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CACHIRULAZO

Superiberia

Por: Andrés Timoteo / columnista

Sin haber comprobado su residencia en el municipio –apenas hace un par de semanas aseguraban que llevaba viviendo 25 años en Boca del Río-, sin conocer siquiera los nombres de las colonias y comunidades rurales que pretende gobernar y surgido de una burda imposición decidida por el exgobernante estatal, no el que está preso en Guatemala sino el innombrable, Fidel Kuri Grajales se inscribió ayer ante la autoridad electoral como candidato de la alianza PRI-PVEM a la alcaldía de Veracruz.

Los orizabeños han de estar trinando de enojo pues dejó botada la diputación federal por ese distrito, renegando haber vivido en la zona Centro, para irse a la camorra comicial en el Ayuntamiento porteño. Los electores del distrito de Orizaba tienen en parte de culpa por haberlo votado en las urnas en el 2015, aunque el consuelo es que se  lo quitaron de encima. Una vez que el regenteador de los Tiburones Rojos regrese derrotado de su aventura porteña, lo podrán mandar al basurero de la política.

Se  dio el “cachirulazo” en Veracruz pero éste podría ser anulado por los tribunales electorales que seguramente recibirán las impugnaciones contra el tricolor por querer llevar a un personaje que no acredita su residencia en el municipio. Es más, aún si se validara su candidatura, ésta será meramente anecdótica pues no tiene posibilidades de ganar la contienda. Hasta la semana pasada, cuando ya se hablaba de su postulación en el puerto de Veracruz, las intenciones de voto para Kuri Grajales eran de apenas 13 por ciento, frente a 30 por ciento del abanderado de Morena, Ricardo Exhome y 42 por ciento del panista Fernando Yunes Márquez.

Kuri inicia en un tercer lugar y con un puntaje extremadamente bajo, con el riesgo de que caiga en el cuarto o quinto sitio, superado por alguno de los candidatos de la ‘chiquillada’ –partidos pequeños- o el “independiente” rojo, Hiram Barragán, exsíndico del Ayuntamiento cuando gobernaba la oaxaqueña Carolina Gudiño (2011-2013), la favorita del innombrable. Por eso, su imposición no es con la intención de ganar sino de armar la gresca contra el candidato azul, el hijo del gobernante en turno, para eso lo instruyó su tocayo, el innombrable.

Por supuesto que el nombre tampoco le ayuda. Imagínense la publicidad que diga “Vota por Fidel”, ¿Quién en su sano juicio sufragará a favor de ese nombre apestado? Kuri Grajales debió seguir el ejemplo de la delegada de Sedesol, Ana Guadalupe Ingram que antes de las elecciones del 2015 para la diputación federal, tramitó el cambio de nombre a “Anilu” porque no le gustaba que le dijeran Guadalupe o  Lupe, ya que se oía muy naco.

Por cierto, otro ‘cachirulo’ que se coló en la contienda municipal pero no es su terruño, el cual también lo dejó botado, es el cordobés Antonio Luna Andrade, quien ahora es candidato “independiente” por la alcaldía de Xalapa. Vaya sanguijuela. Luna Andrade ha vivido toda su vida de su organización Frente Cardenista, convertido en Partido Cardenista (PC) con apoyo del exgobernador Javier Duarte pero que perdió el registro en las elecciones del año pasado, ahora brinca hacia la figura de candidato independiente para seguir recibiendo dinero público.

Al igual que Kuri Grajales, Luna Andrade no ganará –ni siquiera competirá realmente- por la presidencia municipal de la capital del Estado- y su intención es quedarse con el financiamiento electoral, seguir vigente en el rejuego político e incluso negociar con el PAN o el PRD su declinación a favor de sus candidatos a cambio de una buena paga. Ese es su modo de vida, agarrado siempre del presupuesto público.

 

CARAS Y GESTOS

Para todos los que estaban con el pendiente del trato que se daría entre el presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador Miguel Ángel Yunes en el evento realizado el viernes en la Escuela Naval de Antón Lizardo  para conmemorar el 103 aniversario de la defensa del puerto de Veracruz y en el que algunos fidelistas esperaban que enviaran al veracruzano a gayola como le hicieron la última vez a Javier Duarte, la noticia es que no hubo distanciamiento sino al contrario, exhibieron una deferencia casi melosa.

En el presídium, Yunes Linares y Peña Nieto solo estaban separados por el secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón. Cuando éste se levantó para dar su discurso, ambos quedaron juntos y Peña hasta le dio palmadas al veracruzano cuando se acomodaba a su lado. En ese lapso, los dos conversaron mostrando sonrisas de oreja a oreja. Ellos saben que los gestos son mensajes mediáticos y lo dieron.

Antes, viajaron juntos en el helicóptero que los trasladó del hangar de la Escuela de Aviación hasta Alvarado, solo acompañados por Soberón Sainz y Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional. Charlaron, por supuesto. ¿El tema fue Javier Duarte?, nadie lo dude que salió a colación, aunque lo de ayer no fue el único encuentro de Yunes y Peña Nieto en esta semana para tratar el asunto de Guatemala.

La tarde del lunes pasado durante dos horas estuvieron reunidos en Los Pinos. Todo indica que el rejuego electoral de este año y del 2018 pasa por Veracruz donde está  la información necesaria, producto de la pesquisa sobre los pillos de la fidelidad, para poner de rodillas al sistema y también para socavar los pies de barro del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador: la alianza PRIMOR  (PRI-Morena) instaurada en Veracruz durante el 2016, aunque para el uso electoral es más vendible el término DUMOR (Duarte-Morena) o DUARPEJE  (Duarte-Peje).

Es evidente que  Peña Nieto necesita de Yunes Linares para ponerle un freno al que considera su mayor amenaza y de ahí el trato tan cordial. Por cierto, no hay que perder de vista un dato ventilado someramente en el juzgado de Guatemala: 300 millones de pesos desviados de la Secretaría de Educación de Veracruz. ¿Quién laboraba allí? Los blancos no serían Adolfo Mota ni Edgar Spinoso sino Caro Jessica Moreno, la cuñada de López Obrador y Gabriel Deantes, el encargado de negociar la integración de la alianza DUARPEJE.

Moreno Torres, esposa Arturo López Obrador, estuvo al frente del Instituto de Espacios Educativos por cinco meses, los que coincidieron con el proceso electoral del 2016 y por medio de esa dependencia se habrían desviado recursos estatales para financiar a Morena, en el contexto de un acuerdo entre Duarte y los dirigentes de este partido. Es el escándalo que se avecina y que resonará fuertemente para el 2018.

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