robarse las letras de El Buen Tono cuando no estaba facultado para eso, golpear a personas honestas que buscaban lograr un sustento (quién sabe qué cosa te puede facultar para algo así) y muchas otras atribuciones que se tomó. ¿Por qué no se le despide y punto? ¿Por qué siempre hay que anteponer intereses personales a los del pueblo? ¿En qué bodega almacenaba todos los decomisos ese sujeto?
Reinstalar a esta persona y andarle buscando un acomodo hasta que esté a gusto con un puesto es un atropello para todos los ciudadanos. No se trata de lo que El Buen Tono dice, se trata de lo que es correcto y lo que no lo es. Basta de
medias tintas.
De la Redacción
El Buen Tono
