Acultzingo.- Con una población de 33 jóvenes y niños que sufren distintas discapacidades, la comunidad Coxolitla representa un “foco de atención” que autoridades olvidaron desde hace unas semanas, retirándoles el apoyo por cuestiones políticas, comentan los pobladores.
Producto de matrimonios entre familiares directos, hay pequeños que no son llevados a las terapias que les brindan personas altruistas, quienes dan su apoyo de manera periódica con el objetivo de crear seres humanos que se integren a la sociedad y se valgan por sí mismos.
En este municipio, hay alrededor de 400 ciudadanos que sufren de discapacidad. De ellos, 130 son menores de 0 a 10 años, distribuidos en las localidades y la cabecera municipal. De la cifra total, un 10 por ciento habita en la comunidad Coxolitla, la cual recibía atención del Centro Educativo Especial (CEE), pero recientemente dejó de atender a estos pacientes, pasadas las elecciones del 4 de junio.
LES NIEGAN LA AYUDA
“El DIF nos quitó las terapias porque no ganó determinado candidato. Nosotros lo que pedimos es ayuda para nuestros hijos, pero no nos hacen caso. Llevamos una solicitud a principios de junio, pero no nos responden nada, ojalá voltearan a vernos”, señaló la madre de un pequeño.
Ante este panorama, los pacientes que se encontraban a la deriva han recibido ayuda del grupo “Cuenta Conmigo”, conformado por las estudiantes de Trabajo Social: Norely Martínez, Dayra luna y Ana Luz González, quienes a través de las redes sociales han convocado a amigos para llevarles terapias y apoyos en despensa (pañales y artículos varios) para los infantes.
“Se les entregan donaciones que recibimos gracias a Feisbuk. Son 33 los atendidos, aunque tenemos conocimiento de más discapacitados que no han sido integrados a las terapias físicas o psicológicas que llevamos cada viernes. La población que recibe consulta y atención médica padece Síndrome de Down, retraso psicomotor, autismo, sordera, estrabismo o malformaciones, aunque la constante es la falta de coordinación psicomotora”, comentó Ana Luz González.
La futura trabajadora social señaló que el objetivo de la agrupación es brindar la atención requerida por la población, la cual, a pesar de contar en su mayoría con el Seguro Popular, no recibe los trabajos de rehabilitación necesarios.
“Llevamos quiroprácticos, psicólogos y apoyo en especie, pero se requiere de la intervención de las autoridades. El plan es que los jóvenes y niños se vuelvan autosuficientes en cuestiones básicas y se integren a la sociedad. Lamentablemente hay desidia en algunos padres de familia”, señaló.
Problema Familiar
El elevado número de nacimientos con discapacidad, que también sufre la localidad Prospero Pineda, con 17 casos, no es casualidad. Fuentes extraoficiales revelan que existen algunas razones que generan esta situación.
Una de ellas es la falta de control prenatal, pues a pesar de contar con algún tipo de seguridad social las embarazadas no asisten a los Centros de Salud y por ello no consumen ácido fólico, no previenen problemas durante el embarazo ni hay control en alguna afectación en los bebés por nacer.
Otra agravante, entre varias, como la mala alimentación por sufrirse pobreza extrema en la región, es la unión libre de parejas entre familiares cercanos. A pesar de campañas de concientización que las autoridades locales emprendieron en años anteriores, esta práctica continúa hasta la fecha, pues resulta ser parte de los usos y costumbres que prevalecen en el municipio de la zona Centro.
“Hay más casos, pero los padres de familia no quieren acercarse a buscar apoyo. Dejan demasiado tiempo sin atender a sus hijos con alguna limitante física por pena, flojera o ignorancia, por lo que no acuden a las terapias que requiere esta población con capacidades diferentes”, comentó una de las fuentes.
Requieren apoyo
En este contexto, los pequeños de Coxolitla son los más afectados.
Requieren de atención que, según sus padres, les está siendo negada por las autoridades.
Aunque probablemente deberán esperar la llegada de los nuevos funcionarios municipales, pues a los actuales sólo les restan cinco meses en funciones, de los cuales la mayoría los ocuparán para la entrega-recepción con las nuevas administraciones locales.
